Parálisis del sueño: ¿en qué consiste?

Este trastorno del sueño se asocia mucho con alucinaciones auditivas y visuales y todavía no se conoce bien la causa. Ha recibido explicaciones religiosas y místicas a lo largo de los años.
Parálisis del sueño: ¿en qué consiste?
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 02 enero, 2021

La parálisis del sueño se conoce desde hace siglos y su connotación sobrenatural todavía sigue muy vigente en varios países. A continuación encontrarás un breve artículo sobre las principales explicaciones científicas de este fenómeno, así como sus consecuencias y tratamiento. ¡Sigue leyendo!

Historia y contexto cultural de la parálisis del sueño

A pesar de que hoy en día existen varias teorías que explican de forma científica la parálisis del sueño, no siempre ha sido así. Este trastorno se conoce desde hace siglos y muchas de las atribuciones sobrenaturales han logrado persistir hasta la actualidad.

Dependiendo de la región, estas ideas pueden ser un poco diferentes. Un trabajo de investigación publicado en el 2015 recolectó información de 68 participantes en la región de Abruzzo, Italia. La mayoría de ellos asociaba la parálisis del sueño con el nombre pandafeche y gracias a una encuesta pudo saberse el significado sobrenatural del fenómeno.

Muchas opiniones variaban entre la existencia de una bruja o espíritu responsable de los ataques. Para prevenirlos, bastaba con utilizar arena, sal o cuchillos alrededor de la cama. De hecho, una opción bastante conocida era colocar una escoba volteada cerca de la puerta para evitar la entrada de los espíritus.

Algo similar se describió en El Cairo, Egipto. Un estudio publicado en 2013 comparó la opinión de diversos habitantes de dicha ciudad respecto a los de la capital de Dinamarca. Gran cantidad de egipcios manifestaron creer que dicho fenómeno se debía al asalto o intervención del jinn, una criatura sobrenatural maligna conocida en esta cultura.

Fisiología del sueño

El sueño es un fenómeno complejo y que se ha estudiado bastante en las últimas décadas. Sin embargo, al igual que otras áreas del sistema nervioso, todavía no se entiende del todo. Veremos de forma rápida sus fases para entender cómo encaja la parálisis en estos períodos.

Sueño REM

Su nombre viene del inglés rapid eye movement y se caracteriza por una serie de movimientos oculares rápidos. A pesar de ello, el tono muscular en el resto del cuerpo disminuye, por lo que se alcanza una fase de relajación.

Pueden producirse entre 4 y 5 períodos de sueño REM en una noche. Algo muy característico es que tiende a alargarse a medida que van pasando las horas. La activación neuronal se origina en el tallo cerebral y desde el punto de vista neuroquímico destaca la presencia del neurotransmisor acetilcolina.

Sueño NREM

Su nombre significa non rapid eye movement y una de las diferencias respecto al anterior es que los movimientos se producen de forma lenta. Además, hay activación progresiva del músculo esquelético que puede dar lugar a mioclonías y sonambulismo.

Las mioclonías son movimientos de grupos musculares aislados. El sonambulismo, por su parte, también es un tipo de trastorno del sueño. Aquí se producen movimientos involuntarios, inconscientes y que pueden estar acompañados por automatismos.

Desde un punto de vista fisiológico el sueño NREM se divide en tres fases bien diferenciadas. Cada una de ellas tiene sus propios patrones neuroquímicos y eléctricos.

Electroencefalograma en el sueño.
Las ondas cerebrales cambian a medida que se suceden las fases del sueño y eso puede registrarse en un electroencefalograma.

¿En qué consiste la parálisis del sueño?

Es un tipo de trastorno del sueño que se caracteriza por la interrupción abrupta del mismo y la parálisis de la musculatura esquelética. Suele durar períodos cortos de tiempo en los que los afectados experimentan sensación de pánico con o sin alucinaciones.

Otro aspecto fundamental es que en la mayoría de las ocasiones el recuerdo del trastorno se mantiene, algo que lo distingue del sonambulismo. Ciertas constantes vitales pueden variar, como la frecuencia cardíaca y la respiratoria. Esta última puede hacerse más dificultosa debido a la disminución de actividad de los músculos respiratorios accesorios.

A pesar de que no es una condición rara, los datos sobre su prevalencia son escasos. Esto quizá esté relacionado con el hecho de que los afectados no tienden a acudir al médico en primera instancia. Una investigación realizada en Madrid en 1999 determinó la prevalencia en esta ciudad en un 0,3 %.

Otros estudios epidemiológicos han establecido que su prevalencia puede aumentar hasta un 39,1 % en pacientes con patologías psiquiátricas. Los estudiantes de carreras demandantes podrían alcanzar valores de hasta 28,3 %.

Es común la aparición de alucinaciones auditivas o visuales que, según muchos pacientes, son atemorizantes. Por fortuna, los episodios son autolimitados.

¿Por qué ocurre?

La mayor parte de la evidencia científica da a entender que es una consecuencia de fenómenos naturales que ocurren durante el sueño. Hasta el momento no se ha podido identificar con exactitud la fisiopatología de esta condición. Se sabe que ocurre durante el sueño REM.

Es posible que cuando empieza se entre en un estado de hipervigilancia cerebral. Se trata de un período característico de algunos trastornos como el síndrome de estrés postraumático, en el que aumenta la capacidad sensorial.

Hay evidencia que apunta a una disfunción neuroquímica capaz de provocar activación e inactivación selectiva de algunos grupos de neuronas. Este es el caso de las motoneuronas inferiores, de forma similar a la cataplejía.

Factores de riesgo para la parálisis del sueño

Se han realizado múltiples investigaciones clínicas para determinar aquellos factores desencadenantes o grupos de riesgo en la parálisis del sueño. Los más involucrados son los siguientes:

  • Dificultad para conciliar el sueño.
  • Cansancio excesivo.
  • Alteración del ciclo sueño-vigilia.
  • Cambio de zona horaria.
  • Abundante estrés.

Según una revisión publicada en el año 2002, la mayoría de los pacientes experimentan parálisis del sueño cuando se encuentran en posición supina. Aquellos que tienden a dormir lateralizados o boca abajo no presentan con tanta frecuencia estos eventos nocturnos.

¿Cuáles son las consecuencias de los trastornos del sueño?

Los episodios agudos de cualquier problema para conciliar el sueño tienden a provocar cambios inmediatos en las personas afectadas. Las alteraciones comportamentales y la irritabilidad son los más conocidos, en especial cuando existen factores estresantes.

Sin embargo, aquellos pacientes que sufran de parálisis del sueño de forma repetitiva podrían desarrollar ciertas enfermedades crónicas, como las siguientes:

  • Cardiovasculares: hipertensión arterial y algunos tipos de arritmia, en especial la fibrilación auricular.
  • Metabólicas: obesidad y dislipidemia.
  • Psiquiátricas: trastorno depresivo mayor y ansiedad.
  • Neurológicas: demencia.
Mujer estresada no puede dormir bien.
Los estados de estrés persistente son capaces de alterar el sueño, llevando incluso a la parálisis.

Tratamiento de la parálisis del sueño

El médico especialista en el tratamiento de este tipo de trastornos es el psiquiatra. Sin embargo, los psicólogos también pueden proporcionar bastante alivio mediante distintas técnicas de psicoterapia.

La primera línea de tratamiento es la promoción de la higiene del sueño. Algunas de las recomendaciones que realizan los profesionales en el área a los pacientes son las siguientes:

  • Evitar el uso de la cama para otras actividades, salvo excepciones, como las relaciones sexuales.
  • Disminuir el consumo de sustancias psicoestimulantes.
  • Seguir una dieta balanceada.
  • Realizar ejercicios de meditación y relajación.
  • Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.

Desde el punto de vista farmacológico, el uso de antidepresivos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) ha mostrado buenos resultados.

La parálisis del sueño es un fenómeno que ocurre con relativa frecuencia y todavía no se conocen muy bien los mecanismos subyacentes. Si se produce de forma constante podría provocar problemas para conciliar el sueño y otras enfermedades concomitantes. Algunos cambios en el estilo de vida son vitales para disminuir la aparición de los episodios.



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