Rizartrosis: una lesión cada vez más extendida

La rizartrosis es el desgaste natural de la articulación del pulgar. Analizamos sus causas y las opciones disponibles para tratar los síntomas.
Rizartrosis: una lesión cada vez más extendida
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 13 enero, 2023

La rizartrosis, también conocida como artrosis de la articulación trapeciometacarpiana, osteoartritis carpometacarpiana del pulgar o artritis de la articulación basal del pulgar, es una de las enfermedades articulares degenerativas más comunes de la mano.

De acuerdo con algunas estimaciones, afecta hasta el 36 % de los adultos mayores, aunque no siempre se acompaña de síntomas evidentes.

La artrosis de la articulación trapeciometacarpiana se manifiesta de forma progresiva, de manera que su curso es degenerativo. Es más común en las personas mayores, esto debido al desgaste natural que ocurre con el paso del tiempo.

Sin embargo, algunos hábitos relacionados con el uso excesivo del pulgar pueden incentivar su desarrollo. A esto se debe el creciente aumento de los diagnósticos de rizartrosis en la población joven.

Síntomas de la rizartrosis

La rizartrosis provoca dolor del pulgar
Además de la limitación funcional, el dolor es el síntoma más relevante de la rizartrosis.

La rizartrosis es el desgaste de la articulación basilar. Esta es aquella que se localiza entre el hueso del trapecio de la muñeca y el hueso metacarpiano del pulgar. Se trata de una lesión muy común, una que se manifiesta por el uso continuo de dicha articulación.

Su síntoma más característico es el dolor al momento de utilizar la extensión articulatoria. Por ejemplo, al pellizcar o sujetar de manera fuerte un objeto.

No todas las personas manifiestan este síntoma, aunque de lejos es el más común. De hecho, se estima que solo el 28 % de las personas desarrollan un dolor particularmente intenso. Como ya se ha expuesto se trata de una enfermedad degenerativa, de manera que el dolor aumenta a medida que pasan los años. Un cuadro clínico típico se manifiesta de la siguiente forma:

  • Dolor en la base del pulgar al moverlo.
  • Dolor al aplicar presión en la base del pulgar.
  • Pérdida de fuerza en el pulgar.
  • Inconvenientes para hacer actividades que implican el uso del pulgar (sostener una taza de café, hacer un nudo, utilizar un teléfono móvil y demás).
  • Inflamación en el exterior del pulgar.
  • Deformación del pulgar (solo en las etapas más avanzadas).

A medida que pasan los años la enfermedad puede ser extremadamente debilitante e incapacitante en cuanto al uso del pulgar. En estas situaciones los pacientes pueden presentar dolor incluso en situación de reposo (cuando no usan la articulación). Por lo general, esto sucede solo después de los 60 años; aunque todo depende del nivel desgaste.

Causas de la rizartrosis

Tal y como advierten los investigadores, las mujeres posmenopáusicas de mediana edad y las mujeres de tercera edad son las más afectadas por la rizartrosis. En principio, la mayoría de los casos son de carácter idiopático.

Sin embargo, el uso excesivo de la articulación en actividades o movimientos de alto impacto puede estar detrás del creciente aumento de los diagnósticos.

La evidencia sugiere que las ocupaciones que implican el uso repetitivo del pulgar y los trabajos manuales que no tienen suficientes descansos durante el día son un factor de riesgo para su desarrollo.

Teclear frente a un ordenador, el uso excesivo de teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos y algunos ejercicios intensivos que ejercen presión sobre el pulgar (como los de calistenia) son algunos desencadenantes para la rizartrosis.

Desde el punto de vista fisiológico se piensa que la laxitud de los ligamentos que rodean a la articulación es el catalizador para la condición. Para ser más precisos, la del ligamento del pico palmar.

Su laxitud se traduce en la desalineación de los huesos de las articulaciones debido a la inestabilidad. Como consecuencia los huesos rozan entre sí y se produce la degeneración progresiva del cartílago.

Diagnóstico de la rizartrosis

La artrosis de la articulación trapeciometacarpiana se puede diagnosticar de manera clínica con base en una evaluación de los síntomas, del área afectada y revisando el historial del paciente.

Como complemento se hacen radiografías posteroanteriores, laterales y oblicuas de la articulación CMC del pulgar. Estas se consideran las pruebas por imágenes estándar para confirmar la condición y descartar otras posibles explicaciones.

Durante el diagnóstico el especialista clasificará la condición con base en su progresión. Utilizará para ello un sistema del 1 al 4, en el que 1 es la forma más leve y 4 la más severa. Las fases iniciales no suelen generar síntomas, de manera que los pacientes que recurren al médico lo hacen cuando la condición ya ha avanzando considerablemente.

Opciones de tratamiento

La rizartrosis tiene tratamiento
Hay varios fármacos con efecto antiinflamatorio (como los esteroides) que pueden aplicarse localmente para disminuir los síntomas.

En la actualidad no existe una cura para la rizartrosis. Sin embargo, existen varias terapias disponibles para abordar el dolor y recuperar la fuerza y la flexibilidad del pulgar. En principio, se distingue dos tipos: las alternativas conservadoras y las quirúrgicas.

Dadas las altas tasas de fracaso reportadas en las intervenciones quirúrgicas, las terapias conservadoras se consideran como la primera opción.

Las terapias manuales se consideran como el gold standard al momento de abordar los síntomas de manera convencional. Dentro de estas se encuentran los ejercicios de fisioterapia, los masajes y los ejercicios de fortalecimiento. Estos pueden ayudar a corto y medio plazo a aliviar el dolor, así como detener el avance de la enfermedad.

Por otro lado, también se puede considerar la inyección intraarticular de corticosteroides y el entablillado del pulgar. Cuando nada de esto reporta una mejora sustancial en el paciente se consideran las intervenciones quirúrgicas.

Para los pacientes con grado 1 y 2 se valora la reconstrucción del ligamento palmar y la osteotomía de extensión del metacarpiano. Para aquellos con grado 2 (tardío), 3 y 4 la trapeciectomía simple o la trapeciectomía con reconstrucción de ligamentos e interposición de tendones.

Las opciones de tratamiento se eligen con base en el cuadro clínico que manifiesta el paciente. En todos los casos se acompaña de una educación sobre los hábitos de vida.

El más importante de todos es evitar actividades o movimientos que exijan la articulación del pulgar. Consulta con tu especialista sobre qué alternativas tienes disponibles para hacer frente a los síntomas y mejorar tu bienestar.



  • Bock M, Eisenschenk A, Lorenzen H, Lautenbach M. Study of Medical Ultrasound for Rhizarthrosis (SUR): study protocol for a randomized controlled single-center pilot-trial. 2020 Jun 1;21(1):450.
  • Fontana L, Neel S, Claise JM, Ughetto S, Catilina P. Osteoarthritis of the thumb carpometacarpal joint in women and occupational risk factors: a case-control study. J Hand Surg Am. 2007 Apr;32(4):459-65.
  • Ganhewa AD, Wu R, Chae MP, Tobin V, Miller GS, Smith JA, Rozen WM, Hunter-Smith DJ. Failure Rates of Base of Thumb Arthritis Surgery: A Systematic Review. J Hand Surg Am. 2019 Sep;44(9):728-741.e10.
  • Patel TJ, Beredjiklian PK, Matzon JL. Trapeziometacarpal joint arthritis. Curr Rev Musculoskelet Med. 2013 Mar;6(1):1-8.
  • Rocchi L, Merolli A, Giordani L, Albensi C, Foti C. Trapeziometacarpal joint osteoarthritis: a prospective trial on two widespread conservative therapies. Muscles Ligaments Tendons J. 2018 Apr 16;7(4):603-610.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.