Así son los narcisistas encubiertos

No siempre el narcisismo se manifiesta con rasgos de superioridad y tendencia a llamar la atención. Vemos qué es el narcisismo encubierto y cómo reconocerlo.
Así son los narcisistas encubiertos
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 02 diciembre, 2022

Los narcisistas encubiertos son personas que padecen el trastorno de la personalidad narcisista, pero cuyos síntomas no se compaginan con los estandarizados para el trastorno. Es por esta razón que pueden pasar desapercibos con mucha facilidad, incluso para las personas con la formación necesaria para identificarlos. A veces se le conoce como narcicismo vulnerable y se caracteriza por la introversión, la pasivo agresividad y la inseguridad social.

Muchas personas utiliza el término narcisista para aludir a una persona egocéntrica, orgullosa o pedante. Sin embargo, desde el punto de vista clínico se trata de un trastorno mental. El trastorno de la personalidad narcisista se incluye en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición (DSM-V), en el grupo B. Esto, los trastornos de carácter dramático, emocional y errático. Hoy abordamos a los narcisistas encubiertos desde el punto de vista clínico y no desde su acepción popular.

Características de los narcisistas encubiertos

Tal y como señalan los expertos, el trastorno de la personalidad narcisista se puede catalogar en dos tipos: el narcisismo grandioso (o abierto) y el narcisismo vulnerable (o encubierto). El primero se caracteriza por una autoestima exagerada, sentimientos de grandiosidad y de superioridad, búsqueda constante de admiración, derecho y arrogancia. Es lo que usualmente se relaciona al momento de pensar en el narcisismo.

El trastorno tiene otra manifestación, una que la mayoría del tiempo pasa desapercibida. Los narcisistas encubiertos se caracterizan por un pronunciado ensimismamiento, baja autoestima, comportamiento de hipervigilancia, retraimiento social e hipersensibilidad emocional. Es por esta razón que también se les conoce como narcisistas vulnerables o hipersensibles.

Aunque así puede parecer, en la práctica el narcisismo encubierto puede tener mayores consecuencias psicosociales que su contraparte manifiesta.

Un estudio publicado en Frontiers in Psychology en 2020 encontró que, en contraste con la variante abierta, el narcisismo encubierto se relaciona de manera positiva con síntomas depresivos, anhedonia y comportamientos pasivo agresivos. No se debe asociar entonces como un tipo más leve, tratable o sin mayores consecuencias del trastorno.

En cuanto a sus señales, y como indican los especialistas, la principal característica de los narcisistas encubiertos es su introversión.

El rasgo contrasta con la extroversión de los narcisistas abiertos, de modo que resulta complicado diagnosticarlo clínicamente dado que se aleja de los parámetros estandarizados de los manuales de diagnóstico. Los rasgos definitorios del trastorno son menos sutiles y no son tan evidentes para el ojo observador.

Señales de los narcisistas encubiertos

Los narcisistas encubiertos sufren en silencio
En un principio puede ser especialmente difícil detectar a un narcisista encubierto, ya que no exteriorizan muchas facetas de su personalidad.

Este tipo de narcisismo se presenta con un exceso de sensibilidad, insatisfacción y actitud defensiva. De igual modo, suelen desarrollan grandes dudas y ansiedad, así como una hipersensibilidad con respecto a las interacciones sociales.

Se caracterizan por la inseguridad, la timidez y la baja competencia social, razón por la cual participan menos en situaciones sociales, son incapaces de promover una imagen positiva personal y perciben menos atención y admiración de los demás.

Todos estos rasgos contrastan con el comportamiento de los narcisistas abiertos. Mientras que estos logran la atención y la admiración del público (lo que confirma y fomenta su idea de superioridad), los narcisistas vulnerables padecen de retroalimentación positiva debido a su baja competencia social y alta ansiedad en las interacciones cara a cara con los demás. Te dejamos con algunos rasgos definitorios:

  • Sentimientos externos de inferioridad.
  • Comportamientos reservados al momento de interactuar con los demás.
  • Inseguridad social y menor grado de autoconciencia.
  • Tendencia a desarrollar ideas que lo sitúan como víctima.
  • Baja autoestima y autoconocimiento.
  • Sensibilidad a las críticas y tendencia a asumirlas con facilidad.
  • Hostilidad, ira y enojo como mecanismo de protección.
  • Actitudes de pasivo agresividad.
  • Manipulación de su círculo íntimo a través de técnicas sutiles (como por ejemplo gaslighting).
  • Ideas suicidas.

El rasgo suele manifestarse en comorbilidad con otros trastornos mentales. Los más comunes con el trastorno bipolar, el trastorno por uso de sustancias, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de personalidad antisocial y el trastorno de personalidad histriónico. De ser el caso, desarrollarán síntomas característicos de estos trastornos. La ansiedad y la depresión también son muy comunes entre los narcisistas encubiertos.

Por otro lado, los estudios y las investigaciones advierten sobre el uso patológico de las redes sociales en este tipo de narcisismo. Dada la tendencia a evitar situaciones sociales los afectados pueden desarrollan episodios de adicción a Internet como una manera de aislarse.

De igual modo, las interacciones que reciben por redes sociales (comentarios, me gustas y demás) pueden potenciar aún más sus sentimientos de inferioridad (en algunos casos, potenciar sus ideas narcisistas).

Causas del narcisismo encubierto

Los narcisistas encubiertos son difíciles de descubrir
Son muchos los factores que intervienen a la hora de desarrollar la personalidad de un narcisista encubierto.

No se conocen muy bien las causas del trastorno de la personalidad narcisista (tanto el abierto como el encubierto). La hipótesis más aceptada es que se trata de una condición que se desarrolla por desencadenantes multifactoriales.

Las experiencias durante los primeros años de vida pueden jugar un papel protagónico. Los traumas, las actitudes de apego, la educación y la relación con los padres son algunos de los catalizadores.

De igual modo, los elogios excesivos de los padres y el círculo íntimo se pueden traducir en los rasgos narcisistas. Cuando estos contrastan con la experiencia con la realidad o con otros grupos (los compañeros de escuela, por ejemplo) se puede desarrollar la tendencia encubierta. Por tanto, y tal y como señalan los investigadores, los padres pueden incentivar mediante la sobrevaloración el trastorno.

También se sabe que el trastorno tiene un fuerte componente genético, de manera que el rasgo se puede heredar del padre y de la madre. La conjunción de elementos genéticos y ambientales es lo que deriva en los comportamientos narcisistas. La presencia de otros trastornos mentales pueden mediar en su aparición.

Tratamiento para el narcisismo vulnerable

Al igual que sucede con los narcisistas abiertos, y con otras personas con trastornos similares, existe una propensión a evitar la búsqueda de ayuda profesional. De igual manera, el porcentaje de abandono de quienes sí lo hacen en muy alto. No existe en la actualidad una terapia farmacológica o psicológica estandarizada para abordar el trastorno.

La psicoterapia psicodinámica, la terapia centrada en la transferencia, la terapia centrada en esquemas y la terapia cognitivo conductual son algunas opciones que se pueden considerar. Las alternativas farmacológicas se abordan para controlar rasgos o síntomas específicos, como por ejemplo la ansiedad, la depresión, la inestabilidad del estado de ánimo, la psicosis transitoria y los problemas de control de impulsos.

El apoyo de familiares y amigos es muy importante, en especial para fomentar la adherencia al tratamiento. Dada la propensión a desarrollar ansiedad y depresión en contraste con el narcisismo abierto, quienes han desarrollado este tipo del trastorno son más vulnerables a estos. Los profesionales pueden ayudar a controlarlo, de manera que siempre se debe apostar por por ellos.



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