Orzuelo: síntomas, causas y tratamiento

Los orzuelos son procesos infecciosos que se suelen dar en los bordes de los párpados. En la mayoría de los casos, no es necesario ningún tipo de tratamiento.
Orzuelo: síntomas, causas y tratamiento
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 24 marzo, 2021

El orzuelo se define como una infección aguda y dolorosa del ojo que aparece en el párpado superior o inferior. Debido a que es una patología muy común, es imposible obtener cifras epidemiológicas concretas, pero se sabe que la incidencia aumenta de forma notable en pacientes entre los 30 y 50 años de edad.

Algunas de las patologías más comunes del aparato ocular externo que afectan a la población general son los orzuelos y chalaziones, entidades clínicas diferentes pero con síntomas muy similares. La incidencia de estas 2 combinadas es del 5,9 % de la población, siendo los orzuelos causantes del 4,8 %, los chalaziones del 0,9 % y ambas combinadas el 0,1 %.

La causa del orzuelo es la presencia de una infección bacteriana localizada, por lo general provocada por Staphylococcus aureus, aunque otros agentes patógenos como S. epidermidis también son sospechosos en algunos casos aislados. Si quieres conocerlo todo sobre el orzuelo, incluyendo síntomas, causas y tratamiento, te animamos a seguir leyendo.

¿Qué es un orzuelo?

El orzuelo produce dolor.
El dolor es uno de los síntomas más característicos de esta condición.

Como hemos dicho, el orzuelo es una patología de índole infecciosa que se presenta en forma de protuberancia pequeña, roja y dolorosa que crece en el párpado superior o inferior, ya sea en la cara interna o externa del mismo. Debido a su forma enrojecida y contenido purulento, a veces se confunde con una «espinilla» en el ojo.

Cabe destacar que los orzuelos se presentan sobre todo en los párpados superiores y, además, se diferencia en 2 tipos de entidades clínicas, según su lugar de presentación. La revista Farmacia Profesional nos ayuda a dilucidar las particularidades de esta patología, tan común como compleja.

Orzuelo externo

El orzuelo externo es de naturaleza superficial, ya que se localiza en la base de la pestaña. En general, esta infección se ve desencadenada por el taponamiento de unas células secretoras de compuestos oleosos. Estas se conocen como glándulas de Zeiss y tienen la función de secretar sustancias aceitosas hacia la porción media del folículo piloso de la pestaña.

Un orzuelo externo puede aparecer en cualquier parte del párpado, pero es mucho más común en el extremo del tejido, donde las pestañas se encuentran con el párpado. Tal y como indica la American Academy of Ophthalmology  (AAO), esta variante adquiere una forma bastante similar a la de una espinilla.

Orzuelo interno

Es menos frecuente que el orzuelo externo, pero más doloroso. En este caso, las glándulas afectadas son las de Meibomio, que están situadas en las placas tarsales del párpado. En un cuadro de normalidad, estas células se encargan de producir lípidos, cuya función es fomentar la estabilidad de la capa lagrimal y evitar que el líquido se evapore.

Esta variante suele afectar a un solo ojo y, además, tiende a desarrollarse de forma muy rápida. Es una lesión más profunda y puede observarse a través de la conjuntiva, en forma de una zona amarillenta y abultada. Su presentación no es tan obvia a nivel externo como la del tipo descrito con anterioridad.

En general, se confunde al orzuelo interno con el chalazión, pues ambos aparecen con síntomas físicos casi idénticos. De todas formas, el chalazión no suele ser doloroso y se desarrolla más atrás en el párpado.

Causas del orzuelo

Como hemos visto, la aparición de un orzuelo está ligada al taponamiento de glándulas secretoras a nivel palpebral. Tal y como indica el portal Kids Health, los canales de estas glándulas pueden obstruirse con sebo viejo, células cutáneas muertas y colonias bacterianas presentes en la superficie ocular. Si esto sucede, el líquido se acumula, generando hinchazón.

Tal y como indican estudios, el 90-95 % de los orzuelos son causados por la bacteria  Staphylococcus aureus, siendo casi todos los cuadros restantes provocados por Staphylococcus epidermidis. La invasión de estos microorganismos en las glándulas ya citadas se traduce en supuración, inflamación y dolor localizados, es decir, un absceso.

En el tejido afectado suele observarse un contenido blanquecino, que corresponde a la formación de pus. El pus está compuesto por suero, colesterol, glucosa y células del sistema inmunitario, que tienen como función poner fin a la infección. Por ello, cuando se observa una lesión de naturaleza purulenta, se sospecha de crecimientos bacterianos.

S. aureus y los orzuelos

Muchas bacterias del género Staphylococcus viven en la superficie de nuestro organismo sin causarnos ningún daño. Tal y como indica el portal pediátrico Radys Children, estos microorganismos habitan sobre todo alrededor de la nariz, boca, genitales y ano. Por lo general son inocuas, pero si se produce una lesión, se pueden infiltrar y causar perjuicios.

En general, se asocia la aparición de los orzuelos a una mala higiene ocular. Si el paciente se lleva las manos a los ojos sin lavárselas, puede permitir la entrada de S. aureus en los canales de las glándulas ya citadas, lo que provoca la patología. Por ello, también se asocia a personas que usan lentes de contacto y no los limpian de forma correcta.

Síntomas

Hemos explorado a fondo las variantes etiológicas y las causas de los orzuelos, así que es momento de sumergirse en la sintomatología. Como podrás imaginar, el signo clínico más evidente es la presencia de un bulto rojo en el párpado, con un aspecto similar al de una espinilla.

La zona de la lesión es rojiza, tierna al tacto y con un foco lleno de pus. Además, el paciente suele sentir dolor y la presencia de un cuerpo extraño en el aparato ocular, como si tuviese un grano de arena en el ojo. En algunos casos, también aparecen fotofobia (sensibilidad a la luz), lagrimeos y costras a lo largo del margen palpebral.

A la hora de abordar los orzuelos, es necesario tener en cuenta que los síntomas serán diferentes con base en su localización. En la siguiente lista, podrás observar ciertas diferencias entre las entidades clínicas nombradas:

  • El orzuelo externo se cimenta como un endurecimiento del tejido con un punto amarillento de pus en el centro. Este acúmulo líquido suele romperse solo con el tiempo, provocando el drenaje de su contenido.
  • El orzuelo interno está localizado en estructuras más internalizadas del párpado, así que no suele romperse y drenar por sí solo. Ambas variantes causan dolor, pero esta más.
  • El chalazión, por su parte, es más interno aún que el orzuelo, en general con una prominencia mayor. No suele provocar dolor, pero puede desembocar en visión borrosa si la masa hinchada presiona el globo ocular.

Citar las diferencias entre un orzuelo interno y un chalazión es una tarea muy compleja, pues las fuentes aportan información confusa con respecto al tema. De todas formas, todas parecen estar de acuerdo en una premisa: el orzuelo (externo o interno) es una infección aguda, mientras que el chalazión se trata de una inflamación crónica del párpado.

Diagnóstico

El diagnóstico casi siempre es físico, es decir, al médico general le basta con mirar el absceso del párpado para confirmar que se trata de un orzuelo. De todas formas, tal y como indica el portal MSD Manuals, el orzuelo interno se puede confundir muy fácilmente con un chalazión, sobre todo en los primeros días.

Ambas entidades clínicas se tratan de manera similar, así que esto no suele tener mucha importancia. De todas formas, si el chalazión no desaparece con el tiempo y no responde al tratamiento, hay que sospechar de un tumor palpebral. En estos casos se necesita una extracción de tejido (biopsia), con el fin de esclarecer la naturaleza del agente causal.

Tratamiento

El orzuelo puede tratarse con antibióticos.
A veces puede ser necesario el consumo de antibióticos.

La Clínica Mayo y otros portales médicos nos muestran los tratamientos del orzuelo. En primer lugar, es necesario destacar que los orzuelos externos suelen romperse y drenar sin necesidad de tratamiento, así que se resuelven sin ningún tipo de actuación médica.

En general, se recomienda colocar compresas tibias sobre el párpado afectado durante 15 minutos, unas 3 veces al día. Esto puede acelerar la apertura y drenaje del absceso, así que puede acelerar un poco el proceso de recuperación. Además de esto, se puede recetar eritromicina (de uso tópico) de aplicación diaria, con el fin de evitar que la infección se expanda.

Estudios citados con anterioridad argumentan que no existe una evidencia clara de los beneficios del uso de la eritromicina. Aun así, se sigue recomendando muchas veces en la clínica general su uso durante 7-10 días.

También se ha postulado que los masajes en la zona del abscesos pueden ayudar a destaponar las glándulas obstruidas, si bien hay que tener cuidado con estas prácticas. Si un paciente se toca de más el ojo infectado sin higienizar sus manos antes, lo único que provocará es un empeoramiento del cuadro clínico.

Si la infección no responde a los tratamientos tópicos y se expande, se recurre a los antibióticos orales. En los casos en los que la acumulación de pus sea demasiado evidente, el oftalmólogo puede drenar de forma manual el contenido del absceso, con el fin de reducir los síntomas y promover su pronta recuperación.

Los antibióticos orales se contemplan si hay indicios de celulitis preseptal.

Prevención y consideraciones en casa

Si ya tienes un orzuelo y te preocupa su evolución, te recomendamos que sigas los siguientes pasos y pautas desde el hogar:

  • No toques la zona dañada: te hemos dicho que los masajes en el absceso pueden ayudar a desobstruir los canales glandulares, pero esto solo puede hacerlo un profesional médico. En el caso de que estalles de forma accidental el pus antes de tiempo, lo único que se consigue es facilitar la entrada de más bacterias a la zona.
  • Higieniza la zona: el lugar donde aparece el orzuelo es muy delicado. Por ello, se recomienda lavarlo con champú para bebés diluido en agua. También se pueden utilizar soluciones salinas que, además, tienden a favorecer la eliminación de bacterias.
  • Interactúa con el ojo lo menos posible: ponte gafas en vez de lentes de contacto mientras tengas el orzuelo y límpialas siempre que te las quites. Evita también aplicarte maquillajes y otros complementos estéticos en los párpados y zonas de los ojos hasta que el orzuelo desaparezca.

Si no tienes un orzuelo pero quieres evitar que este aparezca, solo tienes que seguir una regla general: lávate las manos antes de tocarte los ojos. Por desgracia, algunas personas con condiciones clínicas específicas (como blefaritis o rosácea) son más proclives a presentar un orzuelo. Estos pacientes deben discutir prevenciones más exactas con su médico.

Una patología común y de fácil solución

Como has podido comprobar, los orzuelos son muy comunes en la sociedad, pero suelen irse tan rápido como vienen. Se trata de una enfermedad autorresolutiva en la inmensa mayoría de los casos, es decir, ni siquiera hace falta tratamiento para abordarla.

La mayoría de los orzuelos solo presentan síntomas durante una semana, así que, si tienes uno, las compresas tibias y la higiene ocular serán tus mejores aliados. Si el absceso no drena por sí mismo en este intervalo temporal, toca acudir al oftalmólogo para que decida la vía de actuación.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.