¿Qué es la dispepsia?

Algunas patologías orgánicas que pueden ocasionar dispepsia son la úlcera péptica y la gastritis. Con menor frecuencia, el cáncer gástrico podría generar estos síntomas.
¿Qué es la dispepsia?
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 25 marzo, 2021

La dispepsia es uno de los motivos de consulta más frecuentes para los gastroenterólogos. Se trata de un conjunto de síntomas caracterizados por malestar gastrointestinal, por lo general asociado con el consumo de alimentos.

A pesar de su elevada prevalencia, en pocos casos se llega a un diagnóstico concreto que explique la causa. Si te interesa saber los motivos de esto, hemos preparado el siguiente artículo sobre las características más importantes de esta condición. ¡Sigue leyendo!

Dispepsia: ¿síntoma o enfermedad?

La dispepsia es común en la población general.
La dispepsia es un síntoma, y sus causas pueden ser muy diversas.

Se trata de un conjunto de síntomas gastrointestinales diversos e inespecíficos que en ocasiones ocurren como consecuencia de una enfermedad preexistente. Por tal motivo, la dispepsia no puede ser considerada una enfermedad, sino el resultado de alteraciones fisiopatológicas variadas.

Desde un punto de vista clínico, suele afectar a la región central y superior del abdomen, conocida como epigastrio. Las sensaciones pueden ser múltiples, incluyendo dolor y ardor. Algunos síntomas generales como distensión abdominal, náuseas, vómitos y plenitud luego de comer pocas cantidades de comida también son frecuentes.

Según este artículo de revisión científica (2014), la dispepsia en España puede alcanzar cifras de prevalencia de hasta un 24 %, a pesar de que muchos pacientes evitan la consulta médica y prefieren la automedicación con fármacos de venta libre. Por lo tanto, estos últimos casos no se registran.

Clasificación de la dispepsia

Esta puede ser dividida en dos tipos: funcional y orgánica. La primera ocurre en ausencia de una patología, mientras que en la segunda existe una causa evidente. A continuación describiremos las particularidades de cada una.

Funcional

Este tipo de dispepsia es aquella que no tiene relación con patologías orgánicas de importancia, como las úlceras pépticas. Para llegar al diagnóstico, el médico podría recurrir a varios estudios complementarios que te comentaremos más adelante.

A pesar de que la búsqueda exhaustiva de enfermedades no da ningún resultado en la dispepsia funcional, es lógico pensar que detrás de los síntomas existe alguna alteración fisiopatológica. Durante años esto pareció ser un misterio, hasta que este metaanálisis (2018) fue publicado.

Para hacer dicho estudio, los autores revisaron 37 publicaciones de alta calidad en los que se publicaron algunos hallazgos microscópicos en la mucosa gástrica y duodenal de pacientes con dispepsia funcional.

Mediante diversos métodos estadísticos, llegaron a la conclusión de que el mecanismo involucrado es la aparición de fenómenos microinflamatorios, con abundancia de eosinófilos y mastocitos.

Por motivos prácticos y económicos, este tipo de procedimientos no se realizan de forma rutinaria. Los médicos, una vez descartan la presencia de patologías importantes, suelen indicar tratamiento prolongado para disminuir o eliminar los síntomas.

Orgánica

Las infecciones pueden provocar dispepsia.
La infección por H. pylori es una causa frecuente de este síntoma.

En este caso, los síntomas son el resultado de alguna condición de salud. Cada una tiene sus propios métodos diagnósticos, y las causas más importantes son las siguientes:

  • Úlcera péptica: es una condición caracterizada por la aparición de lesiones excavadas en la mucosa gástrica o duodenal. Suele provocar intenso dolor y ardor. En algunos pacientes, puede ser la causa de una hemorragia digestiva.
  • Infección por Helicobacter pylori: esta bacteria es la responsable de muchos casos de gastritis crónica. Si bien en la mayoría de los casos el cuadro clínico se limita a la dispepsia, en algunos pacientes pudiese evolucionar hasta producir cáncer gástrico.
  • Cálculos biliares: es una enfermedad muy común en la que existe acumulación de sustancias endurecidas dentro de la luz de la vesícula o las vías biliares. Cuando ocurre una infección asociada, se denomina colecistitis o colangitis.
  • Cáncer pancreático o gástrico: ambas condiciones tienen mal pronóstico, en especial porque su diagnóstico suele ser tardío. Algunos síntomas de alerta son las hemorragias digestivas y la pérdida de peso inexplicable.

Otras causas mucho menos frecuentes son la pancreatitis crónica, algunos trastornos metabólicos y la diabetes mellitus mal controlada. En este último caso, la dispepsia es consecuencia del daño de los nervios por la elevación persistente de la glicemia (neuropatía diabética).

Diagnóstico

Como mencionamos antes, la dispepsia no es una enfermedad. Por lo tanto, en un primer momento el diagnóstico parece evidente. Sin embargo, la verdadera importancia de acudir al médico radica en determinar el origen de los síntomas.

Por tal motivo, el objetivo del gastroenterólogo es determinar si se trata de un caso de dispepsia funcional u orgánica. Para ello, se suelen diferenciar a los pacientes según la probabilidad de que estos tengan dispepsia funcional. El uso de escalas de valoración clínica permite a los especialistas determinar tal probabilidad.

Si el médico sospecha la existencia de una patología previa que explique los síntomas, podría recurrir a varios estudios para realizar el diagnóstico.

Estudios complementarios

El método más efectivo es la realización de una endoscopia digestiva superior. Esta técnica se basa en la introducción de un tubo flexible acoplado a una cámara de alta resolución, el cual puede introducirse (previa sedación) a través de la boca del paciente.

Esto permite la correcta visualización de estructuras gastrointestinales, además de permitir la realización de biopsias en aquellos lugares de interés.

Existen métodos menos específicos pero que igual sirven de ayuda a la hora de realizar el diagnóstico, como los siguientes:

  • Biometría hemática completa.
  • Ecosonograma abdominal.
  • Detección de H. pylori mediante los estudios serológicos y la determinación de antígenos en heces, entre otras pruebas.

Tratamiento

Al igual que muchos otros trastornos gastrointestinales, la dispepsia puede tratarse al cambiar algunos patrones alimenticios y conductuales. Cuando es necesario, el uso de fármacos también es posible.

Dieta y cambios en el estilo de vida

Esta suele ser la primera recomendación que realizan los médicos. Según una publicación de la Clínica Mayo, las principales recomendaciones son las siguientes:

  1. Evitar saltar las comidas.
  2. Disminuir el consumo de tabaco, café y alcohol.
  3. No consumir comidas copiosas.
  4. Disminuir la cantidad de comida y aumentar la frecuencia con la que se consume.
  5. Masticar y deglutir de forma lenta y pausada.

A pesar de que estos cambios pueden proporcionar alivio sintomático, son frecuentes los casos en los que el alivio no es completo. En esos pacientes el tratamiento farmacológico es el indicado.

Fármacos

Si se trata de un caso de dispepsia secundaria u orgánica, el tratamiento va dirigido a la causa de los síntomas. Por ejemplo, para lograr la eliminación de H. pylori los médicos suelen indicar omeprazol, claritromicina y amoxicilina.

En los casos de dispepsia funcional, podría indicarse alguno de los siguientes fármacos:

  • Inhibidores de la bomba de protones: estos disminuyen la secreción ácida gástrica, y un ejemplo representativo es el omeprazol.
  • Procinéticos: favorecen el vaciamiento gástrico y evitan el reflujo gastroesofágico. Este grupo incluye a la metoclopramida, la domperidona y la cinitaprida.
  • Psicofármacos: estos son útiles solo cuando existe un componente psiquiátrico asociado.

Vivir con dispepsia: ¿cuándo es necesario ir al médico?

Cuando los síntomas sean intensos o se repitan con demasiada frecuencia, es recomendable ir al gastroenterólogo. Dependiendo del contexto, este podría solicitar más estudios para determinar el origen de la dispepsia, aunque en muchos casos no exista una patología clara.



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