Acné quístico: causas, síntomas y tratamiento
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El acné es uno de los trastornos cutáneos más comunes que existe. Razón por la que cualquier persona puede presentar algún tipo a lo largo de su vida. Además, lo puede hacer en distintos grados, llegando al acné quístico.
Así como una persona puede desarrollar acné leve o moderado por el uso continuado de mascarillas, una mujer puede presentar un brote de acné por síndrome menstrual y otros, en cambio, verse afectados por las formas más agresivas.
El acné quístico o noduloquístico está considerado como una de las formas más severas de este trastorno. Esto es porque quien lo sufre no presenta un brote puntual leve, sino lesiones severas y profundas que requieren un tratamiento médico más riguroso.
Causas del acné quístico
En líneas generales, decimos que el acné aparece como consecuencia de la acumulación de células muertas, sebo y bacterias (P. acnes) que obstruyen los folículos pilosos y bloquean el sebo que sale por los poros. Ese bloqueo acumula las sustancias y ocasiona las lesiones visibles.
Ahora bien, como se indica en el Manual MSD, las infecciones más graves se caracterizan por nódulos duros debajo de la superficie de la piel. Estos se llaman quistes.
En cualquiera de sus manifestaciones, se trata de un trastorno multifactorial. Por ende, no se puede señalar una única causa. Más bien es correcto interpretar que hay una conjunción de hechos.
Ni el tipo de dieta, ni los picos de estrés, ni las fluctuaciones hormonales, ni la herencia o la manera de limpiarse la piel pueden constituir orígenes excluyentes. Sin embargo, sí pueden ser factores que contribuyen al agravamiento del problema en algunos tipos de acné.
Síntomas del acné quístico
Como su nombre lo indica, el acné quístico se caracteriza por lesiones profundas en la piel. Estas se describen como nódulos llenos de pus, de color rojo, tamaño grande (más de 5 milímetros, lo que es considerablemente mayor respecto al de las pápulas o granos habituales) y muy dolorosos. Además, pueden romperse, expandirse y convertirse en abscesos.
Las lesiones suelen ser más comunes en aquellas áreas de la piel donde pueda haber mayor concentración de glándulas sebáceas. Por ello, no es inusual que afecte zonas del rostro como la barbilla y la mandíbula.
Ahora bien, los quistes no solo se presentan en la cara, sino que pueden aparecer en otras partes del tronco de la persona, como el cuello, el pecho o la espalda. Dejan cicatrices notorias que luego es necesario tratar para mitigar el impacto emocional en el paciente.
Consecuencias
Como indica un artículo publicado en la revista Elsevier, los pacientes con acné tienden a la depresión, la ansiedad y el aislamiento social. El índice de suicidios es superior en este grupo poblacional respecto al resto de las personas. Todo esto se vincula a la autoestima que se socava por la apariencia física.
Aunque el impacto del acné varía de persona a persona, en líneas generales, la inseguridad, el aislamiento, la ansiedad y la depresión son problemas a los que a menudo las personas con acné quístico deben enfrentarse. Y si bien no se suele incluir el apoyo psicológico como parte de la estrategia terapéutica principal, cada vez se recomienda más desde la consulta dermatológica.
Tratamiento
A diferencia de lo que ocurre en los casos de acné leve y moderado, los quistes no suelen remitir solo con autocuidados, con el uso de productos antiacné de venta libre, antibióticos orales, anticonceptivos o un medicamento tópico (como el peróxido de benzoilo). Al ser más grave, es necesario un tratamiento agresivo.
En algunos casos, los quistes pueden ser tan grandes y dolorosos que puede ser necesario administrar inyecciones de corticoesteroides directamente en su interior. Otros quistes de mayor tamaño y extensión pueden requerir una incisión para drenaje.
En los pacientes en los que el tratamiento oral y combinado haya fracasado, se indicará isotretinoína oral. Este es un medicamento que produce efectos secundarios importantes, por lo que debe usarse bajo supervisión médica. Según sea la gravedad de las lesiones y la posibilidad de desarrollar cicatrices, el dermatólogo podría considerar el tratamiento con retinoides orales.
Si bien en algunos casos pueden ser útiles contra la infección, en otros son contraproducentes. Por ello, no siempre se prescriben corticosteroides.
La adherencia al tratamiento contribuye en gran medida con su eficacia, por lo que se recomienda seguir las pautas del especialista y consultar ante cualquier duda que pueda surgir.
No solo medicamentos para tratar el acné quístico
A la par que se indica un tratamiento acorde al caso, el dermatólogo realizará una serie de recomendaciones al paciente. Estas pueden incluir lo siguiente:
- No lavar el rostro con jabones que resequen en exceso la piel ni hacerlo constantemente. Esto no ayudará a mitigar la producción de sebo, sino todo lo contrario.
- No se recomienda bajo ninguna circunstancia manipular los quistes o nódulos en casa, ni con las manos ni con ningún utensilio. Cualquier corte podría complicar la lesión.
- Si ya se está bajo tratamiento, es recomendable evitar el sol directo y usar la protección indicada por el especialista. Esto es porque muchos tratamientos producen fotosensibilidad.
El tratamiento de las cicatrices que haya dejado el acné quístico puede incluir técnicas de láser, dermoabrasión u otros, según lo que considere el dermatólogo. Generalmente, el abordaje influye en el bienestar del paciente y ayuda a mejorar su calidad de vida, por lo que constituye un proceso de gran importancia.
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