Mordida cruzada: consecuencias y opciones de tratamiento
La mordida cruzada es una alteración en la manera en que se relacionan los dientes de arriba con los de abajo. Esta afección también se conoce como mordida invertida, ya que la mandíbula se encuentra por fuera del maxilar superior, al revés de lo considerado normal.
Sufrir este problema interfiere con la manera de comer y de hablar, así como cambia la apariencia de la cara. Pero existen diferentes tratamientos odontológicos que podrían solucionar la posición irregular de los dientes.
¿Cómo es la mordida cruzada?
Cuando los dientes están alineados de manera correcta, las piezas superiores encajan ligeramente por fuera de las inferiores. En una mordida cruzada, en cambio, ocurre lo contrario: algunos elementos de arriba se colocan por dentro de los de abajo.
La Asociación Americana de Ortodoncistas señala que el trastorno puede afectar a un solo diente o a varios. Además, puede focalizarse en los dientes frontales o en los posteriores, pero también tomar ambos conjuntos. Por otro lado, puede estar en uno o en los dos lados de la mandíbula.
Es posible que, además de la mordida cruzada, la persona tenga un paladar muy estrecho, ojival y profundo. O bien, que la mandíbula sea muy grande y se encuentre adelantada. Son condiciones concomitantes que suelen aparecer.
¿Cuáles son sus causas?
Son varios los motivos que pueden provocar la aparición de la mordida cruzada. De hecho, muchas veces, es difícil determinar el origen concreto de la maloclusión.
Las alteraciones en el crecimiento de los huesos y el posicionamiento de los dientes pueden deberse a distintos factores o a la combinación de situaciones. La genética y la herencia juegan un papel fundamental en el desarrollo de las estructuras de la boca.
La mordida cruzada tiende a repetirse en varios miembros de una misma familia.
Además, existen factores externos que influyen en la manera en que crecen los huesos y erupcionan los dientes. Las siguientes son algunas de las situaciones que pueden afectar el correcto desarrollo y provocar la maloclusión:
- Falta de dientes.
- Succión del dedo.
- Respiración bucal.
- Erupción de los dientes fuera de lugar.
- Poco espacio entre los dientes de leche.
- Uso prolongado del chupete o el biberón.
- Pérdida prematura o muy retrasada de los dientes de leche.
- Colocación de la lengua en posiciones inadecuadas al tragar.
- Restauraciones, coronas o aparatos dentales que no adaptan de manera adecuada.
La mordida cruzada también puede ser el resultado de un problema funcional. Surgiría por una postura anormal de la mandíbula a la hora de morder.
Tipos de mordida cruzada
Se pueden diferenciar distintas variedades del trastorno, según el sector de la boca donde se produce el defecto:
- Anterior: en la parte frontal de la cavidad oral, en el sector de los incisivos y los caninos.
- Posterior: en la zona de atrás de la boca, a la altura de las muelas y los premolares.
- Unilateral: afecta un único lado de la boca; el izquierdo o el derecho. En este caso, es habitual que la desviación de la mandíbula provoque asimetrías en el rostro y daños en la ATM.
- Bilateral: el trastorno se produce en los dos lados de la mandíbula.
Además, la mordida invertida puede clasificarse según el origen del problema:
- Dentaria: los huesos han crecido de manera correcta, pero los dientes tienen una posición inadecuada.
- Esquelética: por defectos en el crecimiento de los huesos. El maxilar inferior es muy grande o el superior no se ha desarrollado lo suficiente.
- Mixta: se trata de la combinación de los dos orígenes mencionados antes. Hay una falla en el crecimiento óseo y las piezas dentarias se posicionan de manera incorrecta.
¿Qué pasa si tienes la mordida cruzada?
Los efectos más evidentes de la mordida cruzada se notan en el aspecto de la cara. El maxilar superior muy pequeño, el mentón muy adelantado o la desviación de la mandíbula hacia un lado afectan la apariencia del rostro.
Pero, como señala una revisión de la base de datos Cochrane, además del factor estético, confluyen otros problemas en las funciones y en la salud de la boca:
- Dificultad para morder.
- Predisposición a sufrir caries.
- Desgaste excesivo de los dientes.
- Problemas en la pronunciación de algunos fonemas.
- Dolor dental, en la mandíbula, hombros, cuello y cabeza.
- Alteraciones en la articulación temporomandibular (ATM).
¿Cuál es la mejor edad para tratar la mordida invertida?
Como sucede con la mayoría de las maloclusiones dentales, el momento ideal para tratar la mordida cruzada es en la infancia. Mientras los huesos se desarrollan y los dientes erupcionan, se puede guiar el crecimiento y posicionamiento de las estructuras orales.
Así, los tratamientos son más sencillos, cortos y efectivos.
De acuerdo con los expertos, la mordida cruzada anterior y posterior debe corregirse temprano. La primera etapa de la dentición mixta, cuando las piezas de leche empiezan a cambiarse, puede ser el mejor momento. Esto permite subsanar la oclusión de los molares e incisivos permanentes, la deficiencia maxilar, el paladar estrecho y el desplazamiento mandibular.
Por esta razón, es aconsejable visitar al ortodoncista a partir de los 6 años. Si el especialista encuentra algún problema, lo podrá abordar antes de que avance y empeore.
De todos modos, aunque el tratamiento de la mordida invertida es más fácil y efectivo en la niñez, no es la única posibilidad. También existen alternativas para los adultos.
Tratamientos disponibles para la mordida cruzada
El profesional que se encarga de diagnosticar y planificar el tratamiento de la mordida cruzada es el ortodoncista. La terapéutica a elegir depende de varios factores. Sobre todo, de la edad en la que se aborda el problema.
¿Cómo se corrige en los niños?
Para resolver el problema en la infancia se recurre a la ortodoncia interceptiva. Este tipo de abordaje consiste en usar aparatos especiales que guían el correcto crecimiento de las bases óseas maxilares y mandibulares.
Con dichos dispositivos es posible expandir el maxilar superior y ensanchar el paladar. Además, si es necesario, se tratan los hábitos orales disfuncionales que afectan el correcto desarrollo de las estructuras de la boca.
Cuando el niño deja de crecer y se ha logrado una relación adecuada entre ambos maxilares, puede ser necesario complementar con ortodoncia correctiva. Es un segundo paso indispensable para alinear los dientes.
¿Cómo se corrige en los adultos?
Cuando el diagnóstico sucede en la adultez, el tratamiento es diferente. En este caso, el crecimiento de los huesos de la cara ya terminó y el problema puede tener diferentes grados de severidad.
Según la complejidad del caso, el ortodoncista elegirá la alternativa más adecuada entre las siguientes:
- Ortodoncia correctiva: la opción más conveniente para casos de mordida cruzada con origen dentario. Con el uso de aparatos fijos o alineadores invisibles se generan fuerzas capaces de movilizar los dientes, hasta lograr una adecuada relación entre las piezas superiores y las inferiores.
- Ortodoncia y cirugía ortognática: para corregir las discrepancias muy severas, es necesario recurrir a cirugías que modifican el tamaño y la posición de los maxilares. Se busca un equilibrio facial y una relación adecuada entre las estructuras de la boca. Antes y después de la operación, se complementa el tratamiento con ortodoncia correctiva para conseguir una mordida armónica.
Un problema con solución
La mordida cruzada afecta la apariencia y las funciones habituales de la boca. Pero existen soluciones que permiten resolver este problema a cualquier edad.
Lo ideal es buscar un tratamiento lo antes posible para evitar que la situación empeore. Consulta a tu dentista para obtener un diagnóstico y planificar los pasos a seguir.
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