El impacto emocional de la jubilación

La jubilación es un gran punto de inflexión en la vida de las personas. Es importante planificarla de manera realista, ya que el impacto emocional que puede causar tiene el potencial de causar sufrimiento.
El impacto emocional de la jubilación
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 20 abril, 2023

El impacto emocional de la jubilación puede ser muy intenso. Como ocurre cuando quitamos una carta de un castillo de naipes, la vida social de las personas que están a punto de jubilarse puede desmoronarse. Si tenemos en cuenta que pasamos, de media, 8 horas trabajando y normalmente rodeados de compañeros de trabajo, la jubilación borra de un plumazo este escenario.

Con el paso de los años, los hilos que conectan a los trabajadores de un mismo lugar se fortalecen, se forjan amistades y surgen recuerdos y emociones que atesoramos. La jubilación puede implicar la pérdida de este contacto social, y las consecuencias de la soledad que puede producirse tienden a ser devastadoras cuando la jubilación es afrontada de manera poco planificada.

«No te retires simplemente de algo, ten algo a lo cual retirarte».

-Harry Emerson Fosdick-

Factores previos a la jubilación

Los psicólogos sociales o del desarrollo han estudiado cómo existen puntos de inflexión en la vida de las personas. Sus causas pueden ser tanto biológicas como sociales. Las consecuencias de los eventos por los que pasan las personas dependen del impacto de múltiples factores:

  • Cómo la persona anticipa el hecho de que va a jubilarse y en qué grado se siente preparada para hacerlo.
  • Cuál es la comprensión real que tiene la persona sobre lo que supone jubilarse («puedo llegar a estar más solo»), así como su interpretación subjetiva («tendré más tiempo para hacer actividades significativas»).
  • En qué estado se encuentra la salud física.
  • Cuál es la experiencia acumulada sobre los periodos estando laboralmente parado.
  • Cuáles son las fuentes de apoyo tanto social como sentimental de las que puede hacer uso la persona jubilada.
  • Cuál es la capacidad y la forma de adaptación a situaciones cambiantes de la persona.

«La jubilación puede ser un final, un cierre, pero también un nuevo comienzo».

-Catherine Pulsifer-



Impacto emocional en las diferentes fases de la jubilación

Para Robert Atchey, la jubilación es un proceso que implica una sucesión de estadios. Aunque hay personas que carecen de la necesidad de pasar por alguna de estas fases, todas ellas tienden a darse en menor o en mayor medida y estar en ellas dependerá de la motivación que guía a la persona a la hora de jubilarse, así como el grado de satisfacción y bienestar que sentía a raíz del trabajo que ha dejado de desempeñar. Veamos cuáles son.

Fase de prejubilación

La jubilación se asocia a muchos cambios
Muchas de las personas que están próximas a retirarse lo perciben como algo positivo y una oportunidad para disfrutar la vida.

Esta etapa es la antesala al retiro. Ocurre cuando se va a acercando la edad de jubilación y la persona comienza a pensar qué va a hacer. Supone saber prepararse para el impacto emocional de la jubilación. En este sentido, si la persona ajusta de forma inadecuada sus expectativas («voy a tener tanto tiempo que voy a hacer lo que me dé la gana») es posible que experimente dificultades, como la ansiedad.

Esta es una emoción que se dirige a menudo al futuro. Un futuro que puede plantearse incierto, lleno de interrogantes y, sobre todo, de tiempo. En este sentido, es importante planificar la jubilación antes de que esta se produzca, y hacerlo de una manera sosegada y reflexiva, es decir, siendo conscientes de los recursos y las limitaciones de cada uno.

«Tristemente, la planificación de la jubilación en muchas circunstancias se ha convertido en nada más que una postergación planificada».

-Richie Norton-

Fase de jubilación

La fase de jubilación es un baile en tres momentos:

  • La luna de miel es el periodo de la jubilación en el que los jubilados tratan de hacer todo aquello que, por falta de tiempo, desearon y no pudieron hacer, como por ejemplo viajar.
  • La actividad continuada se refiere al verdadero día a día de la jubilación. Son el conjunto de actividades ociosas que se planifican finalmente y que se convierten en la base de la cotidianidad del jubilado.
  • La fase de descanso alude al hecho de la reducción del tiempo que los jubilados dedican a realizar cualquier tipo de actividad.

En el proceso de jubilación se producen diferentes momentos que pueden ocasionar inestabilidad. Así, sentirse confundido porque las expectativas que se fijaron respecto del hecho de jubilarse distan de producirse puede ser una circunstancia natural. Esto puede crear frustración, una emoción que se caracteriza por la incapacidad a la hora de cumplir las expectativas que se habían fijado.

«Cuanta más arena haya escapado del reloj de nuestra vida más claramente deberíamos poder ver a través de su cristal».

-Jean-Paul Sartre-

En esta fase pueden intensificarse los sentimientos de soledad y estos pueden amenazar con engullirlo todo. Existen dos formas a través de las que podemos explicar la soledad. La soledad objetiva hace referencia a que el número de relaciones sociales de las personas jubiladas disminuye como consecuencia del parón laboral. Por el otro lado, la soledad subjetiva hace referencia a la falta de sentirse íntimos en sus relaciones con otras personas.

En este sentido, las personas que se han jubilado deberán volver a elaborar todo su universo de relaciones con el objetivo de paliar las emociones de soledad. Esto pueden conseguirlo, por ejemplo, participando en talleres de voluntariado, en asociaciones para jubilados o en centros de día.

«La jubilación es una actitud de abrazar los años venideros con entusiasmo en lugar de apatía».

-Morton Shaevitz-

Fase de desencanto

La jubilación puede ser un problema para algunos
Muchos se enfrentan a un vacío emocional o existencial luego de pasado un tiempo desde la jubilación.

Esta es una fase en la que puede aparecer sintomatología depresiva. Tras la jubilación se puede experimentar una disminución en la satisfacción que se esperaba obtener. Esto ocurre porque las expectativas, lo que han fantaseado respecto de qué supone jubilarse, dista de estar cumpliéndose. En consecuencia, el ánimo falla, se agota, se deprime. De hecho, las tasas de prevalencia de depresión en el anciano jubilado es elevada en comparación con otras poblaciones.

«Me he jubilado, pero si hay algo que me mataría es despertar en la mañana sin saber qué voy a hacer».

-Nelson Mandela-



Fase de reorientación

Ocurre tras la tristeza de ver incumplidas las expectativas que las personas depositan en la jubilación. Llega el momento de realizar una nueva evaluación de la situación, de valorar diferentes alternativas que se ajusten de manera más adaptativa a la realidad y de desarrollar expectativas y percepciones con mayor calidad y más realistas sobre qué hacer respecto del tiempo extra que tienen. Esta es una fase caracterizada por el optimismo.

«El problema de la jubilación es que uno nunca tiene un día libre».

-Abe Lemons-

Fase de estabilidad y fase final

Estas fases se caracterizan por alcanzar la rutina en el día a día. Esta rutina, que será la que finalmente se asiente, deberá proporcionar bienestar a los jubilados. Ocurre una vez que se han producido vías de afrontamiento distintas a las fantasías que hemos mencionado.

Superar la jubilación puede ser un proceso largo

Las personas se terminan de adaptar a lo que supone estar jubilado. Se acostumbran hasta el punto en el que la jubilación deja de ser lo importante. Cambian los roles que desempeñaban cuando trabajaban por otros nuevos y con un significado diferente.

«Cada día el creciente paso de los años me advierte cada vez más, que la sombra de la jubilación es tan necesaria para mi como bienvenida».

-George Washington-




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