Diferencias entre amor propio y egoísmo
Desde hace algunas décadas el amor propio se ha perfilado como un valor que todo sujeto debe tener. Las campañas de salud mental, los movimientos pacifistas, los movimientos feministas y los libros de autoayuda han contribuido a popularizar este valor. No es infrecuente que se asocie con la vanidad o la pretensión, de manera que es bueno conocer las diferencias entre el amor propio y egoísmo.
Aunque no siempre se ha conocido como tal, el amor propio es algo que siempre ha interesado al hombre. Aristóteles ya lo describió en su momento en su Ética a Nicómaco con el nombre de philautía. Cicerón, San Agustín, Spinoza, Rousseau y William James, entre muchos otros, también filosofaron al respecto. Te enseñamos 5 diferencias entre amor propio y egoísmo.
5 diferencias entre amor propio y egoísmo
El amor propio es la consideración y el estima que una persona siente hacia sí misma. Es un concepto asociado al de autoestima, autoconfianza o autoconsideración positiva. Por su parte, el egoísmo se describe como un ‘inmoderado y excesivo amor por uno mismo, lo que lleva al sujeto a atender desmedidamente su propio interés’ (así lo describe el Diccionario de la Lengua Española).
Sobre la base de estas apreciaciones ya puedes dilucidar cuáles son las diferencias entre amor propio y egoísmo. A pesar de que históricamente el egoísmo ha sido mal visto (piénsese en los idiotas griegos y en su percepción en la tradición cristiana y por tanto occidental), lo cierto es que es oportuno hacer varias apreciaciones. Por ejemplo, algunos expertos han estipulado que existe un egoísmo saludable.
Ciertamente, no toda expresión egoísta puede ser catalogada como malvada, ruin o deplorable. El egoísmo saludable se relaciona con niveles más altos de bienestar psicológico y acciones prosociales genuinas. Hasta cierto punto puede ser una manifestación ética. Sin embargo, las diferencias entre amor propio y egoísmo que hemos establecido parten sobre la base de su concepción negativa.
1. El amor propio no implica el rechazo a los demás, el egoísmo sí
El amor propio no implica el rechazo a las formas de amor que se pueden ofrecer al prójimo. De hecho, y como advierten los investigadores, el amor propio es indispensable para la cooperación y el comportamiento social. Algunos estudiosos de la moral señalan que el amor propio es moral y éticamente respetable, ya que no entra en conflicto con la vida en sociedad o con el bienestar de esta.
En efecto, una persona puede tener amor propio sin que sus actos se traduzcan en egoísmo. Pensemos en un momento en algunas de sus manifestaciones: autoconsideración positiva, autoconfianza y alta autoestima. Lejos de perjudicar a los demás o impactar negativamente en ellos, en realidad todas estas cualidades son de gran utilidad en la relación con los sujetos del entorno.
2. El amor propio se relaciona más con el orgullo, no con el egoísmo
Esto es lo que pregonan algunos expertos, de manera que el amor propio está mejor conectado con una actitud orgullosa que con una actitud egoísta. El orgullo se puede entender de dos maneras: un exceso de estimación hacia uno mismo o como un sentimiento de satisfacción hacia algo propio o relacionado con uno mismo. El amor propio se acerca más a esta última definición.
Ciertamente, quien se ama a sí mismo está satisfecho de sus propias cualidades, atributos o personalidad. También de sus logros, de la forma en la que gestiona los problemas o se relaciona con los demás. El orgullo puede tener componentes de satisfacción, solo que llevados al exceso, de manera que con frecuencia se desprenden de la realidad. Esta satisfacción se orienta en estos casos a espaldas de los demás.
3. El egoísmo te aleja de los demás, el amor propio te acerca
Todos hemos lidiado con una persona egoísta. La mayoría del tiempo no se considera con alta estima por quienes los rodean, quienes incluso pueden llegar a rechazarlo en muchos sentidos. En efecto, en algunos contextos se preferirá prescindir de una persona egoísta; esto a pesar del nivel de confianza o intimidad que se tiene con él. El rechazo es mayor mientras menos relación exista de por medio.
Por el contrario, una persona que desarrolla amor propio nunca es rechazada por su círculo (al menos no por este motivo en específico). Los expertos señalan que quien manifiesta amor propio es más probable que realice actos altruistas genuinos; de manera que se les considera personas sinceras, honestas y con valores ajenos a la hipocresía.
4. El amor propio permite el autoconocimiento, el egoísmo no
Muchas de las acciones egoístas, por no decir todas, se realizan de manera superficial. No media un análisis exhaustivo o explícito de cómo determinadas acciones beneficiarán al sujeto. Se hacen de manera automática y para favorecer a su protección o integridad; sin que se piense largo y tendido sobre ello.
Por su parte, el amor propio sí incluye a la reflexión como parte de su consolidación. Tanto así que los investigadores consideran al amor propio un estado previo al conocimiento propio. Quien se ama a sí mismo no altera sus cualidades, atributos físicos, personalidad o dotes, sino que los comprende y los acepta tal y como son. Esto es una pieza clave en el autoconocimiento.
5. El amor propio te acerca a la felicidad, el egoísmo no precisamente
Dado que el amor propio se relaciona con la alta autoestima, la autoconfianza, la autoconsideración positiva, mejora en las relaciones con los demás, permite actos altruistas sinceros y fomenta el autoconocimiento, es un sendero que a menudo desemboca en la felicidad. El egoísmo no garantiza lo anterior, e incluso en algunos puntos se aleja de todo esto.
Ten presente que la evidencia señala que la alta autoestima, una de las características del amor propio, se relaciona con un mayor éxito, rendimiento, bienestar psicológico, estilo de vida más saludable y comportamientos sociales más amenos. Queda reflejado entonces las diferencias del amor propio y el egoísmo, de manera que los conceptos no se deben considerar como iguales.
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