Cómo dejar de pensar que pasará lo peor
Pensar que pasará lo peor, a menudo denominado catastrofismo o pensamiento catastrófico, es una manifestación capital de algunos trastornos mentales. Por ejemplo, lo es de los trastornos de ansiedad y la depresión. Por supuesto, también se puede presentar de manera aislada y condicionar seriamente el bienestar de las personas. Recopilamos algunos consejos para dejar de pensar que pasará lo peor y algunas reflexiones.
Algunos especialistas catalogan a estas ideas dentro de los pensamientos repetitivos no constructivos. Esto es, las ideas recurrentes y prolongadas que interfieren en el bienestar psicológico, la cognición social, la autorregulación, las emociones, la motivación y el logro de objetivos. Veamos qué cosas puedes hacer para evitar las ideas negativas con respecto al futuro de acuerdo con los expertos.
Consejos para dejar de pensar que pasará lo peor
Lo primero que debes saber es que pensar que pasará lo peor es en sí mismo un mecanismo de defensa. Ciertamente, es una forma en que el cerebro te prepara para afrontar los posibles deslices del futuro y para salvaguardar su integridad. Hasta cierto punto pensar que pasará lo peor te ayuda a ser previsivo, a planificar adecuadamente, a esforzarte para obtener un resultado positivo y a valorar el espectro de posibilidades.
Sin embargo, para algunas personas este tipo de pensamiento se traduce en efectos negativos. Como bien señalan los expertos, los pensamientos parten sobre la base de la imprevisibilidad (incapacidad para prever lo que ocurrirá) y la incertidumbre (desconocimiento real sobre el futuro). La educación, los eventos traumáticos en la infancia, los desequilibrios químicos en el cerebro y otras variables median en la potenciación de ambos.
Dejar de pensar que pasará lo peor te beneficia en muchos sentidos, ya que las ideas pesimistas con respecto al futuro se interponen en el logro de objetivos y metas. Tal y como advierten algunos autores, el primer paso es reconocer que se tienen ideas de este tipo. Luego de asumirlo puedes considerar las siguientes recomendaciones.
1. Practica la atención plena
La atención plena consiste en enfocarse en el presente, ser consciente de dónde se está y qué se está haciendo. Alude tanto a un rasgo psicológico de algunas personas, como a una práctica que se puede asumir como hábito de vida. Los investigadores la han asociado con el bienestar psicológico, el optimismo, la alta autoestima, el sentido de autonomía, la vitalidad y la satisfacción con la vida.
A menudo se citan prácticas que asumen sus postulados, como por ejemplo la meditación y el yoga. No existe una receta mágica para practicar atención plena, aunque las sesiones de respiración, la escritura de las metas diarias y los breves descansos a lo largo de la jornada se cuentan como métodos para llegar a ella. Busca los hábitos que se acoplen más con tus gustos y posibilidades para que traslades tus pensamientos del futuro hacia el presente.
2. Visualiza eventos positivos de inmediato
Cuando piensas que pasará lo peor en el futuro visualizas la realidad bajo un tono oscuro. Esta es la única posibilidad, y fuera de ella no hay bien que valga. Te proponemos un ejercicio lúdico para que, lejos de percibir tu entorno bajo un halo de penumbra, lo asumas como un gris. Lo harás visualizando eventos positivos tan pronto como en la cabeza se formen los primeros destellos de pensamientos negativos.
Puede que esto te parezca ingenuo, pero al hacerlo equilibrarás la balanza entre los pensamiento “buenos” y los pensamientos “malos”. Conseguirás esto con algo de práctica, así podrás ver la realidad como un gris y no solo de blanco o negro. Valorar el espectro de posibilidades es de gran ayuda para prepararte para todos los desenlaces disponibles.
3. Evalúa de forma crítica tus pensamientos
Ya te hemos advertido que ser conscientes de las ideas pesimistas es el primer paso para dejar de pensar que pasará lo peor. Muchas veces no se es consiente de cuándo un pensamiento pasa de ser normal a adquirir dimensiones patológicas.
Como ya hemos mencionado la anticipación negativa a un evento es un mecanismo de defensa, y la línea divisoria entre la anticipación saludable y la perjudicial no siempre está clara en las personas.
La mejor forma de distinguir uno u otro proceso es evaluando de forma crítica tus pensamientos. Esto es, revisar si la preocupación está justificada, dimensionada, es real o si es prudente. A menudo quien piensa que sucederá lo peor se juzga a sí mismo de manera injustificada, de manera que debes estar alerta a este rasgo.
4. Repasa las cosas que puedes controlar
No puedes tener el control de todas las cosas, y asumir esto como filosofía de vida es uno de los pasos para dejar de pensar que pasará lo peor. Hay cosas que puedes controlar mediante acciones y decisiones, pero otras no. De hecho, buena parte de las cosas que te suceden en el día a día no las puedes controlar. A veces la tendencia de controlar absolutamente todo lo que rodea deriva en pensar que sucederán cosas malas.
5. Obtén más información sobre las cosas
Un consejo que es muy útil en situaciones puntuales, pero que se puede extrapolar a diferentes escenarios. Por ejemplo, los pensamientos catastróficos sobre volar, las intervenciones quirúrgicas, el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y otros similares.
El conocimiento es poder, y si te informas sobre el riesgo real de enfrentarte a situaciones de este tipo verás que la realidad dista un abismo de tus preocupaciones.
6. Imagina el mejor de los escenarios posibles
Esta es otra dinámica para dimensionar lo distorsionado que son los pensamientos negativos con respecto a la realidad. Esta vez visualizarás el mejor de los escenarios posibles, el desenlace más idílico de todos. Constrúyelo de manera que sea equiparable al pensamiento negativo, pero esta vez con un desenlace positivo.
Verás que, así como la idea negativa es improbable y sin fundamento, la positiva también lo es. La realidad casi siempre se sitúa en el punto intermedio, no en los extremos.
7. Piensa en los eventos del pasado
Finalizamos esta serie consejos para dejar de pensar que pasará lo peor pidiéndote que te mentalices en los eventos del pasado. Revisa cuántas veces has acertado y cuántas veces el resultado ha sido positivo. Verás que la comparación no es apabullante, sino que existe un equilibrio de resultados. Incluso, puede que te sorprendas de que en realidad la consecución de los eventos ha estado a tu favor.
Recuerda que existe un fenómeno conocido como profecía autocumplida. Hace referencia a los vaticinios hechos realidad solo por el mero hecho de asumirlos. Esto debido a que las actitudes, las aptitudes, el comportamiento y las acciones se ajustan para que se haga realidad.
Te saboteas a ti mismo para confirmar que, en efecto, tenías razón. Ten esto en cuenta y súmalo a los consejos anteriores para dejar de pensar que pasará lo peor.
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