Ortosomnia, cuando la obsesión por dormir bien te impide hacerlo
Los relojes inteligentes, los móviles y otros dispositivos permiten el acceso a herramientas de bienestar general. Medidores del pulso cardíaco, la presión arterial y los patrones del sueño son solo algunas de las funciones cuya intención es promover un estilo de vida de saludable. En ocasiones el exceso de su uso puede ser contraproducente, y el mejor ejemplo lo encontramos en la ortosomnia.
Quizá no hayas oído hablar de este término, en parte porque se acuñó hace solo un par de años. Alude a la obsesión por dormir bien; la cual a menudo gira en torno al uso de dispositivos que recopilan información sobre la calidad del sueño. Contraria a la intensión, el afectado termina por comprometer su periodo de descanso.
Características de la ortosomnia
El término ortosomnia lo acuñaron un grupo de investigadores del Colegio Médico de la Universidad Rush y la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en un trabajo presentado en la Journal of Clinical Sleep Medicine.
Se conforma por los étimos ortho (‘correcto’, ‘preciso’) y somnia (‘sueño’). En este sentido, la ortosomnia es la obsesión por un sueño perfecto; un homónimo de la ortorexia (obsesión por comer sano).
Dado que el término es relativamente reciente existen muy pocos estudios científicos rigurosos sobre sus características. Tal y como advierte la Sleep Foundation no se trata de un trastorno formal, sino que por el momento permanece como una tendencia o un rasgo.
No es una manifestación del insomnio, ya que se distingue de este por el deseo de conseguir un sueño perfecto. Paradójicamente, en el proceso el mismo descanso termina por comprometerse.
La obsesión gira en torno al uso de dispositivos de medición del sueño. Por ejemplo, aplicaciones que registran los datos mientras las persona duerme. La mayoría de estas herramientas recogen una percepción de la calidad del sueño con base en el tiempo estimado en sus etapas profundas, los despertares, la cadencia de la respiración, la frecuencia cardíaca y otros valores.
Algunos usuarios pueden llegar a obsesionarse por mejorar su estadísticas, lo que los lleva a implementar una serie de cambios en su rutina. Estos cambios, en lugar de traducirse en una mejora de su descanso nocturno, terminan por entorpecer la calidad real del sueño.
El afectado no deriva la responsabilidad a ellos, sino que piensa que no está haciendo todo lo que debería por mejorar las puntuaciones recopiladas por el dispositivo medidor.
Síntomas de la ortosomnia
La excesiva preocupación por dormir bien conlleva a que el tiempo real de descanso se comprometa. Una de las consecuencias directas es que se desarrollan episodios de insomnio y otros trastornos del sueño. Incluso ante la ausencia de estos, la propia preocupación desencadena una serie de signos que comprometen el bienestar de la persona. Repasamos algunos síntomas comunes de la ortosomnia:
- Fatiga.
- Irritabilidad.
- Dificultad para concentrarse.
- Dificultad para memorizar cosas.
- Signos de ansiedad.
- Signos de depresión.
- Sensación de malestar muscular.
- Dolores de cabeza.
- Despertares frecuentes a lo largo de la noche.
- Problemas para prestar atención.
- Aumento de la sensación de dolor.
- Sensibilidad a los ruidos externos.
Todos estos síntomas se presentan ante la obsesión por obtener un sueño reparador. No se puede hablar de ortosomnia sin la manifestación de este rasgo, y no siempre este estará asociado con el uso de dispositivos electrónicos (relojes inteligentes y móviles). Ciertamente, la persona puede medir sus patrones de sueño de otras maneras prescindiendo de la recopilación de datos objetivos.
En todo caso, quienes evalúan su descanso nocturno desarrollan el hábito de contrastar de manera obsesiva sus patrones con los de la noche anterior. Revisan patológicamente los datos en búsqueda de un valor que indique una mejora o desmejora de los resultados.
En el estudio citado al inicio los investigadores reportaron un caso de un hombre de 40 años de edad que mostraba una preocupación excesiva porque su duración promedia del sueño era de 7 horas y 45 minutos, y no las 8 h con las cuales sentía un sueño más reparador.
Causas de la ortosomnia
Las causas de la ortosomnia no se conocen muy bien, aunque en general se piensa que deriva de la obsesión por un estilo de vida saludable. Es por esta razón que quienes la manifiestan pueden desarrollar obsesión por comer sano (ortorexia) y obsesión por hacer deporte.
En todos estos casos las recomendaciones diarias se llevan al extremo, todo ello con la intención de potenciar los beneficios saludables que se obtienen de por medio.
Se recomienda un promedio de 8 horas de descanso nocturno para un estilo de vida saludable. Muchas personas se toman estas recomendaciones de manera muy estricta, de modo que cuando no logran cumplir de manera exacta el tiempo manifiestan una obsesión por sí hacerlo. Esto los llevan a utilizar dispositivos para medir su calidad del sueño o implementar un registro de otro tipo para evaluarlo.
En ocasiones el comportamiento puede ser una consecuencia de la ansiedad. Por ejemplo, del trastorno obsesivo compulsivo. También puede serlo del trastorno de ansiedad por enfermedad, conocido hasta hace poco como hipocondría.
Ciertamente, algunas veces los afectados se dejan llevar por los datos de las herramientas digitales y no por su propia experiencia del sueño. Como resultado pueden asimilar síntomas o rasgos que se acoplan con lo que reflejan los datos de las aplicaciones.
Opciones de tratamiento
Considerando que la condición recién se ha descrito no existe un tratamiento estándar para abordarla. Sin embargo, este no dista mucho de otros que se utilizan para los episodios de obsesión y para los trastornos del sueño. Lo primero que deben saber las personas es que las herramientas para medir la calidad del sueño no son 100 % fiables.
De hecho, la FDA no regula los rastreadores del sueño y algunos datos objetivos que arrojan las aplicaciones de este tipo son cuanto menos dudosas. Esto se debe a los métodos ambiguos con los cuales recopilan la información, Es por todo esto que los investigadores no dejan de alertar las limitaciones de estas, las cuales pueden llevar a los usuarios a asimilar medias verdades o datos que directamente son erróneos.
Una vez que se comprende que la información de estas herramientas no es completamente objetiva se deben asimilar una serie de hábitos que contribuyan a la calidad del sueño. La media para los adultos es dormir de 7 a 9 horas al día, aunque el tiempo de descanso real se condiciona a la necesidad específica del momento. Te dejamos con algunos consejos para asegurar un sueño plácido:
- Apégate a un horario estable para ir a la cama y despertarte.
- Reduce la ingesta de café, alcohol y bebidas energéticas durante el día.
- Evita las comidas copiosas justo antes de ir a dormir.
- Evita ingerir grandes cantidad de agua para ir a la cama.
- Optimiza tu habitación para mejorar la experiencia del sueño. Climatiza con aire acondicionado, bloquea la cantidad de luz que ingresa, compra un colchón ergonómico y demás.
- Reduce el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de ir a dormir.
- Evita las siestas muy largas en el transcurso del día.
En caso de que un trastorno de ansiedad se oculte detrás del comportamiento se recomienda consultar con un profesional de la psicología. Las secuelas de la ortosomnia comprometen el bienestar psicológico y físico de la persona, de manera que no se debe postergar mucho tiempo la búsqueda de ayuda y la puesta en marcha de los consejos anteriores.
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