Los 5 tipos de vinagre y sus propiedades
El vinagre es uno de los ingredientes para aliñar ensaladas por excelencia. Funciona bien con casi cualquier verdura. Además, cuenta con beneficios para la salud cuando se introduce en cantidades moderadas y en el contexto de una dieta equilibrada y variada.
Hay que tener en cuenta que existen varios tipos de vinagre distintos. Cada uno de ellos goza de unas particularidades a nivel organoléptico, pero también varían sus beneficios a nivel nutricional. Por este motivo haremos un repaso por todos ellos para que tengas claro cuál es la mejor elección.
1. Vinagre de manzana
Dentro de los vinagres más utilizados se encuentra el de manzana. Este producto se obtiene a partir de la fruta y cuenta con una concentración significativa en vitaminas A y B. Además, es capaz de aportar ácidos grasos esenciales. Tampoco hay que descuidar su contenido en minerales, como pueden ser el fósforo, el calcio y el potasio.
Se trata de un elemento que se puede utilizar solo o en combinación con aceite de oliva virgen extra. De este modo se obtiene una mezcla perfecta para aliñar ensaladas que puede ser complementada con otras especias culinarias.
No obstante, lo más importante de este producto son los beneficios cuyo consumo genera sobre la salud. Si se ingiere de forma regular es posible mejorar ciertos parámetros bioquímicos, lo que reduce la incidencia de algunas patologías crónicas y complejas a medio plazo. Entre los principales efectos positivos destacan los siguientes.
Ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre
Mantener las glucemias descontroladas es realmente problemático. Poco a poco se fragua una resistencia a la insulina que termina por generar una ineficiencia a nivel metabólico. Se considera la antesala de la diabetes de tipo 2, una patología ligada al desarrollo de otros problemas de salud mayores.
Para evitar una situación de este calibre se suele recomendar implementar un cambio a nivel dietético. Está claro que la reducción de los carbohidratos en la dieta ayuda. Limitar los azúcares simples y practicar ejercicio físico genera una importante protección.
Pero además es posible incluir ciertos alimentos con propiedades hipoglucemiantes. Entre los más famosos se encuentra la canela. Sin embargo, el vinagre de manzana cuenta con una capacidad muy similar. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Clinical Nutrition ESPEN. Incluso mejora el perfil lipídico del organismo.
Se recomienda utilizar el vinagre de manzana para aliñar las verduras o consumir un par de cucharadas del mismo antes de dormir. De este modo se reducen los niveles de glucosa en sangre, lo que se considera positivo para la salud a medio plazo.
Contribuye a perder peso
Mejorar la eficiencia del metabolismo es un aspecto clave cuando el objetivo es promocionar la pérdida de peso. Si existen problemas a la hora de elegir el sustrato óptimo para la génesis de energía, es probable que se terminen acumulando grasas en exceso. Para evitar llegar a una situación de este tipo hay que mejorar lo que se conoce como flexibilidad metabólica.
Bajo este concepto se nombra a la capacidad del organismo para utilizar las grasas en la producción energética mientras se desarrollen actividades de baja o mediana intensidad. De hecho, se relaciona un incremento de este parámetro con una reducción del riesgo de sufrir cáncer o de que este evolucione. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Seminars in Cancer Biology.
Es fundamental entrenar fuerza y mejorar la dieta para incrementar la flexibilidad metabólica. A medida que se reduce peso corporal se experimenta una mayor eficiencia en el uso de sustratos energéticos. Pero también existen ciertos componentes de la alimentación que pueden acelerar el proceso.
Uno de ellos es el vinagre de manzana. Al aumentar la sensibilidad a la insulina consigue promocionar la pérdida de peso. Eso sí, para experimentar dicho beneficio tendrá que ser consumido en el contexto de una dieta hipocalórica.
Existen evidencias conforme la ingesta diaria de vinagre de manzana estimula la pérdida de peso. De todos modos, las conclusiones no son todavía del todo sólidas. Se apuesta por el efecto metabólico del alimento, así como por un incremento de la sensación de saciedad. La mayor parte de los artículos recomiendan el consumo de un par de cucharadas al día para experimentar efectos beneficiosos.
Mejora el perfil lipídico
Durante muchos años se afirmó que mantener el colesterol alto podría generar un incremento del riesgo cardiovascular. A día de hoy se pone en duda dicha teoría. Aun así, se sostiene que una oxidación de las lipoproteínas sí que es capaz de aumentar la agregación de las mismas, lo que ocasionaría placas de ateroma.
Con el objetivo de reducir estos mecanismos oxidativos e inflamatorios se propone el consumo regular de alimentos con fitonutrientes antioxidantes. El vinagre de manzana se encuentra entre ellos. Su inclusión en la dieta no provocará una alteración significativa de los niveles de HDL y LDL, pero sí una reducción de sus versiones oxidadas, lo que se relaciona con una protección cardiovascular.
Es importante tomar otras medidas para impedir que las alteraciones en la bioquímica de la sangre puedan generar problemas a medio plazo. Con este objetivo se aconseja aumentar la presencia de ácidos grasos de la serie omega 3 en la dieta, reduciendo a su vez la ingesta de azúcares simples y de grasas trans. Estos últimos elementos cuentan con capacidades inflamatorias nocivas.
La práctica deportiva también es un factor protector esencial. Gracias al ejercicio físico se promociona la génesis de compuestos antioxidantes endógenos. Asimismo, se modulan los mecanismos inflamatorios, incrementando la eficiencia de los mismos y evitando que se desarrollen descontroladamente.
¿Cómo incorporar vinagre de manzana en la cocina?
La mejor manera de incluir el vinagre de manzana en la dieta es mediante la preparación de aderezos para ensaladas y mayonesas. Algunas personas lo diluyen en agua y lo consumen como una bebida. No obstante, su sabor puede no agradar a todo el mundo. Lo mejor es comenzar introduciendo pequeñas dosis e ir aumentando la cantidad progresivamente.
Aun así, no se recomienda sobrepasar las 3 o 4 cucharadas diarias en total. De lo contrario se podrían generar efectos nocivos como el daño en el esmalte dental o las interacciones con fármacos. Por otra parte, se recomienda siempre apostar por las variedades orgánicas que no han sido sometidas a filtración.
2. Vinagre de vino
El vinagre de vino es uno de los productos más utilizados dentro de la dieta mediterránea. Junto con el aceite de oliva se utiliza para reforzar el sabor de muchos alimentos, sobre todo de aquellos de origen vegetal. Normalmente cuenta con un color más oscuro que el vinagre de manzana, así como con un sabor más fuerte.
Hay que destacar que la inclusión de este producto en la alimentación también puede generar ciertos beneficios. Entre ellos se encuentran los siguientes.
Actúa como antioxidante
Los procesos de oxidación tienen lugar a diario en el cuerpo humano. Sin embargo, cuando estos se dan en exceso pueden aparecer efectos nocivos. La acumulación de radicales libres en los tejidos aumenta las reacciones inflamatorias sistémicas, dificulta la función de varios órganos e inclusive puede favorecer las mutaciones.
Por este motivo, conviene asegurar el aporte de alimentos en la dieta que contengan fitonutrientes con capacidad antioxidante. Dichos compuestos neutralizan la formación de especies reactivas de oxígeno, lo que se traduce en una menor incidencia de muchas patologías crónicas y complejas. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Infectious Disorders Drug Targets.
Mejora las digestiones
El carácter ácido del vinagre de vino puede ayudar a facilitar la función estomacal, generando así una descomposición efectiva de los alimentos con mayor brevedad. Se suele introducir en la dieta de aquellas personas que suelen experimentar acidez o reflujo.
De todos modos, es importante evaluar e identificar el origen de dicho problema. Por ejemplo, si la causa es una hernia de hiato o una proliferación de Helicobacter pylori, esta podría no ser la mejor solución. Sin embargo, cuando una persona presenta digestiones lentas y pesadas por costumbre, sin causa aparente, el vinagre de vino contribuye a reducir las molestias asociadas.
Protege frente a infecciones por microbios
El carácter ácido del vinagre de vino permite que este genere una protección frente a la infección por diversos gérmenes. Se puede añadir a los alimentos con el objetivo de exterminar los posibles microbios patógenos que se encuentren en su superficie, por lo que se considera un elemento útil en el contexto de la higiene alimentaria.
3. Vinagre de arroz
El vinagre de arroz es un producto de características organolépticas suaves que se produce a partir de la fermentación de este propio grano. Cuenta con un color blanco o dorado, lo que contrasta bastante con el oscuro del obtenido a partir del vino. Se utiliza fundamentalmente en la cocina asiática, aunque se ha extendido a lo largo de muchos otros países.
Como no podía ser de otro modo, el vinagre de arroz también es capaz de aportar una serie de beneficios para la salud, siempre y cuando se consuma en el contexto de una dieta variada. Eso sí, es importante evitar añadirle azúcar, práctica muy habitual en la elaboración de ciertos platos orientales como el sushi.
Mejora la función inmunitaria
Una de las primeras propiedades del vinagre de arroz es su capacidad para activar el funcionamiento de las defensas del organismo. Esto se debe a la presencia en su interior de aminoácidos, componentes de las proteínas que actúan sobre el sistema inmunitario, mejorando su cometido.
Para lograr este efecto es recomendable consumir el producto de forma diaria. A diferencia de lo que sucedía con los vinagres anteriores, el de arroz puede ser ingerido en mayor cantidad. De hecho, la dosis aconsejada se sitúa entre 10 y 25 mililitros diarios.
No obstante, para asegurar una buena función inmunitaria es determinante que los niveles de vitamina C y de zinc se encuentren dentro de los rangos óptimos. Ambos elementos estimulan la diferenciación y la actuación de las células de la serie blanca, las que se encargan de neutralizar y combatir los patógenos.
Protege frente al envejecimiento prematuro
Los antioxidantes no solo son capaces de reducir la incidencia de las patologías complejas. También previenen los signos de la edad, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Clinical Interventions in Aging . Neutralizar la formación de los radicales libres es esencial para asegurar que se mantiene la elasticidad de la piel.
Además, es conveniente asegurar la presencia en la dieta de otros nutrientes relacionados con la síntesis de colágeno, la proteína más abundante en el organismo humano. Esta se encarga de garantizar la funcionalidad de los tejidos, sobre todo en lo que a características elásticas y de firmeza se refiere. Entre ellos destacan las vitaminas A y C.
Mejora la digestión
El ácido acético contenido en el vinagre de arroz contribuye a facilitar las digestiones, realizando así un aprovechamiento óptimo de los nutrientes. Incluso existen algunas evidencias conforme este producto podría generar beneficios sobre la microbiota intestinal. Cuando esta se mantiene sana, se reduce el riesgo de desarrollar patologías inflamatorias del tubo digestivo.
Asegurar la diversidad y la densidad de la flora bacteriana consigue incrementar la respuesta inmune frente a una gran cantidad de microorganismos patógenos. De este modo se experimenta una reducción del riesgo de contraer enfermedades infecciosas.
4. Vinagre de Jerez
El vinagre de Jerez se obtiene a partir de la fermentación de un vino producido en una zona particular de la península ibérica. Estos se elaboran sobre todo en la zona de Andalucía. Cuenta con un color ámbar con tonos caoba y su sabor presenta toques de frutos secos. Se utiliza para aliñar o aderezar alimentos o incluso para elaborar reducciones y escabeches.
Según fuentes ya citadas, el vinagre en general es un producto que destaca desde el punto de vista nutricional por sus propiedades diuréticas, por lo que ayuda a evitar la retención de líquidos. Aparte, cuenta con elementos antioxidantes en su interior y, del mismo modo que el vinagre de manzana, es capaz de generar un efecto antidiabético.
Incluso este producto puede favorecer a la salud ósea al contribuir a fijar el calcio en los huesos. Este efecto es especialmente determinante en las mujeres, que tienden a perder este mineral a partir de la menopausia. Si no es óptimo el aporte nutricional hasta ese momento, podría desarrollarse osteoporosis.
5. Vinagre de miel
Aunque mucha gente lo desconoce, el vinagre de miel es uno de los más antiguos utilizados por el ser humano. Se trataba de un producto muy apreciado en Egipto hace un par de miles de años. Destaca fundamentalmente por sus características organolépticas. Cuenta con un cierto toque dulce y permite realzar el sabor de los alimentos.
Además del clásico uso para aliñar ensaladas, se utiliza fundamentalmente con carnes y pescados para lograr un proceso de marinado.
Cabe destacar que el vinagre de miel concentra en su interior una gran cantidad de compuestos fitoquímicos con actividad antioxidante. Por este motivo podría resultar útil para prevenir el desarrollo de patologías complejas. No obstante, no existen muchos estudios científicos que evalúen sus propiedades o los resultados de su ingesta habitual a largo plazo.
Incluye vinagre en la dieta habitual
El vinagre no es solo un producto que contribuye a realzar los sabores o a mejorar las características organolépticas de ciertos platos. Es también capaz de generar efectos beneficiosos para la salud. Por este motivo se recomienda su inclusión en la dieta de forma habitual.
De todos modos, existen muchos tipos de vinagres distintos. Por sus características, cada uno de ellos es más adecuado para un tipo determinado de platos. Es importante ir probando para comprobar con qué alimentos combina mejor cada variedad. Asimismo, se debe evitar añadirle azúcar a este ingrediente para no provocar una alteración de las glucemias.
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