¿Por qué nos ponemos morenos al sol?
El bronceado natural o artificial cuenta con una gran aceptación en la sociedad actual. Las personas toman el sol en sus balcones, en la playa, en la piscina y en camas solares para obtener ese característico tono de color moreno en la piel. Sin embargo, la mayoría de ellas desconoce los mecanismos detrás de este cambio. Es por esto que hoy te describimos el proceso mediante el cual la exposición al sol transforma la piel en una tez morena.
El sol y la piel morena: consideraciones iniciales
Tal y como advierten los expertos, la piel humana se expone de manera repetida a interacciones ambientales que dañan su ADN. Por lo tanto, y a través de un proceso evolutivo, ha diseñado una serie de mecanismos endógenos para protegerse, reducir y reparar dichos daños.
Dado que la radiación ultravioleta (UVR) es uno de los principales factores ambientales que inciden directamente en la piel, es natural que se hayan desarrollado estrategias de protección frente a ella. Se estima que el mecanismo en la piel para mediar en la protección física contra los efectos dañinos del ADN de la luz solar evolucionó en nuestros antepasados hace un millón de años.
El proceso es muy complejo, e incluso en la actualidad se siguen descubriendo nuevos métodos mediante los cuales la piel se protege de la luz solar. La radiación ultravioleta se cataloga en tres tipos: UVA, UVB y UVC. La UVA describe las longitudes de onda más largas (320 a 380 nanómetros), la UVB las longitudes de rango medio (280 y 320 nanómetros) y la UVC las longitudes de onda más cortas (180 y 280 nanómetros).
El peligro de los rayos ultravioleta
Los especialistas señalan que los rayos UVB y UVA se filtran parcialmente en la atmósfera, pero el porcentaje que llega a la superficie de la Tierra es significativo. El 100 % de los rayos UVC se filtran antes de llegar al suelo. Los efectos de los rayos UVB se limitan principalmente a la epidermis, mientras que por sus características los rayos UVA pueden afectar las estructuras celulares y extracelulares de la dermis.
Aunque cierto grado de exposición a estas frecuencias de onda son saludables (se metabolizan para crear vitamina D, por ejemplo), un exceso se traduce en complicaciones. Las quemaduras solares, las petequias, las manchas de la edad y el cáncer de piel son los mejores ejemplos.
¿Por qué la piel se pone morena con el sol?
El tono de la piel se relaciona con la presencia de una serie de células que, en principio, contribuyen a su defensa frente a la radiación solar. Aunque no es el único que cumple esta función, el pigmento más importante que media en el color de la piel es la melanina. Un grupo de células denominadas melanocitos producen la cantidad de melanina necesaria para mantener el color de la piel.
Dicho tono es un rasgo evolutivo que sirve como protección de los rayos UV. Es por esta razón que quienes habitan en áreas con una menor radiación solar tienen la tez más clara que quienes lo hacen en zonas con una mayor interacción solar. Dicho esto, la exposición a la radiación ultravioleta del sol induce un aumento de un proceso conocido como melanogénesis.
Se trata de un mecanismo bioquímico que conduce a la síntesis de melanina. Una estimulación de su producción se traduce en una mayor dispersión de los rayos UV. Del mismo modo, actúa como filtro absorbente que reduce la penetración de los rayos a través de la epidermis. Como consecuencia la piel se torna morena con la exposición al sol como un mecanismo de defensa para evitar el daño que la radiación hace al ADN.
El factor de fotoprotección natural (SPF) de este proceso es en torno 4. Esto implica que se bloquea entre el 50 y el 70 % de los rayos ultravioleta del sol. Las personas con la tez más clara dispersan y filtran menos los rayos UV que aquellas con la tez más oscura. Es por esta razón que los diferentes tipos de cáncer de piel son más comunes en la población blanca.
La importancia de la protección solar
Ya estás al tanto de por qué la piel se pone morena con la exposición al sol. No podemos despedirnos sin aludir a la importancia del uso de protector solar y los hábitos de interacción directa para reducir las complicaciones asociadas. Lejos de ser un capricho, untar la piel con un agente de protección solar, minimizar la exposición directa y utilizar prendas para reducir áreas expuestas es una necesidad.
Hazlo especialmente si vives es una zona calurosa, tienes la tez blanca y tienes antecedentes de cáncer de piel en tu familia. Recuerda que este tipo de cáncer es la complicación más grave, pero otras como las quemaduras, las manchas en la superficie de la piel, la pérdida de la elasticidad, las arrugas, el envejecimiento prematuro y demás son más comunes. Sé precavido, en especial frente al bronceado recreativo.
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