¿Qué es la halitosis? Síntomas, causas y tratamientos

La halitosis es una condición que genera malestar. Puede ser una enfermedad en sí misma, de causa difícil de definir, o un síntoma de otras patologías subyacentes, en el aparato digestivo o en la cavidad bucal.
¿Qué es la halitosis? Síntomas, causas y tratamientos
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 16 enero, 2021

Tener halitosis es un problema para cualquiera. A veces es una condición pasajera que se asocia al horario de despertar o tras haber ingerido alguna comida picante o con condimentos capaces de generar mal olor bucal.

Y es que, en definitiva, la halitosis es el mal olor en la boca o mal aliento. El término en cuestión es el que se utiliza de manera científica para describir este signo en el ambiente médico y odontológico. De todas maneras, el origen es más complicado a veces.

Puede ser que el mal aliento provenga de una patología presente en el aparato digestivo o, incluso, como consecuencia de un trastorno metabólico. Por eso, ante la cronicidad de la condición es conveniente realizar una consulta para diagnosticar correctamente la afección.

Síntomas de la halitosis

Los síntomas y signos de la halitosis pueden resumirse en el mal olor bucal. Para el paciente también hay sensación de gusto extraño, a veces, aunque no es una condición inherente. También debemos considerar que estamos ante sintomatología subjetiva, la que varía de acuerdo a la percepción de cada persona.

A la par, si una patología de base es la causante del hedor, entonces tendremos manifestaciones propias de ese trastorno que también orientarán el diagnóstico para el profesional. Pongamos como ejemplo las infecciones del tracto respiratorio superior (resfríos o sinusitis): los pacientes tienen halitosis, pero también mucosidad, rinorrea y fiebre.

Si la persona es diabética es posible que la halitosis sea el último signo a detectar. Primero habrá alteraciones propias de la glucemia elevada, como aumento del apetito (polifagia), incremento de la sed (polidipsia) y mucho volumen urinario (poliuria).

En las apneas del sueño el mecanismo que se esconde detrás lo explicaremos más adelante, pero podemos adelantar que la persona sufrirá, junto con el mal aliento, alteraciones del sueño y cambios bioquímicos que responden a la mala oxigenación de los tejidos. Nos referimos a la anemia y al aumento de la concentración de dióxido de carbono.

Si una enfermedad bucal, como la periodontitis, deriva en infecciones extensas con hedor, entonces puede sentirse dolor en las encías o en un elemento dentario en particular. La supuración puede ser ingerida por los pacientes, lo que se percibirá como un gusto extraño.

Mujer con halitosis tiene pena en una cita.
La halitosis es un problema social porque afecta las relaciones de los pacientes con los demás.

Causas del mal aliento o halitosis

Ya hemos adelantado algunas causas posibles al describir los síntomas asociados de la halitosis. De todas maneras, ahora ahondaremos en ellas.

Como bien dijimos, el origen bucal es solo una de las génesis posibles para el mal aliento. También los órganos más inferiores del aparato digestivo redundan en el signo. Una disfunción del esófago, el reflujo gastroesofágico o la gastritis alteran la digestión y fermentan sustancias que derivan en hedor.

Entre los trastornos sistémicos, si bien la diabetes es la paradigmática, no podemos olvidar a la insuficiencia renal o la disfunción hepática. Son patologías más floridas en su presentación clínica, pero no por eso se desdeña la halitosis como indicativa.

Comidas como origen de la halitosis

Las comidas picantes y ciertos alimentos ricos en compuestos olorosos (ajo) provocan halitosis. El mecanismo que subyace es la comunicación que se establece entre el aparato digestivo y el respiratorio. Es decir, tras ingerir los productos, estos se descomponen en partículas que, viajando por la sangre, pueden expulsarse luego vía pulmonar.

El café es, entre las bebidas, una de las que más genera halitosis. Es conocido el aliento de los bebedores compulsivos y abusivos de la infusión.

Tabaco

Los fumadores tienen mal aliento a causa de las variadas sustancias tóxicas que se alojan el cigarrillo. Las mismas reaccionan con la cavidad bucal, pero también son devueltas en forma de hedor desde los pulmones tras complejos procesos químicos.

No es menor el problema que suscita la higiene dental alterada por el tabaco. Los fumadores son más susceptibles a la acumulación de placa bacteriana, así como a los problemas odontológicos más severos, sin dejar de mencionar el cáncer.

Higiene dental pobre

Cepillarse con frecuencia, utilizar hilo dental y visitar al odontólogo son prácticas que previenen la aparición de mal aliento. Cuando los restos de alimentos se combinan con bacterias se inicia un proceso de putrefacción entre los dientes que puede derivar en placa y en caries.

Si sigue evolucionando el proceso, entonces aparece el riesgo de periodontitis. La enfermedad periodontal consiste en una inflamación de las encías que progresa hasta la inestabilidad de los elementos dentarios. Las consecuencias a mediano plazo son graves, incluyendo la propagación de microorganismos al torrente sanguíneo.

Xerostomía y halitosis

La sensación de boca seca recibe el nombre técnico de xerostomía. Es una sensación subjetiva, pero también el signo de enfermedades que cursan con menor producción de saliva, como es el caso de algunas patologías autoinmunes que afectan las glándulas salivales.

Además, la xerostomía es el efecto adverso de ciertos medicamentos, como los antidepresivos tricíclicos y la furosemida. Es decir, si un paciente con depresión consume amitriptilina o un hipertenso ingiere un diurético, es posible que perciba sequedad bucal y, luego, mal aliento.

Esto se explica por el rol de higiene y limpieza que cumple la saliva en el organismo. Esta sustancia tiene entre sus funciones la de barrer bacterias, enlentecer la formación de placa y diluir restos de comida. En definitiva, es un mecanismo de defensa natural.

Infecciones respiratorias

Las enfermedades respiratorias altas y bajas pueden cursar con halitosis, debido a la mucosidad que se almacena en las cavidades neumáticas. La sinusitis, el resfrío y las bronquitis se caracterizan por una hiperactividad de las glándulas mucosas que atrapan microorganismos para defenderse. Si el moco persiste en las vías aéreas se traducirá en olor por fermentación.

Una situación especial es la de la hipertrofia de amígdalas. Los niños y jóvenes con un aumento en el tamaño del tejido linfático de la faringe tienen infecciones a repetición con acumulación persistente de restos de pus que también fermentan.

Enfermedades sistémicas

Entre las causas de halitosis por patologías sistémicas o de zonas inferiores del tubo digestivo podemos mencionar a 5 relevantes que tienen alta frecuencia de presentación en la población general:

  • Diabetes: en este trastorno hay una deficiencia de insulina o una imposibilidad de que los receptores de los tejidos la aprovechen. Como resultado hay hiperglucemia. La acumulación de glucosa por encima de los valores normales trae como consecuencia metabolismos derivados hacia la producción de ácidos que acarrean mal aliento.
  • Reflujo gastroesofágico: esta patología, conocida por sus siglas: ERGE, consiste en el regreso de ácido desde la cavidad del estómago hacia el esófago. En ciertas condiciones alcanza la faringe y la boca, trayendo el hedor ácido a un sitio en el que se hace perceptible.
  • Insuficiencia renal: los fallos en los riñones también alteran el metabolismo y provocan que se acumulen sustancias de desecho en la sangre. Las mismas pueden pasar a los pulmones y ser expulsadas con el aliento con halitosis.
  • Apnea del sueño: en la apnea del sueño los pacientes interrumpen su respiración por un momento mientras duermen. Esto puede suceder varias veces en la misma noche. Al repetirse, otros signos concomitantes aparecen, como la sequedad bucal y la mala oxigenación. La boca seca causa halitosis, pero también la deficiencia de oxígeno que altera el metabolismo.
  • Trastornos hepáticos: el hígado es un órgano con muchas funciones dentro del cuerpo. Produce proteínas, elabora factores de la coagulación, metaboliza fármacos y segrega bilis, entre otras. Si se enlentece su acción se acumulan detritos, como sucede con la insuficiencia renal, pero también cambian las condiciones digestivas, ya que esta glándula secreta sustancias y enzimas al intestino.
Cepillo para cepillar lengua.
El uso de cepillos para el rascado de la lengua es una herramienta útil en el combate de la halitosis.

Tratamiento de la halitosis

Para tratar la halitosis hay que abordar el origen causal. La diabetes debe corregirse con su protocolo específico, en caso de existir, y lo mismo con las insuficiencias orgánicas. La higiene bucal debe repararse con buenos hábitos y para las infecciones respiratorias se prescriben fármacos.

En definitiva, es claro que los tratamientos varían dependiendo de cada paciente. De todas maneras, hay medidas generales que ayudan a cualquier persona con mal aliento. Pueden servir de soporte hasta tanto se diagnostique el origen último o como prácticas para incorporar para el resto de la vida.

Tanto un médico general como un odontólogo son capaces dirigir el proceso. Aún así, hay situaciones particulares que ameritan especialidades más complejas, como puede ser un neumonólogo para la apnea del sueño o un endocrinólogo para la diabetes.

El cepillado tres veces al día, sobre todo después de las comidas, puede significar un cambio rotundo. Si se combina con hilo dental es posible que se contenga la propagación de la placa bacteriana, así como se reduce el riesgo de padecer caries.

En cuanto a los dentífricos y enjuagues bucales, la variedad del mercado es amplia. Conviene consultar con un profesional cuál es el más adecuado, ya que deben considerarse los contenidos de flúor y las proporciones de otros componentes que se indican en trastornos dentales puntuales.

Como la lengua puede ser sede del mal aliento, el cepillado debe incluirla. Muchas veces se corre con el error de solo cepillar los dientes, sin considerar este órgano. Se pueden conseguir en supermercados y farmacias los cepillos que ya vienen con un dorso preparado para rasquetear el músculo lingual.

La halitosis puede ser pasajera o un signo de alarma

El mal aliento no es un signo para no considerar. Si lo podemos asociar a la ingesta reciente de un alimento como el ajo, no habrá mayores problemas. Pero si persiste el mal aliento y no encontramos la causa, a pesar de la higiene correcta, es menester consultar.

Es posible que con rapidez se diagnostique el problema y se proponga un tratamiento acorde. La periodontitis, la diabetes, la apnea del sueño y la insuficiencia renal son trastornos que no pueden posponerse.



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