Dolor pélvico crónico en mujeres: lo que debes saber
Los investigadores catalogan como dolor pélvico crónico en mujeres a aquellos episodios de dolor cíclico o no cíclico de al menos 3 a 6 meses de duración, respectivamente. Su manifestación es muy amplia, aunque suele incorporar dismenorrea (calambres menstruales severos), dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), disuria (dolor al orinar) y disquecia (estreñimiento asociado con dolor). Te enseñamos qué dicen los científicos al respecto.
No se conoce su prevalencia real, aunque algunas estimaciones sugieren que hasta el 24 % de las mujeres en todo el mundo padecen de él. El dolor pélvico crónico es por tanto relativamente común, y supone serios problemas para el bienestar. Aunque muchos casos no tienen una cura definida, casi siempre se puede hacer algo para tratarlos. Nos enfocamos en sus causas y opciones de tratamiento.
Causas del dolor pélvico crónico en mujeres
Las causas del dolor crónico pélvico aún son motivo de debate. No existe solo un catalizador de estos episodios, y no siempre se puede encontrar el motivo exacto del dolor.
De acuerdo con la evidencia muchas mujeres tardan hasta dos años en buscar asistencia médica, de manera que lidian con sus síntomas durante un tiempo antes de buscar ayuda. De todas las posibles explicaciones del dolor te dejamos con las más conocidas.
1. Endometriosis
De acuerdo con los investigadores, entre el 71 % y el 87 % de las mujeres con dolor crónico pélvico tienen endometriosis. La endometriosis es un trastorno que se caracteriza por el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero.
Lo hace principalmente en los ovarios, las trompas de Falopio y en el tejido que recubre la pelvis. Tal y como advierten los expertos, pueden pasar años e incluso décadas hasta que sea diagnosticada correctamente.
2. Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Los especialistas también han relacionado a estos episodios con la enfermedad pélvica inflamatoria. No se conoce el mecanismo exacto, pero se cree que se origina como consecuencia de la cicatrización, el daño tisular y las adherencias resultantes de la inflamación y la infección.
La EPI es una infección de los órganos reproductivos de la mujer, a menudo como consecuencia de una ETS (clamidia, gonorrea y otras) y de otro tipo de infecciones.
3. Adenomiosis
La adenomiosis se origina cuando el tejido que recubre el útero (endometrio) se desarrolla en la pared muscular del útero. Es similar a la endometriosis, tanto que comparte muchos de sus síntomas.
Existe evidencia de que la adenomiosis puede ser la culpable del dolor pélvico crónico en las mujeres. Esta causa es más común en los últimos años de la fertilidad, y normalmente desaparece luego de la menopausia.
4. Fibromas uterinos
Finalmente, los expertos han encontrado que muchas pacientes con fibromas uterinos desarrollan también dolor pélvico no cíclico. Los fibromas son crecimientos no cancerosos que se desarrollan dentro o alrededor del útero.
Se les conoce también como miomas uterinos, y no siempre producen síntomas. Cuando los miomas alcanzan cierto tamaño surgen las complicaciones, entre ellas el dolor.
Otras posibles causas del dolor pélvico crónico en las mujeres son la cistitis intersticial, las infecciones del tracto urinario, el síndrome de congestión pélvica, el síndrome del intestino irritable, el síndrome del elevador, los problemas del soporte pélvico, la vulvodinia, como consecuencias de una cirugía y otros.
Al margen de los catalizadores fisiológicos, también se deben considerar los psicológicos. En efecto, existe evidencia que señala que el trauma y el trastorno de estrés postraumático pueden derivar en el dolor pélvico crónico. Además, se han encontrado casos cuyos catalizadores son la depresión y la ansiedad.
Estos son solo dos ejemplos de cómo estos episodios pueden tener una naturaleza psicológica. Es importante señalar que muchos casos permanecen como idiopáticos (no se encuentra una causa directa de ellos).
Tratamiento para el dolor pélvico crónico
Existe un amplio espectro de fenómenos que explican el dolor pélvico crónico en las mujeres. Dada la variedad de catalizadores no existe un tratamiento único.
El primer paso consiste en poner en marcha un proceso de diagnóstico, así se puede encontrar el desencadenante exacto. Cuando se conoce qué es lo que está causando el dolor se puede elegir una terapia específica para controlarlo.
Tal y como advierten los especialistas, el objetivo del tratamiento es maximizar la calidad de vida y el bienestar del paciente, con énfasis en involucrarlo en el autocontrol. Es por esta razón que muchas terapias se centran en el manejo de los síntomas, el cual se hace antes de que se tenga un diagnóstico específico. Así se logra controlar el dolor y mejorar el bienestar general de la paciente.
Lo anterior se hace considerando que pueden pasar meses e incluso años antes de encontrar el catalizador exacto. En el proceso se descartan variables psicológicas y fisiológicas, y aun así no siempre se logra dar con su desencadenante.
Con base en el criterio del especialista se puede considerar el uso de antibióticos, analgésicos, tratamientos hormonales y antidepresivos.
También se puede optar por terapias complementarias, como lo son la terapia física, la psicoterapia, las inyecciones en punto de gatillo, la acupuntura, la meditación, el yoga y los programas de rehabilitación del dolor. Los últimos años ha crecido el interés por la neuroestimulación, de modo que es una estrategia a considerar. Los casos más graves se pueden abordar a través de cirugía.
Hay muchas opciones para tratar estos episodios, y las afectadas deben estar al tanto de ello. La alternativa no es aprender a vivir con el dolor, sino encontrar su causa y en el proceso probar diferentes métodos que proporcionan alivio. Si piensas que tienes dolor pélvico crónico no dejes de consultar con un especialista, o en todo caso de consultar con una segunda opinión.
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