Causas y factores de riesgo de la hiperglucemia

Te vamos a contar cuáles son los principales factores de riesgo para el desarrollo de la hiperglucemia, una patología que cursa con elevación del azúcar en la sangre.
Causas y factores de riesgo de la hiperglucemia
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 14 julio, 2021

La hiperglucemia es una patología que puede estar provocada por diferentes causas. Cursa con un descontrol de los niveles de glucosa en sangre y suele asociarse a una situación de diabetes.

Es importante el diagnóstico temprano para poder incidir en los hábitos de vida. De esta manera, podría corregirse el problema y conseguir un manejo eficiente de las glucemias.

La función de la insulina en la hiperglucemia

La insulina es la hormona encargada de reducir los niveles de azúcar en la sangre. Cuando la glucemia excede una cierta cantidad se estimula la síntesis de la hormona a nivel pancreático. Ahora bien, pueden experimentarse ineficiencias en este mecanismo.

En los casos de diabetes, el organismo no es capaz de producir la cantidad de insulina suficiente o las células no son sensibles a la hormona. Es difícil reducir los niveles de azúcar en sangre de un modo natural cuando se presenta este escenario, por lo que se tiene que recurrir a la farmacología o a la inyección de la insulina de forma exógena.

Asimismo, es posible experimentar una situación de hiperglucemia a pesar de no existir un caso de diabetes subyacente. Por ejemplo, aquellas personas que practican poco ejercicio o que tienen niveles de estrés elevados son más propensas a desarrollar dicha condición.

Por último, hay que destacar que durante el embarazo se incrementa el riesgo. Las mujeres con sobrepeso son relativamente propensas a padecer diabetes gestacional, según un estudio publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences.

La influencia de la genética en las causas de la hiperglucemia

Las personas con antecedentes familiares son más propensas a sufrir hiperglucemia. Lo mismo sucede con la diabetes. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Endocrinology and Metabolism Clinics of North America. Ahora bien, aunque pueda existir una cierta propensión, está claro que los hábitos de vida resultan determinantes.

La diabetes de tipo 1 sí que está signada por una alteración en los genes. Se trata de una enfermedad que se desarrolla tras el nacimiento y que cursa con la incapacidad del páncreas de producir insulina. En estos casos es preciso pautar inyecciones exógenas periódicas de la hormona.

Por su parte, la diabetes tipo 2 es una patología adquirida a lo largo de los años. Pese a la existencia de un componente genético que module el riesgo, es importante destacar que las causas de la hiperglucemia serán los hábitos de vida, que van a condicionar la aparición del problema.

Genética en la hiperglucemia.
Las condiciones genéticas explican algunos casos de hiperglucemia, pero los hábitos de vida son determinantes.

Otras causas de hiperglucemia

No solo la diabetes es capaz de generar una situación de hiperglucemia. También las patologías pancreáticas son causas subyacentes, como la fibrosis y el síndrome de Chusing. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Critical Reviews in Oncology/Hematology. En estos casos, las alteraciones de la glucosa en sangre revelan una enfermedad que pone en riesgo la salud en el corto plazo.

Por este motivo, es preciso recurrir al tratamiento farmacológico. Cuando existe una enfermedad de estas características no es suficiente con plantear un cambio en los hábitos de vida, a pesar de que también resulta de ayuda.

De todos modos, hay que destacar que estas situaciones no son frecuentes. Lo más habitual es que la hiperglucemia esté provocada por un mal manejo de la diabetes o por una situación de sedentarismo y de dieta inadecuada.

Los factores de riesgo asociados al modo de vida

Los principales factores de riesgo para el desarrollo de la hiperglucemia son los siguientes:

  • Sobrepeso: se ha demostrado que la acumulación de tejido adiposo subcutáneo incrementa la incidencia de diabetes y de las complicaciones metabólicas asociadas. Por este motivo, es importante plantear una dieta con un cierto carácter hipocalórico como método de prevención.
  • Sedentarismo: no realizar ejercicio físico impacta de forma negativa sobre la sensibilidad de las células a la insulina, reduciendo su respuesta a la hormona. Además, el sedentarismo se relaciona también con el sobrepeso y con la obesidad.
  • Presión arterial alta: aquellas personas que han desarrollado hipertensión arterial son más propensas a padecer diabetes de tipo 2 o hiperglucemias. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Hypertension.
  • Edad: con el paso de los años el cuerpo se vuelve más sensible a los cambios. Las personas mayores suelen realizar menos actividad física. Además, a medida que el envejecimiento progresa se reduce el porcentaje de masa muscular. La inflamación sistémica se vuelve una constante si no se cuidan los hábitos de vida.
  • Embarazo: como hemos comentado, durante el embarazo puede experimentarse una patología transitoria conocida como diabetes gestacional. Esta suele remitir una vez que se ha producido el alumbramiento.
  • Tabaco: otro de los factores de riesgo para el desarrollo de la hiperglucemia y de la diabetes tipo 2 es el tabaquismo. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Translational Research, los compuestos de los cigarrillos aumentan la incidencia de las patologías metabólicas.

¿Cuándo acudir al médico?

Se ha de acudir al médico cuando se detecten sucesivas alteraciones de la glucosa en sangre, no siendo posible un control de las mismas por medio de la modificación de los hábitos dietéticos. También si las alteraciones de la glucosa en sangre están acompañadas de mareos o de visión borrosa.

Por otra parte, conviene acudir al especialista en caso de padecer una situación de diabetes mal controlada. Es importante pautar bien la farmacología y ajustar la dieta para permitir un óptimo manejo de las glucemias. De lo contrario, podría incrementarse el nivel de inflamación sistémica.

Las personas mayores son más sensibles a las alteraciones de la glucemia. El organismo, con el paso de los años, pierde capacidad de respuesta y de adaptación, por lo que en ancianos es preciso tener más cuidado todavía.

Anciano toma pastilla para la hiperglucemia.
Los cambios de la vejez favorecen la hiperglucemia por la pérdida en las capacidades adaptativas del organismo.

¿Cómo reducir el riesgo de hiperglucemia?

Para reducir el riesgo de hiperglucemia es fundamental actuar sobre los hábitos de vida. Conviene limitar la ingesta de azúcares simples y de alimentos ultraprocesados con alto contenido en ácidos grasos de tipo trans. La alimentación ha de estar basada en alimentos frescos.

Existen ciertas estrategias que pueden generar beneficios claros sobre el control de las glucemias, como es el ayuno intermitente. No obstante, es preferible que esté supervisado por un profesional. También la dieta cetogénica puede resultar ventajosa.

Hay que evitar los tóxicos como el tabaco y el alcohol. Ambas sustancias son perjudiciales para el organismo, independientemente de la dosis consumida.

Resulta fundamental promocionar el ejercicio físico, sobre todo el de fuerza. Este tipo de trabajo preserva y ayuda a incrementar la masa muscular, lo que facilita la movilización del tejido adiposo subcutáneo.

Por último, es determinante dormir bien. Incluso cambiar el horario de las comidas podría generar efectos positivos. Como norma general, se asocia comer y cenar tarde con un mayor riesgo de desarrollar sobrepeso y patologías metabólicas.

Las causas de la hiperglucemia se deben buscar en los hábitos de vida

La mayor parte de los factores de riesgo de la hiperglucemia tienen que ver con los hábitos de vida. Si se cuida la dieta y se realiza ejercicio físico es menos probable que se experimenten problemas relacionados con el control del azúcar en sangre.

Ahora bien, existe una cierta determinación genética al respecto. Hay que tener especial cuidado con los pacientes con diabetes tipo 1. En estos casos, debido a que no existe la capacidad de producir insulina de forma endógena, será necesario aportar la hormona por medio de inyecciones.



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