¿Cómo se trata la obesidad?

Existen varios métodos para tratar la obesidad, aunque lo óptimo consiste en focalizar la atención en el cambio de los hábitos de vida. ¿Los conoces todos?
¿Cómo se trata la obesidad?
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 30 junio, 2021

Es importante conocer cómo se trata la obesidad para ponerle solución a este problema que pone en riesgo a tantos pacientes. Se trata de una patología que actúa como factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades más graves.

Ahora bien, a pesar de que existe un tratamiento, es importante tener claro que lo mejor ante la obesidad es la prevención. Una vez que se altera de tal modo el estado de composición corporal pueden quedar secuelas de por vida a nivel metabólico o fisiológico.

La necesidad de una intervención multidisciplinar para tratar la obesidad

Para conseguir el éxito a la hora de tratar la obesidad es importante formar un equipo de intervención multidisciplinar. Son varios los factores que pueden provocar el problema, por lo que no basta solo con centrarse en un concepto o línea de intervención.

En primer lugar es recomendable realizar una revisión médica. De este modo se detectan las alteraciones en los parámetros fisiológicos que ponen en riesgo la salud. Gracias al diagnóstico se establece un método más preciso.

Asimismo, y en el caso de ser posible, resultaría beneficioso comprobar si existe alguna alteración genética o patología de base que condicione un desequilibrio hormonal. La hiperfagia o los problemas en la síntesis de ciertas hormonas podrían incidir sobre la capacidad metabólica, originando facilidad para la acumulación de lípidos.

En el caso de que existan problemas subyacentes, el patrón de tratamiento cambia. Por ejemplo, en el caso del hipotiroidismo, además de la adaptación dietética es necesario hacer uso de la farmacología para corregir el déficit de hormonas tiroideas.

No obstante, hay que destacar que los casos de obesidad en los que existe una causa subyacente de carácter complejo son reducidos. Lo habitual es que se llegue a esta situación por un planteamiento de hábitos de vida poco saludables.

Asimismo, la obesidad suele ser el resultado de muchos años. No se puede esperar que la solución se desarrolle de un día para el otro.

Obesidad y medición de cintura.
La determinación clínica de la obesidad es el primer paso. Luego se deben establecer cambios en los hábitos de vida.

Los hábitos saludables como el foco para la trata de la obesidad

Es fundamental tener claro que para tratar la obesidad hay que poner el foco en la promoción de hábitos de vida saludables. Entre ellos destacamos los siguientes.

Dieta

El consumo de alimentos ultraprocesados, de azúcares simples, de grasas trans y de aditivos supone una de las causas de la obesidad. Además del carácter hipercalórico de la dieta, por supuesto.

En este sentido es crucial plantear un cambio radical en la pauta alimenticia con el objetivo de generar un déficit energético. Esto se hace sin descuidar el aporte de nutrientes de calidad.

Para ello se puede optar por la puesta en marcha de ciertos protocolos restrictivos que han demostrado beneficios. El más frecuente es el ayuno intermitente. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Clinical Nutrition ESPEN, resulta un método eficaz para estimular la pérdida de peso.

Además cuenta con otros beneficios, como la promoción de la autofagia y la regulación de los estados inflamatorios del organismo. Tiene cierta flexibilidad y se puede adaptar a cada persona según sus horarios y costumbres.

Sin embargo, no es el único mecanismo posible. La reducción de los carbohidratos de la dieta también cuenta con sólidas evidencias a su favor. La dieta cetogénica es capaz de incrementar la oxidación de las grasas y estimular la pérdida de peso, tal y como afirma una investigación publicada en Nutrients. Es importante que esté supervisada por un especialista.

Ahora bien, tampoco es necesario tomar un rumbo tan estricto para conseguir buenos resultados, ya que la dieta cetogénica presenta problemas de adherencia. Con reducir la presencia de carbohidratos en la alimentación, sobre todo simples, ya sería suficiente.

De todos modos, en ambas situaciones hay que asegurar que se satisfacen los requerimientos de nutrientes esenciales. Por ello resulta fundamental monitorizar el aporte proteico, para evitar pérdidas musculares. Para ello es óptimo garantizar la ingesta de vegetales en todas las comidas principales.

La promoción de la saciedad trata la obesidad

Con el objetivo de mejorar la adherencia a la dieta hipocalórica es importante plantear estrategias que contribuyan a incrementar la sensación de saciedad. Así se consigue reducir el estrés.

En primer lugar, cabe destacar la importancia de mantener un elevado consumo de fibra. Tal y como afirma un estudio publicado en European Journal of Clinical Nutrition, este elemento consigue aumentar el tamaño del bolo fecal y reducir la velocidad de vaciado gástrico, retrasando así la aparición del apetito.

Otro método que también aporte buenos resultados es el consumo de un vaso de agua antes de las comidas principales. De acuerdo con un ensayo publicado en Clinical Nutrition Research, con esta práctica se incrementa la distensión a nivel del tejido estomacal, uno de los mecanismos inductores de la saciedad.

Elementos que potencian los resultados

Para conseguir unos mejores resultados en un periodo de tiempo más corto se pueden utilizar ciertas sustancias o especias culinarias. La cafeína y los análogos procedentes del café o del té son los que han demostrado un mayor efecto sobre la oxidación de las grasas. No es un remedio milagroso, pero ayuda en el proceso.

Asimismo, la inclusión de suplementos de jengibre o de curcumina también puede ser beneficiosa. Esta estrategia es funcional en los casos en los que la obesidad se acompaña de disfunción metabólica o de diabetes. Incluso la canela cuenta el poder de modular las glucemias.

Por último, en esta misma línea, se aconseja la comida picante. Este sabor está provocado, entre otras cosas, por la presencia de una sustancia conocida como capsaicina. Se encuentra en los pimientos y chiles y genera un efecto positivo en lo que a estimulación de la pérdida de peso se refiere. Así lo evidencia un estudio publicado en International Journal of Food Sciences and Nutrition.

Actividad física

Además de la dieta, es crucial plantear la práctica de actividad física de forma regular. De lo contrario, no se podrán conseguir buenos resultados, ya que pronto se caerá en una situación de estancamiento. Es importante elegir el tipo de ejercicio a realizar, así como controlar la progresión en la carga de trabajo.

Como norma general, se recomienda poner énfasis en el entrenamiento de fuerza. De este modo se estimula el crecimiento de las fibras musculares, lo que provoca un mayor gasto energético diario. La hipertrofia del tejido magro y el trabajo físico también repercuten en la sensibilidad a la insulina, lo que conducirá a una oxidación eficiente de las grasas.

No obstante, los expertos recomiendan combinar este trabajo con un tipo de actividad interválica de alta intensidad. Así la activación a nivel metabólico es mayor, al tiempo que se produce un incremento en la eficiencia de la función cardiovascular.

Descanso

No se verán los resultados de la dieta y del ejercicio si no se garantiza un buen descanso nocturno. Durante este periodo el organismo se repara del daño diario y se prepara para afrontar la siguiente jornada. Es un momento clave para la modulación de los mecanismos inflamatorios.

Además, dormir mal se asocia con un mayor riesgo de desarrollar depresión y alteraciones emocionales. También el gasto metabólico basal puede verse afectado por un sueño insuficiente.

Fármacos que pueden ayudar en la trata de la obesidad

Hemos comentado que lo fundamental es poner el foco en los hábitos. Si no se cumple esta premisa, todo lo demás no valdrá de nada.

Aún así, existen ciertos productos farmacéuticos que pueden ayudar, entre los que se destacan los siguientes:

  • Orlistat: se trata de un complemento que consigue bloquear la absorción de las grasas dietéticas, consiguiendo una reducción del volumen calórico disponible. Ahora bien, es un arma de doble filo, ya que las grasas de calidad contribuyen a alcanzar un buen estado de salud.
  • Fentermina: en este caso hablamos de un producto que actúa como supresor del apetito. Puede funcionar bien en los casos de alteraciones en el mecanismo de la saciedad.
  • Liraglutida: quizás el menos habitual. Es un medicamento inyectable que se utiliza para promocionar la oxidación de las grasas, junto con una dieta y pauta de ejercicios adecuados.

Cabe destacar que no se debe consumir ninguno de estos fármacos comentados sin la aprobación de un médico especialista. El profesional ha de ser el que indique la necesidad de incluir los productos en el tratamiento.

Pastillas para la obesidad.
La farmacología disponible para la obesidad no se puede usar sin un cambio de hábitos.

La cirugía para la trata de la obesidad

En los casos más extremos se puede recurrir al tratamiento quirúrgico para reducir la obesidad, aunque será prioritario promocionar los buenos hábitos para evitar la recuperación del peso de forma posterior. Se distinguen los siguientes tipos de intervenciones.

Cirugía de banda gástrica

Se conecta la parte superior del estómago con el intestino delgado para permitir que parte del bolo alimenticio llegue al tubo sin pasar por una buena parte de la bolsa estomacal. A partir de aquí se limitan mucho las cantidades de alimento consumidas.

Banda gástrica ajustable laparoscópica

En este caso se crean dos compartimentos dentro del estómago, separados entre si. De este modo, se reduce la cantidad de comida necesaria para generar saciedad. También se retrasa el vaciado gástrico, prolongando dicha sensación.

Manga gástrica

Consiste en la extirpación de una parte de la bolsa estomacal para la reducción de la cavidad. Al disminuir el volumen, se limita la cantidad de alimento necesaria para estimular la saciedad, provocando que sea más sencillo plantear una dieta hipocalórica. Se trata de un método bastante seguro.

Bloqueo del nervio vago

Se coloca un dispositivo que envía señales eléctricas al cerebro informando que el estómago está lleno, suprimiendo así el apetito. Resulta útil en los casos de hiperfagia.

Trata la obesidad para mejorar la salud

Recurrir a los métodos quirúrgicos es la última opción. De hecho no se recomienda intervenir a no ser que se trata de un caso de obesidad mórbida resistente a otros tipos de tratamiento.

Lo cierto es que la mejor opción resulta actuar por medio de la modificación de los hábitos de vida, planteando un cambio hacia unas rutinas más saludables. Focalizando en la dieta, en el ejercicio y en el descanso, se consiguen resultados fascinantes.



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