Cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer
¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer? Lo cierto es que el diagnóstico definitivo solo se puede lograr mediante una prueba post mortem, es decir, a través de una autopsia cerebral.
Sin embargo, en la actualidad existen una serie de métodos complementarios que permiten acercarnos a la confirmación con una seguridad razonable. En este artículo explicaremos en qué consisten.
Evaluación clínica cuando se diagnostica alzhéimer
Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer evaluando los síntomas del paciente. El médico se los pregunta a la persona afectada, aunque también a sus familiares, en caso de que estos le acompañen a la visita.
Se realizan determinados cuestionamientos en formato de entrevista clínica. Por otro lado, también se inquiere sobre otras patologías diagnosticadas y sobre síntomas adicionales.
Se revisan los antecedentes familiares, sobre todo aquellos relacionados con demencias. Se revisa la medicación actual y si hay consumo de vitaminas o suplementos.
Administración de pruebas para el diagnóstico de alzhéimer
No existe una prueba definitiva de la enfermedad de Alzheimer, pues se trata de una patología que se diagnostica post mortem, como bien lo aclaran Wellen y Budson, 2018. Sin embargo, sí hay pruebas que pueden acercarnos a la confirmación del padecimiento.
Se puede diagnosticar el alzhéimer con una certeza razonable a través de estas pruebas, entre las que se incluyen aquellas que permiten eliminar otras posibles causas de confusión, pérdida de memoria y otros síntomas propios de la demencia.
¿Quieres saber cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer a través de estas pruebas? Vamos a revelarlo.
Examen del estado mental
La evaluación del estado mental o examen del estado mental se realiza con el objetivo de evaluar, de forma objetiva, el funcionamiento cognitivo del paciente. Existen diferentes modalidades validadas para ello.
Una de las más empleadas es el mini mental test de Folstein (MMSE). Se trata de una prueba que evalúa diferentes habilidades cognitivas. Entre ellas, la memoria, la orientación, el lenguaje y el cálculo.
También se utilizan otras, como la prueba del reloj o el test del reloj. Consiste en dibujar un reloj con los números y manecillas correspondientes.
Mini-cog
El mini-cog es una prueba de detección de tres elementos que combina el recuerdo con la prueba del dibujo del reloj. Es sencilla y se tarda poco tiempo en administrar.
MoCA
El MoCA (evaluación cognitiva de Montreal) es una breve prueba de detección. Según Neugroschl y Wang (2011), permite determinar de forma rápida si se necesitan o no más estudios para detectar un posible caso de alzhéimer.
Explora diferentes aspectos relacionados con las funciones cognitivas. Entre ellas, la orientación, la memoria a corto plazo, la memoria retardada, el lenguaje, la capacidad de abstracción y la atención. Incluye una prueba de dibujo de reloj y la prueba de Trails B de funciones ejecutivas.
SLUMS
El SLUMS o examen de estado mental de la Universidad de Saint Louis es una prueba de detección del alzhéimer formada por 11 elementos. Incluye el reconocimiento de figuras geométricas y el hecho de nombrar animales.
7MS (7 minutos)
Esta prueba está diseñada para ser más sensible. Es por ello que se usa incluso en casos de detección temprana de la enfermedad y también cuando hay deterioro cognitivo leve.
Está formada por cuatro elementos que incluyen una prueba mejorada de recuerdo con claves, fluidez verbal, orientación y la prueba del dibujo del reloj.
Blessed breve
Esta prueba, también denominada prueba de orientación-memoria-concentración, contiene 6 elementos. Incluye preguntas de orientación, decir la hora, contar hacia atrás, nombrar los meses del año hacia atrás y recordar un nombre y una dirección que se dieron al inicio del examen.
Pruebas para familias y cuidadores cuando se diagnostica enfermedad de Alzhéimer
Para el diagnóstico del alzhéimer también conviene realizar pruebas a familiares y cuidadores del paciente. Algunas de ellas son las siguientes.
Entrevista al informante AD-8
La prueba AD-8 se trata de un cuestionario de 8 ítems que se entrega a cuidadores o familiares del paciente evaluado. Se completa en pocos minutos y lo pueden hacer al llegar a la casa.
Entre las preguntas que se incluyen encontramos si ha habido o no cambios en el juicio del paciente, el interés en las actividades, la repetición de acciones, el aprendizaje de nuevas habilidades, el manejo de las fianzas, el recordatorio de citas y la orientación.
Inventario neuropsiquiátrico (NPI)
El inventario neuropsiquiátrico o NPI es una prueba que se administra a los médicos o a los cuidadores para detectar la enfermedad de Alzheimer del paciente. Permite evaluar los problemas que, con frecuencia, aparecen en esta patología.
Incluye preguntas para diferentes tipos de comportamientos. El informante debe calificar la frecuencia, la gravedad y la angustia que causan los diferentes tipos de síntomas a través de escalas numéricas.
Los síntomas que en él se describen incluyen delirios, alucinaciones, agitación, apatía, irritabilidad, trastornos motores, ansiedad, euforia, comportamientos nocturnos, apetito, desinhibición y depresión.
Pruebas de laboratorio
Otro elemento clave sobre cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer son las pruebas de laboratorio. Hay médicos que solicitan análisis de sangre y de orina.
Estos métodos complementarios permiten detectar infecciones u otras patologías que dificulten la capacidad de pensar con claridad. Las infecciones, por ejemplo, pueden causar confusión, sobre todo en los adultos mayores. Por ello es importante eliminar también estas opciones como causas reversibles de la sintomatología, según Neugroschl y Wang (2011).
Hay casos de alzhéimer debidos a una alteración cromosómica autosómica dominante, presente también en familiares. Si existe la sospecha se pide una prueba genética.
Pruebas de neuroimagen cuando se diagnostica la enfermedad de Alzheimer
Finalmente, se prescriben también pruebas de neuroimagen, debido a los cambios cerebrales observables en la enfermedad de Alzheimer. Las más utilizadas son las que describiremos ahora.
Tomografía computarizada (TC)
La TC o TAC se trata de un tipo de rayos X más sofisticado. Puede revelar un derrame cerebral, un tumor o una contracción en el tamaño del cerebro.
Resonancia magnética (RM)
La resonancia magnética (RM) ofrece una imagen más detallada del cerebro que la tomografía computarizada. A diferencia de la TC, no se puede realizar en personas que tienen metal en el cuerpo.
La técnica puede llegar a mostrar pequeñas áreas de sangrado o sitios en los que se haya producido un accidente cerebrovascular. Esto podría ser indicativo de demencia vascular.
Tomografía por emisión de positrones (PET)
La técnica PET utiliza un trazador radiactivo de bajo nivel inyectado, a fin de mostrar cómo funcionan las diferentes áreas del cerebro. Cuando se hace con fluorodexoglucosa (FDG) muestra dónde el cerebro tiene un metabolismo más bajo; situación que puede coincidir con algunas formas de demencia.
Las tomografía con amiloide buscan los depósitos de placas que se acumulan en el cerebro, típicas de la enfermedad de Alzheimer. Por su parte, las exploraciones mediante el PET Tau se utilizan sobre todo para la investigación y buscan identificar ovillos de proteínas tau, también observables en el alzhéimer.
Diagnosticar la enfermedad de Alzheimer no es sencillo
A la hora de realizar un buen tratamiento para el alzhéimer, resulta esencial tener primero un buen diagnóstico. Así, una confirmación precoz y precisa de la enfermedad resulta clave, pues permite iniciar trabajos sobre los primeros síntomas.
El diagnóstico debe hacerlo un equipo de profesionales cualificado para ello. Una vez obtenido, el paciente podrá comenzar a adaptarse a su nueva situación, junto a su familia y las personas de su entorno.
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