Cómo saber si te faltan vitaminas
Cuando faltan vitaminas es posible que se desarrollen una serie de alteraciones fisiológicas que condicionen negativamente la sensación de bienestar. Por este motivo habría que realizar ajustes dietéticos para solventar estas carencias y lograr que el organismo vuelva a funcionar de manera eficiente, lo que evitaría complicaciones mayores.
Antes de comenzar es clave destacar que para evitar aportes insuficientes de nutrientes lo mejor es plantear una dieta lo más variada posible. Es necesario que los alimentos de origen vegetal tengan un gran peso en la pauta. Del mismo modo, hay que evitar un desequilibrio a nivel energético, ya que de lo contrario se podría experimentar ganancia de grasa corporal.
Síntomas de la deficiencia de vitaminas
A continuación vamos a comentar cuáles son los principales síntomas de la falta de vitaminas en el cuerpo. En algunas ocasiones estos signos pueden ser difusos, por lo que si se presentan será clave consultar con un profesional de la nutrición para realizar una valoración del estado nutricional y poder ajustar la pauta en base a las carencias.
Déficit de vitaminas del grupo B
Las vitaminas del grupo B normalmente participan en diferentes procesos metabólicos. Posibilitan la obtención de energía y el uso de la misma. Ahora bien, de la mayor parte de ellas es extraño presentar un déficit, ya que se encuentran en muchos alimentos distintos. Sin embargo, existen dos o tres que son especialmente significativas.
En primer lugar hay que comentar el caso del ácido fólico. Se trata de un nutriente determinante durante el embarazo, ya que los requerimientos se encuentran aumentados.
Un aporte insuficiente del mismo provocaría que el feto experimentase un mayor riesgo de sufrir problemas con el cierre del tubo neural. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Reproductive Toxicology. Para prevenir esta situación se recomienda la suplementación con la vitamina desde el momento en el que se planea la gestación.
Por otra parte hay que hablar de la vitamina B12. Este compuesto se encuentra solo en los alimentos de origen animal, por lo que se debe suplementar en el caso de las dietas veganas. Un aporte insuficiente provocaría una anemia megaloblástica, por problemas en la formación de los glóbulos rojos. Una investigación publicada en la revista The Annals of Pharmacotherapy lo explica. En este caso se experimentará cansancio extremo y fatiga.
Ahora bien, basta con corregir el aporte dietético del nutriente para que la situación vuelva a controlarse. Suele ser más complicado solucionar las anemias generadas a partir de un consumo insuficiente de hierro, dada la baja disponibilidad de este mineral. Con el caso de la vitamina B12 no sucede lo mismo. Hasta se podría administrar intravenosa para un efecto más rápido.
Déficit de vitamina C
La vitamina C realiza muchas funciones dentro del organismo humano. De entre ellas hay que destacar su acción antioxidante y su influencia en el sistema de defensa.
Se encarga de modular tanto la función innata como la adaptativa de la inmunidad, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Nutrients. Por este motivo, un aporte insuficiente podría dar lugar a una mayor susceptibilidad hacia las patologías de tipo infeccioso.
Asimismo, la deficiencia grave de la vitamina C daría lugar a una patología denominada escorbuto. Esta cursa con anemia, con sangrado de las encías y con mala cicatrización de las heridas.
De hecho, el propio nutriente interviene de manera determinante en la absorción del hierro a nivel intestinal, siendo este un mineral con baja disponibilidad. Si hay un aporte insuficiente de vitamina C es posible que el transporte de oxígeno en la sangre se vuelva poco funcional.
Del mismo modo, hablamos de una vitamina que estimula la síntesis endógena de colágeno. Estas es la proteína más abundante en el cuerpo humano. Forma parte de casi todos los tejidos del cuerpo y consigue otorgarle elasticidad y contractilidad a los músculos.
En el caso de que su génesis no sea la adecuada se podría experimentar un mayor riesgo de lesión muscular, así como problemas en la regeneración de la masa magra.
No obstante, el consumo regular de alimentos de origen vegetal suele ser suficiente para evitar una deficiencia de vitamina C. Tanto los cítricos como las verduras de hoja verde suelen aportar el nutriente en cantidades elevadas, satisfaciendo las necesidades diarias.
Eso sí, por su carácter hidrosoluble hablamos de una sustancia que no se acumula en el organismo, por lo que se necesita consumo diario.
Descubre más: Los 3 alimentos con más vitamina C
Déficit de vitamina D
El déficit de vitamina D es un problema extendido a lo largo del mundo. Este nutriente se encuentra en alimentos como los pescados azules, los huevos y los lácteos enriquecidos.
Sin embargo nunca está presente en dosis elevadas. La buena noticia es que se puede generar de manera endógena, aunque para ello es imprescindible la exposición la luz solar. No en todas las épocas del año la radiación es suficiente como para garantizar una síntesis óptima.
Lo cierto es que la deficiencia de vitamina D puede provocar muchos problemas de salud. Y graves. Por ejemplo, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar patologías crónicas y complejas. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Reviews in Endocrine & Metabolic Disorders. Asimismo, es frecuente que se experimente una situación de cansancio y de fatiga, además de mayor susceptibilidad a los procesos infecciosos.
Incluso vale la pena comentar que el déficit de vitamina D condiciona negativamente el rendimiento deportivo. Puede afectar al desempeño y a los valores de fuerza muscular. Hasta se especula con la posibilidad de que un aporte insuficiente del nutriente incremente el riesgo de lesión muscular, por lo que cada vez se apuesta más por la suplementación.
Eso sí, la calidad de la vitamina sintetizada de forma endógena es superior a la de la dietética, presentando configuraciones distintas.
Lo que se debe tener en cuenta es que hablamos en este caso de un nutriente liposoluble. Por este motivo existen reservorios en el organismo. Una buena estrategia para evitar problemas a medio plazo consiste en exponerse lo suficiente al sol durante los meses de verano. Así se generará bastante vitamina que se podrá acumular, sirviendo para todo el invierno.
Déficit de vitamina A
La vitamina A es otro nutriente de carácter liposoluble. En este caso hablamos de una sustancia que suele estar presente en muchos alimentos vegetales de color rojo, amarillo o anaranjado. También en la mantequilla y en los huevos.
No es frecuente experimentar un déficit, pero es una situación que puede darse. Normalmente la sintomatología cursa con trastornos oculares, problemas con la inmunidad y ceguera nocturna.
No obstante, hay que tener cuidado con la suplementación. A diferencia de otros elementos previamente comentados, un aporte excesivo de vitamina A puede resultar tóxico para el hígado, tal y como afirma un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition. Por este motivo lo mejor es asegurar una dieta variada con presencia de vegetales que consiga asegurar que se cubren los requerimientos.
Es importante destacar que el déficit de vitamina A puede estar provocado también por alteraciones en la absorción de las grasas. En este caso habría que atacar al foco del problema, que puede situarse en la calidad de la microbiota o en la formación de ácidos biliares. Si los nutrientes no se consiguen digerir de forma óptima es posible que se experimenten otros trastornos asociados.
Déficit de vitamina E
La vitamina E actúa fundamentalmente como un antioxidante. Esto quiere decir que neutraliza la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo.
Gracias a este mecanismo se puede reducir la incidencia de muchas patologías crónicas y complejas, tal y como afirma una investigación publicada en la revista European Journal of Medicinal Chemistry.
Normalmente no es frecuente experimentar un déficit de vitamina E, pero si los valores del nutriente no son suficientes sí que podría sufrirse a medio plazo un mayor riesgo de desarrollar patologías complejas, como las de tipo cardiovascular. En los casos más graves un aporte insuficiente del nutriente puede cursar con dificultad para caminar o con debilidad muscular.
De todos modos, los signos remiten enseguida si se incluye en la pauta un suplemento de esta sustancia. Hay que destacar que las reservas de la vitamina son bajas, pero varios alimentos la concentran en su interior. El aguacate sería un buen ejemplo.
Hasta se puede sintetizar de manera endógena a partir de la microbiota si la diversidad de la misma es adecuada. Ahora bien, si existen problemas en la absorción de las grasas podría consolidarse un déficit sostenido.
Descubre más: Cuándo tomar fruta, ¿antes o después de comer?
Déficit de vitamina K
Cuando se sufre un aporte inadecuado de vitamina K se podrían experimentar alteraciones en la coagulación de la sangre, lo que convierte a cualquier sangrado en un proceso peligroso. Hablamos de un nutriente cuyo déficit reduce los niveles de protrombina. De hecho, una situación de este estilo podría causar morbilidad y mortalidad infantil.
Ahora bien, en los adultos es poco frecuente que realmente se llegue a consolidar un problema de este estilo. Hablamos de una vitamina que se encuentra presente en la mayor parte de los vegetales verdes.
Además, se puede sintetizar a partir de las bacterias que habitan en el intestino. Presentar una microbiota competente será determinante para asegurar que se cubren las necesidades a nivel nutricional.
De todos modos hay que tener en cuenta que existen fármacos que interaccionan con la vitamina. Por este motivo puede restringirse el consumo de ciertos alimentos cuando se está bajo una pauta de medicación enfocada al tratamiento de la patología cardiovascular. En este caso siempre será determinante seguir las indicaciones del especialista.
Es importante estar atento a los signos de que faltan vitaminas
Ahora ya conoces los principales síntomas y las implicaciones de la falta de vitaminas. Es importante tenerlas presentes por si llegan a experimentarse, para acudir rápidamente al especialista.
Como norma general el problema suele corregirse por medio de la normalización del aporte dietético, aunque en algunas ocasiones sea preciso recurrir a los suplementos. Antes de tomarlos siempre se recomienda consultar con un profesional.
Antes de concluir hay que destacar que para mantener un buen estado de salud no solo basta con cuidar la dieta. Es clave poner en marcha otros hábitos, como la práctica de actividad física de manera regular.
También el hecho de dormir adecuadamente cada noche conseguirá marcar la diferencia. Durante el sueño se ponen en marcha una serie de procesos de reparación que garantizan el equilibrio durante la jornada.
- Carr, A. C., & Maggini, S. (2017). Vitamin C and Immune Function. Nutrients, 9(11), 1211. https://doi.org/10.3390/nu9111211.
- Holick, M. F. (2017). The vitamin D deficiency pandemic: Approaches for diagnosis, treatment and prevention. Reviews in endocrine & metabolic disorders, 18(2), 153–165. https://doi.org/10.1007/s11154-017-9424-1.
- Lane, L. A., & Rojas-Fernandez, C. (2002). Treatment of vitamin b(12)-deficiency anemia: oral versus parenteral therapy. The Annals of pharmacotherapy, 36(7-8), 1268–1272. https://doi.org/10.1345/aph.1A122.
- Neha, K., Haider, M. R., Pathak, A., & Yar, M. S. (2019). Medicinal prospects of antioxidants: A review. European journal of medicinal chemistry, 178, 687–704. https://doi.org/10.1016/j.ejmech.2019.06.010.
- Russell, R. M. (2000). The vitamin A spectrum: from deficiency to toxicity. The American journal of clinical nutrition, 71(4), 878–884. https://doi.org/10.1093/ajcn/71.4.878.
- van Gool, J. D., Hirche, H., Lax, H., & De Schaepdrijver, L. (2018). Folic acid and primary prevention of neural tube defects: A review. Reproductive toxicology (Elmsford, N.Y.), 80, 73–84. https://doi.org/10.1016/j.reprotox.2018.05.004.