6 claves para mejorar la relación entre madre e hijo

¿Cómo mejorar la relación entre madre e hijo? ¿Es posible conseguirlo? A través de pequeñas prácticas diarias, ¡por supuesto que sí! Traemos 6 ideas clave que pueden ayudar en este camino.
6 claves para mejorar la relación entre madre e hijo
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 19 noviembre, 2020

¿Cómo mejorar la relación entre madre e hijo? No siempre resulta una tarea sencilla. Requiere poner en práctica la empatía, la paciencia y otros valores que vamos construyendo a lo largo de la vida.

Las relaciones de calidad en la infancia favorecen un desarrollo saludable en el niño. Según un estudio de Van Aken & Asendorpf (2015), el soporte social tiene un efecto protector de la autoestima.

Además, según otro estudio científico, esta vez de Azpiazua et al. (2014), existe una relación directa entre soporte social e inteligencia emocional en los adolescentes.

6 claves para mejorar la relación entre madre e hijo

Los beneficios de un buen acompañamiento y un buen soporte a nuestros hijos son innumerables.  Con constancia y mucho cariño es posible construir una relación de calidad con ellos, además de mejorarla con el tiempo. Para ello, les dejamos 6 ideas clave que pueden ayudar en este proceso.

Todas ellas comparten la misma misión: fomentar un tipo de relación sana con los hijos, a través de la comprensión y una crianza saludable. ¡Toma nota!

1. Busca tiempo compartido

No hay nada más valioso que entregarle a alguien eso que jamás recuperarás: tu tiempo. Aunque parezca una obviedad, buscar momentos que sean de calidad para compartir con las personas que más queremos no siempre es fácil. Sin embargo, es una práctica que nos ayudará a mejorar la relación entre madre e hijo.

Dependiendo de la edad, el tipo de actividades, los momentos y la disponibilidad variarán. Pero será importante esto: buscar espacios para estar con tu hijo o hija, planear actividades o simplemente estar y charlar, escuchar, contar cómo ha ido el día.

Pasar tiempo con nuestros hijos importa, pero sobre todo lo que importa es la calidad más que la cantidad. Cuando los padres pasan pocos momentos con sus hijos, ellos pueden sentirse solos, extrañarlos y desear compartir más en la vida diaria. Es posible que se creen vacíos afectivos.

Si la situación se prolonga y se hace más intensa, aparecerán necesidades psicológicas. Los hijos pueden estar inseguros, incomprendidos, desprotegidos y desorientados. Esto los llevaría a buscar identidad en otros espacios no familiares, pero con menos garantía de influencias positivas, como los pares.

Madre dedica tiempo a su hijo.
El tiempo dedicado a un hijo es una inversión que fomenta su autoestima.

2. Ponte en su lugar

La empatía nos permite entender a los demás desde su posición, cambiar de perspectiva y tenderles una mano amiga porque casi podemos sentir su dolor, su tristeza o su alegría. Con los hijos pasa igual: si quieres fortalecer tu conexión con ellos, no lo dudes, pon en práctica la empatía, ponte en sus zapatos y haz de tu mirada una mirada infantil o adolescente.

A veces nos costará apoyarles porque no compartiremos sus creencias o decisiones. Sin embargo, recordar de vez en cuando que nosotros también hemos sido niños (o jóvenes) nos permitirá acercarnos más a ellos y que se sientan libres y apoyados para escoger.

“Mira con los ojos del otro, escucha con los oídos del otro y siente con el corazón del otro”.

-Alfred Adler-

¿Sabías que parte de las variaciones genéticas influyen en la empatía? Así lo sugiere un estudio (2018) desarrollado por universidades inglesas y francesas, publicado en Translational Psychiatry. Más allá de esto, sabemos que la empatía es algo que también se puede trabajar, aprender y potenciar.

3. Practica un estilo democrático

Existen cuatro tipos de estilos educativos parentales: el autoritario, el permisivo, el democrático y el negligente o indiferente. De los cuatro, el que es más beneficioso para el desarrollo psicológico y emocional del niño es el estilo democrático.

Así, el estilo combina la firmeza y la disciplina con el apoyo y el cariño. Los padres marcan límites a sus hijos, pero también consideran su punto de vista con empatía. Es decir, son firmes, pero flexibles. Además, explican las consecuencias de las conductas negativas y les enseñan maneras alternativas de comportarse.

Practicar este estilo educativo te permitirá mejorar la relación con tus hijos, en tanto que los acompañarás en su crecimiento y desarrollo sin dejar de darles libertad para escoger. Además, potenciarás su autonomía y autoestima, a la vez que les tiendes la mano cuando la necesitan.

“La educación es el movimiento de la oscuridad a la luz”.

-Allan Bloom-

4. Evita juzgar

Está claro que las ideas o decisiones que tomen nuestros hijos no siempre nos gustarán. Pero está bien, tienen que crecer, diferenciarse y adquirir su autonomía. Juzgarlos no los va a ayudar, sino todo lo contrario; puede hacer que se distancien de ti.

Así que otra idea clave para mejorar la relación entre madre e hijo es no juzgarlo. Simplemente acompañarlo en sus decisiones. Esto no implica aceptar todo lo que hagan sin oponernos. También deberemos marcar límites y transmitirles nuestras opiniones si vemos que no están actuando bien o que se van a perjudicar. Eso sí, siempre desde la escucha y la empatía.

“La gente suele decir que tal o cual persona no se ha encontrado todavía a sí mismo. Pero la autonomía no es algo que uno encuentra, es algo que uno crea”.

-Thomas Szasz-

5. Ponte a su altura

Sobre todo con los niños pequeños, esta acción ayuda a conectar mejor con ellos y a que se sientan acompañados en una relación de tú a tú: ponernos a su altura, físicamente hablando. Si tu hijo es pequeño, siéntate a su lado y míralo a los ojos.

Para ellos, las personas mayores y, sobre todo, mucho más altas, a veces les suscitan distanciamiento o desconexión, porque las ven lejanas. Para que esto no ocurra, ponte a su altura.

En el caso de niños más mayores puedes hacer lo mismo. Sea como sea, si tu hijo está sentando y quieres hablar con él, siéntate a su lado o en frente, pero mirándolo cara a cara para favorecer la escucha activa y la empatía.

“Nada es fácil ni tan útil como escuchar mucho”.

-Juan Luis Vives-

Madre mira a los ojos a niño que comienza la escuela.
Ponerse a la altura física de los hijos es una práctica concreta que acerca el vínculo.

6. Sé flexible

En línea con lo que comentábamos sobre un estilo educativo democrático, otro punto para mejorar la relación entre madre e hijo es mostrar flexibilidad. La flexibilidad implica entender que no todos los actos de tu hijo son de rebeldía. Que a veces se equivocarán y que está bien dejarles hacer.

No hablamos de un estilo laissez faire (dejar que hagan todo lo que quieran), sino más bien de aceptar conductas sin dejar de marcar límites en otras, fomentando su autonomía y empoderamiento. Esto hará que tu hijo se sienta libre, pero acompañado, con la confianza suficiente para acudir a ti cuando lo necesite. Además, utilizar un control excesivo con los hijos puede suscitar en ellos comportamientos rebeldes y propiciar los conflictos.

“Las almas más hermosas son aquellas que están provistas de mayor variedad y flexibilidad”.

-Michel de Montaigne-

La intuición como aliada para mejorar la relación entre madre e hijo

Hemos visto algunas ideas para mejorar la relación entre madre e hijo, aunque existen muchas más opciones que irás conociendo en tu aventura de maternidad. Muchas de estas ideas surgirán por pura intuición y otras por ensayo y error. De hecho, la intuición es una gran aliada durante la maternidad: ¡no dejes de ponerla en práctica si así lo sientes!



  • Borchardt, L. (2017). Apoyo social y autoestima. Un abordaje desde el modelo y la teoría de los cinco factores. Psocial, 3(1): 29-38.
  • Van Aken, M., & Asendorpf, J. (2015). Support by parents, classmates, friends and sibilings in preadolescence: covariation and compensation across relationships. Journal of Social and Personal Relationships, 14(1), 79–93.
  • Warrier, V. et al. (2018). Genome-wide analyses of self-reported empathy: correlations with autism, schizophrenia, and anorexia nervosa. Translational Psychiatry, 8(35).

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.