Causas y factores de riesgo de la artritis reumatoide
Hablar de las causas de la artritis reumatoide es difícil. En realidad, como sucede con muchas otras patologías autoinmunes, el origen puntual no se ha descifrado. Se asume que hay una conjunción de factores que determinan su aparición y evolución.
Lo que sí podemos conocer son los factores de riesgo, es decir, aquellas situaciones o características que hacen que una persona tenga más probabilidad de padecer la enfermedad o de verse afectado por las complicaciones. La mayoría de ellos son modificables, o sea que podemos tomar acciones concretas para disminuir su incidencia.
Recordemos que la artritis reumatoide es un trastorno signado por el ataque del sistema inmunitario contra ciertos tejidos propios. En este caso, las áreas más atacadas son las articulares, aunque también se registran síntomas en la piel y en algunos órganos, como el corazón y los pulmones.
Los genes y las causas de la artritis reumatoide
La participación de la genética en la génesis de la artritis reumatoide es ya conocida por los estudios científicos. Si bien se siguen investigando las áreas cromosómicas más involucradas, ya se ha certificado la participación del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA). Este complejo es un conjunto de informaciones genómicas que regulan la expresión del sistema inmunitario.
En términos básicos y entendibles, lo que sucede es que los anticuerpos que deberían reconocer como propios los tejidos articulares, no lo hacen. Por ello se asume una participación del HLA. Los fallos en el mismo explicarían por qué se producen anticuerpos capaces de atacar las articulaciones normales.
Como veremos más adelante, la genética por sí sola no condiciona la aparición de la patología. Entre las causas de la artritis reumatoide tenemos que considerar que ciertos factores del ambiente actúan como gatillos para disparar el ataque de los anticuerpos.
Podemos decir, entonces, que hay una predisposición que se ve estimulada por una circunstancia, una característica, un hábito de vida o el contacto con un agente externo que produce finalmente la respuesta patológica. La alteración del HLA establece la base y podría ser un elemento indispensable, pero no el único.
Incluso hay casos en los que se han certificado combinaciones de alteraciones genéticas, con modificaciones en sectores cromosómicos diversos. Hasta el momento, los genes de los que se tiene evidencia como causantes son el STAT4, el TRAF1 y el PTPN22.
Las infecciones en la patogénesis de la artritis reumatoide
Hablando de gatillos que estimulan a las causas genéticas de la artritis reumatoide tenemos a los virus y las bacterias. Algunas teorías e hipótesis al respecto establecen que las infecciones podrían desencadenar una cascada de reacciones que finalizarían con el ataque de los anticuerpos a las articulaciones.
Una vía podría ser la reacción cruzada. Esto es que ciertos microorganismos comparten proteínas parecidas al tejido sinovial y al resto de los tejidos articulares. Por lo tanto, el sistema inmunitario se confunde y, queriendo atacar a los agentes externos, termina dañando elementos internos.
Entre los virus más vinculados a la artritis reumatoide están el virus de Epstein-Barr y el de la hepatitis C. Por su parte, Escherichia coli es la bacteria sobre la que más se ha estudiado.
Todo esto que explicamos no quiere decir que la autoinmunidad sea sincrónica con la infección. Es posible que el paciente tenga una enfermedad por E. coli en un momento dado y luego, tiempo después (meses o hasta años), desarrolle los síntomas articulares de la artritis reumatoide.
La influencia de la edad como factor de riesgo
Las causas de la artritis reumatoide se explican en relación con los factores de riesgo. Estos son los que actúan como gatillos para disparar los síntomas y los signos, actuando sobre una predisposición genética.
El pico de presentación de la patología se encuentra alrededor de los 40 años, con un incremento del riesgo a medida que se envejece. Esto se debe vincular con los factores de riesgo que cada persona presenta.
Un dato interesante es el que involucra a los estrógenos. Según algunas investigaciones, en las mujeres se nota un descenso de la incidencia en las últimas décadas por el uso de anticonceptivos, los que actuarían como factores protectores hormonales. Además de la mayor prescripción de terapias de reemplazo hormonal en las pacientes menopáusicas, lo que prolongaría el efecto de protección.
Los factores de riesgo modificables en la artritis reumatoide
Cuando mencionamos al inicio que las causas de la artritis reumatoide se pueden modular con los factores de riesgo, estábamos hablando de aquellos modificables. Es decir, todos lo que se consideran propios del estilo de vida y de los hábitos.
Vamos a centrarnos en explicar la obesidad, el tabaquismo y el estrés. Sobre los tres hay claras evidencias que demuestran su efecto gatillo.
Obesidad
La obesidad es una enfermedad que tiene en su etiopatogenia a la inflamación sistémica. Este es un concepto que cada vez se explora más, ya que podría explicar muchas patologías crónicas y complejas.
En el caso de la artritis reumatoide, la inflamación juega un rol fundamental para los síntomas. Las articulaciones de los pacientes atraviesan períodos de mucha acumulación de tejido inflamatorio y de edema, es decir, acumulación de líquidos. Las coyunturas se endurecen y se vuelven rígidas, perdiendo funcionalidad.
Las personas con sobrepeso recargan sus articulaciones con un exceso de masa corporal que estimula el daño repetitivo, sobre todo en las extremidades y en la cadera. Si a esto sumamos el intrincado desarrollo de las cascadas inflamatorias, o sea, activaciones de interleuquinas y citoquinas, estaríamos frente a un gatillo claro para que las mutaciones del HLA ordenen formar anticuerpos erróneos.
En este sentido, el control del peso corporal, la dieta y el ejercicio físico son herramientas para reducir el riesgo y mejorar la calidad de vida de los pacientes con artritis reumatoide. No se trata de métodos curativos, sino de paliativos.
Tabaquismo
Los efectos negativos del tabaco en la salud física y mental son probados sobradamente por varios estudios científicos. En específico, respecto a las causas de la artritis reumatoide y como factor de riesgo, el cigarrillo es capaz de alterar la aparición de los síntomas, la evolución y hasta la respuesta al tratamiento.
En los tabaquistas hay un aumento de la inflamación sistémica. Esto se suma al daño celular que la nicotina provoca en varias estirpes de tejidos, lo que incluye a las articulaciones.
En términos farmacológicos, también el tabaco es capaz de reducir la eficacia de los medicamentos que se prescriben para tratar la artritis reumatoide. Por ello, es urgente para cualquier paciente con el trastorno abandonar el hábito tabáquico cuanto antes.
Estrés
El papel del estrés en las enfermedades musculares, esqueléticas y autoinmunes se sigue investigando. De todos modos, cada vez se acumula más evidencia sobre el dolor y el daño a los tejidos que sobreviene cuando hay situaciones de ansiedad prolongadas o exposición continua a estresores que sobrepasan los niveles de homeostasis del organismo.
El cortisol y la adrenalina son las sustancias señaladas como culpables del mecanismo de gatillo de las condiciones genéticas y las mutaciones que explican las causas de la artritis reumatoide. Ambas sustancias se segregan en exceso cuando hay estrés y provocan efectos en el organismo que podrían influir en la respuesta inmunitaria.
Aquí nos referimos al estrés emocional y al físico. Tanto uno como el otro son responsables del aumento en la secreción de cortisol y adrenalina. En ese sentido, el ejercicio recomendado a los pacientes con artritis reumatoide no puede significar una exigencia extrema ni de alta intensidad, ya que si provoca daño muscular estará estresando a todo el cuerpo.
En cuanto al estrés emocional, se ha registrado una alta prevalencia de depresión en los pacientes con artritis reumatoide. Eso conlleva un círculo vicioso en el que la persona padece dolores constantes que la deprimen y su tristeza influye como estresor para prolongar el dolor y reducir la respuesta a la medicación. La ayuda de un psicólogo en este contexto es lo adecuado.
Sin causas claras de artritis reumatoide, pero con factores de riesgo identificados
Las causas concisas de la artritis reumatoide no están claras. Eso sucede con casi todas las enfermedades autoinmunes. De todos modos, las investigaciones señalan al complejo mayor de histocompatibilidad como el problema genético de fondo. A ello se suman factores que actúan como gatillos para la aparición de los síntomas.
Poder cambiar los hábitos poco saludables es bueno en cualquier sentido. Para aquellos con riesgo de padecer la enfermedad, lo es aún más. Aquí incluimos, sobre todo, a personas que han tenido antecedentes familiares en hermanos, padres y abuelos.
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