El exceso de empatía puede ser malo para tu salud mental

La empatía patológica puede comprometer tu salud mental, y lo hace de muchas formas. Veamos qué dicen los psicólogos al respecto.
El exceso de empatía puede ser malo para tu salud mental
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 13 diciembre, 2022

El término empatía deriva de la palabra griega empátheia que se traduce como ‘pasión o emoción’. Cobró popularidad hace más de 100 años en la psicología de la mano de autores como Edward Titchener con un matiz ligeramente diferente.

Hoy se entiende por ella a la comprensión de los sentimientos, el sufrimiento y el comportamiento de los demás con base en la compasión. Un exceso de empatía puede incidir en tu salud mental, algo que se ha demostrado los últimos años.

La empatía se relaciona de manera estrecha con la alteridad, el altruismo, la solidaridad y la comprensión. Todos estos son valores considerados como éticos y morales en la sociedad.

Ser empático es un rasgo valioso en muchas profesiones, como la enfermería, y su puesta en práctica se traduce en fuertes lazos interpersonales. Dicho eso, ¿qué sucede cuando la empatía sobrepasa los límites saludables? Repasamos cómo su exceso puede comprometer tu salud mental.

Qué dice la ciencia sobre el exceso de empatía y la salud mental

Todas las personas tienen un grado diferente de empatía. Al margen de ciertos trastornos que la condiciona en negativo (la psicopatía, el trastorno del espectro autista, la enfermedad de Alzheimer, la demencia frontotemporal y otros), cada uno de nosotros la manifiesta con diferente intensidad en el día a día. Unos son más empáticos que otros, pero al final todos desarrollan actitudes y comportamientos orientados por ella.

Ahora bien, de acuerdo con los investigadores, la empatía nos ayuda a conectarnos con los demás (sus experiencias, necesidades y deseos). Se trata de un rasgo evolutivo, ya que la supervivencia de nuestra especie dependió y depende aún de la ayuda mutua, de manera que ser empático es uno de los medios para favorecer lazos de ayuda. Cuando se manifiesta en determinados contextos de intensidad excesiva, la empatía puede afectar tu salud mental.

Un estudio publicado en Development and Psychopathology en 2015 encontró que, en niveles extremos, la empatía es un factor de riesgo para la depresión y la ansiedad. Cuando la empatía se practica de manera patológica, la conexión con las experiencias, las necesidades y los deseos de los demás se traduce en trastornos emocionales cuando no se logran satisfacer dichas variables apropiadamente.

Además de la depresión, los expertos han encontrado que la empatía patológica es un desencadenante del comportamiento sumiso, el miedo y la culpa. Quienes la practican de manera excesiva sustituyen las preocupaciones de su propia vida por las preocupaciones de los demás. Esto los hace altamente manipulables y sumisos, además de que manifiestan sentimientos de culpa cuando no pueden ayudar a quienes los rodean.

La codependencia y la empatía patológica

El exceso de empatía y la salud mental no siempre van de la mano
Es importante marcar límites a la hora de intentar ayudar a los demás en sus problemas personales.

Los investigadores han asociado el exceso de altruismo y empatía con la codependencia en las relaciones interpersonales.

Desde el punto de vista psicológico se entiende la codependencia como aquellas actitudes obsesivas y compulsivas hacia el control de otras personas y las relaciones. Se trata de un concepto muy amplio, uno que en ocasiones se asocia con la tolerancia a situaciones de violencia o agresión (aunque por supuesto no siempre es así).

La codependencia se manifiesta en cualquier tipo de relaciones interpersonales, de modo que puede desarrollarse hacia amigos, familiares y hacia la pareja. Se ha relacionado la codependencia con dificultades permanentes para la formación del autoconcepto, de modo que puede afectar directamente la autoestima.

Exceso de empatía y agotamiento

El exceso de empatía y la salud mental tienen una amplia relación
Cuando las relaciones interpersonales conllevan una alta carga emocional, la calidad de vida de la persona puede verse disminuida.

Existe un fenómeno estudiado desde hace años conocido como fatiga por compasión. Alude al desborde de la capacidad emocional como consecuencia de la interacción continua o prolongada con una persona que sufre o necesita ayuda.

A menudo se utiliza para hacer referencia al estrés que desarrollan cuidadores y el personal médico, pero lo cierto es que puede afectar a cualquiera. El exceso de empatía puede derivar en fatiga por compasión, e incluso cuando no se trata de esta condición propiamente dicha puede ocasionar agotamiento.

Ciertamente, se ha encontrado una relación negativa entre la empatía patológica y el agotamiento, el cual puede ser tanto físico como mental. Los problemas para concentrarse, el estrés, los inconvenientes para memorizar cosas y las alteraciones en la toma de decisiones son algunas de sus consecuencias.

Estas no son las únicas formas en las que la empatía afecta negativamente tu salud mental. Te dejamos con una selección de problemas asociados con su práctica exacerbada:

  • Estrés financiero como consecuencia de ayudar permanentemente a los demás (mediante donaciones y otras vías).
  • Incapacidad de actuar debido a sensaciones abrumadoras por hechos que despiertan sensibilidad. Esto se traduce después en arrepentimiento, angustia y desesperación.
  • Sensación de impotencia que puede provocar una batería de sentimientos que van desde la ira a la tristeza.
  • Conflictos morales sobre cómo actuar en determinadas circunstancias.

Como puedes ver el exceso de empatía no pasa desapercibido en tu salud mental. Contrario a lo que podrías pensar, te perjudica más de lo que te favorece.

Los investigadores señalan que las mujeres tienden a desarrollarla más que los hombres, de modo que se catalogan como el principal grupo de riesgo. Estar al tanto de las consecuencias de la empatía patológica es muy importante para graduar las emociones, las actitudes y los comportamientos en pro de los demás.



  • Bacon, I., McKay, E., Reynolds, F., & McIntyre, A. The lived experience of codependency: An interpretative phenomenological analysis. International Journal of Mental Health and Addiction. 2020; 18(3): 754-771.
  • McGrath, M. Codependency and pathological altruism (B. Oakley, Ed.). In B. Oakley, A. Knafo, G. Madhavan, & D. S. Wilson (Eds.), Pathological altruism. Oxford University Press. 2012; 49–74.
  • O'Connor LE, Berry JW, Weiss J, Gilbert P. Guilt, fear, submission, and empathy in depression. J Affect Disord. 2002 Sep;71(1-3):19-27.
  • Olweus, D., & Endresen, I. M. The importance of sex‐of‐stimulus object: Age trends and sex differences in empathic responsiveness. Social Development. 1998; 7(3): 370-388.
  • Riess H. The Science of Empathy. J Patient Exp. 2017 Jun;4(2):74-77.
  • Tone EB, Tully EC. Empathy as a "risky strength": a multilevel examination of empathy and risk for internalizing disorders. Dev Psychopathol. 2014 Nov;26(4 Pt 2):1547-65.
  • Wilkinson H, Whittington R, Perry L, Eames C. Examining the relationship between burnout and empathy in healthcare professionals: A systematic review. Burn Res. 2017 Sep;6:18-29.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.