¿Qué es el insomnio?
Dormir es una de las funciones fisiológicas vitales y básicas de todo ser humano. Cuando no descansamos bien, el cuerpo, la mente y el estado de ánimo se resienten. Es lo que ocurre en el insomnio, un trastorno del sueño que impide o dificulta la conciliación del descanso o su mantenimiento.
El insomnio conlleva también otros síntomas secundarios, como ansiedad, irritabilidad, tristeza, fatiga y cansancio. Es un trastorno muy frecuente.
De hecho, según un estudio de Ohayon y Sagales (2010), el insomnio es la perturbación del sueño que más prevalencia tiene en España. También es el más prevalente a nivel mundial. Pero, ¿qué sabemos sobre él? ¿Cómo se manifiesta y por qué aparece?
¿Qué es el insomnio?
El insomnio es un trastorno del sueño. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), es el más prevalente a nivel mundial. Pero, ¿en qué consiste?
Se caracteriza por una incapacidad de dormir lo suficiente como para sentirse descansado. Puede ser debido a una dificultad o incapacidad para conciliar el sueño o para permanecer dormido. También podría implicar que la persona se despierte antes de lo deseado, con incapacidad para volverse a dormir.
Además, el sueño suele ser poco reparador, de baja calidad y ligero. A raíz de ello, las personas que sufren insomnio también padecen una serie de síntomas diurnos, como irritabilidad, dificultades atencionales y disminución de la energía.
En la actualidad, existen diferentes opciones de tratamiento que resultan eficaces para el insomnio, a nivel psicoterapéutico y también a nivel farmacológico. Por otro lado, muchas personas emplean métodos naturales.
Síntomas del insomnio
Para poder hablar de insomnio según los criterios diagnósticos del DSM-5, los síntomas deben producirse al menos 3 noches a la semana durante un mínimo de 3 meses. Así también se afirma en un estudio de Maness y Khan (2015).
Ahora veamos los síntomas precisos de esta condición.
1. Insatisfacción por la cantidad o la calidad del sueño
Este síntoma debe asociarse a otros. Como mínimo, uno o más de los siguientes:
- Dificultad para iniciar el sueño: en niños suele manifestarse por la dificultad para iniciar el descanso sin la intervención del cuidador.
- Dificultad para mantener el sueño: se traduce en despertares frecuentes durante la noche o en problemas para volver a conciliar el sueño después de despertar. En niños puede ser a través de una dificultad para volver a dormirse sin la intervención del cuidador.
- Despertarse pronto por la mañana: antes de lo deseado y sin haber descansado lo suficiente, sumado a una incapacidad para volver a dormirse.
2. Marcado malestar
A raíz de los síntomas, la persona con insomnio sufre un intenso malestar. O bien los síntomas interfieren en su funcionamiento diario, a nivel social, académico o laboral.
3. Otros síntomas del insomnio
Estos serían los criterios diagnósticos principales para el insomnio. Sin embargo, se trata de un trastorno del sueño que también ocasiona signos diurnos, tales como los siguientes:
- Fatiga o somnolencia.
- Deterioro del rendimiento que se manifiesta con accidentes o errores.
- Dificultades atencionales: reducción de la atención.
- Disminución de la energía o de la motivación.
- Dolores de cabeza.
- Alteraciones digestivas, como dolor en el epigastrio.
- Incapacidad para dormir una siesta.
- Alteraciones en el comportamiento: hiperactividad, impulsividad, conductas agresivas.
4. Alteraciones del estado de ánimo
Más allá de los síntomas diurnos mencionados, aparecen también otro tipo de alteraciones relacionadas con el estado de ánimo. Debemos tener en cuenta que dormir impacta en nuestro bienestar y en la calidad de vida.
Así, el insomnio puede provocar un trastorno depresivo, por ejemplo. También genera ansiedad.
En el caso de la depresión, el cuadro puede ir asociado al hecho de despertarse temprano por la mañana y a la dificultad para volverse a dormir. Por otro lado, la ansiedad puede dejar la mente de la persona cavilando por la noche, ocasionando preocupaciones.
En el caso de la ansiedad, esto lleva a un círculo vicioso: a mayores preocupaciones, mayor la ansiedad y más aún el insomnio. Así mismo, el insomnio puede aumentar los niveles de preocupación.
Causas del insomnio
Las causas del insomnio son múltiples. Podemos agruparlas en 3 grandes grupos: de predisposición, precipitantes (o desencadenantes) y de mantenimiento.
1. Factores de predisposición
Todas las personas tenemos un cierto potencial a la hora de desarrollar una dificultad para conciliar o mantener el sueño. Es lo que se denomina predisposición o umbral.
Esta predisposición se relaciona con factores de diferente tipología. Encontramos a los genéticos (un insomnio hereditario, por ejemplo), al sexo (es más frecuente entre las mujeres), a la edad, al uso de sustancias y otras afecciones médicas y psiquiátricas (como la migraña o la fibromialgia).
Por otro lado, entre las causas predisponentes del insomnio también está el aumento de la señal de alerta en el organismo, que se relaciona con el sistema nervioso simpático. Hay personas que tienen cierta predisposición a responder antes y de forma más intensa ante una amenaza externa.
Así, la hiperactivación del sistema nervioso autónomo simpático se prolonga hasta la noche. La persona, entonces, puede manifestar dificultades para conciliar el sueño, aunque esté realmente cansada.
2. Factores precipitantes
Si a las causas de predisposición del insomnio se le suman factores desencadenantes, el trastorno aparece. Hablamos de los factores precipitantes o provocadores, que incluyen los siguientes:
- Consumir sustancias como el alcohol o la cafeína antes de acostarse.
- Fumar.
- Realizar determinados viajes que causen jet lag.
- Tener un trabajo por turnos.
- Mirar el móvil o el televisor justo antes de acostarse.
- Padecer estrés o ansiedad.
- Tener responsabilidades nocturnas, como la alimentación de un bebé.
3. Factores de mantenimiento
Finalmente, las causas o factores de mantenimiento del insomnio explicarían por qué el trastorno se mantiene una vez que ha aparecido. Existen varios:
- Ansiedad y preocupaciones derivadas del mismo insomnio.
- Una mala higiene del sueño: no seguir rutinas, consumir estimulantes, hacer deporte justo antes de ir a dormir, utilizar el móvil en la cama.
- Factores ambientales de la habitación: dormir con mucho ruido, con mala iluminación, en una temperatura inadecuada.
No hay un solo tipo de insomnio
No existe un único tipo de insomnio. En función del criterio de clasificación, encontramos varios de ellos. Se lo clasifica según la temporalidad (agudo y de corta duración o crónico), según su naturaleza y síntomas (de conciliación o inicial, de mantenimiento o medio y de despertar precoz o tardío.
El insomnio es un trastorno que afecta la calidad del sueño, pero también la calidad de vida y el bienestar físico y psicológico. Por fortuna, desde la psicoterapia puede abordarse y combatirse. También desde la farmacoterapia. Si sufres insomnio, te animamos a ponerte en manos de un profesional.
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- Unidad del Sueño. Estandares y recomendaciones de calidad y seguridad. Informes Estudios e investigación 2011. Ministerio de Sanidad, política social e igualdad