Por qué cuesta adelgazar en la menopausia
La menopausia se relaciona con una serie de cambios físicos y psicológicos que son objeto de preocupación tanto de las mujeres como de los médicos. Uno de los más característicos es el aumento del peso corporal y la alteración en la distribución del tejido adiposo. Con el ánimo de que comprendas todos los aspectos del asunto, hoy analizamos por qué cuesta adelgazar en la menopausia y qué puedes hacer al respecto.
El sobrepeso y la obesidad en la menopausia
Como bien nos recuerdan los expertos, la obesidad es más común en hombres que en mujeres antes de los 45 años; sin embargo, la tendencia se invierte luego de superar este margen de edad.
En promedio, se estima que la grasa visceral aumenta en un 44 % y la grasa ginecoide un 32 % durante el proceso. Por todo esto, y siguiendo a la evidencia, tanto la obesidad como el síndrome metabólico son 3,3 veces mayores entre las mujeres posmenopáusicas que entre las premenopáusicas.
Todo lo anterior nos es útil para afirmar que, en efecto, las preocupaciones en torno al sobrepeso y la obesidad durante la menopausia no son infundadas. Se trata de un problema real, uno que además tiene múltiples implicaciones en la salud física y emocional. Problemas cardíacos, diabetes, hipertensión, depresión y cáncer son algunas de las complicaciones asociadas.
Por todo esto, muchas mujeres implementan una rutina de ejercicio regular y hacen cambios en su dieta con la esperanza de contrarrestar el aumento de peso. Pese a ello, y sin importar cuán disciplinadas sean, buena parte de ellas no logran los objetivos previstos desde el inicio.
¿A qué se debe esto? Como es natural, el proceso es muy complejo y multifactorial; pero en las líneas siguientes te lo exponemos en términos simples.
¿Por qué es difícil adelgazar en la menopausia?
Cuando se piensa en las dificultades para adelgazar durante la menopausia generalmente se alude a la rápida caída de los niveles de estrógeno. Ciertamente, esta parece ser la explicación más obvia; pero lo cierto es que el proceso es más complejo de lo que se cree. Aunque no se conocen todas las variables, los expertos apuntan algunas de ellas.
Factores fisiológicos
La predisposición genética, la etnicidad, el envejecimiento natural y los cambios epigenéticos entran en juego al momento de manifestar obstáculos para adelgazar durante la menopausia.
Se consideran un factor no modificable, y un ejemplo de ello lo encontramos en la tasa metabólica basal (TMB) más lenta. Esta se reduce de manera natural con el envejecimiento, lo que reduce la capacidad para quemar calorías de manera efectiva.
Además de ello, la presencia de afecciones subyacentes antes de la aparición de los primeros síntomas de la menopausia se consideran factores de riesgo. Por ejemplo, el síndrome de los ovarios poliquísticos, el hipotiroidismo y los trastornos musculoesqueléticos. Incluso en ausencia de la menopausia estos de manera natural tienden a dificultar el proceso de adelgazar.
Factores hormonales
El periodo menopáusico se asocia con varios cambios hormonales. Ocurre una disminución significativa de estradiol (E2), estrona (E1) y globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG); al tiempo que aumenta la producción de la hormona estimulante del folículo (FSH) y se mantienen los niveles de andrógenos.
Todo esto se traduce en cambios en la composición corporal caracterizados por la acumulación de tejido adiposo principalmente en el área abdominal.
Los expertos advierten que los estrógenos en las mujeres son responsables de la acumulación de grasa en el tejido subcutáneo en los glúteos y las piernas. Por su parte, los andrógenos son responsables de la acumulación de grasa subcutánea en la región abdominal.
Dado que se reduce la producción de los primeros y se mantienen los segundos, ocurre la derivación de la grasa de las caderas, los glúteos y las piernas hacia la zona abdominal.
Factores relacionados con el estilo de vida
Entre estos factores destacan la ingesta calórica excesiva, la baja actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño irregular. Muchas de estas variables están mediadas por los cambios hormonales, ya que estas median en el sueño, el hambre, el apetito y la energía o la fatiga. Pese a ello, también se incentivan de manera natural por el envejecimiento.
Resulta pertinente tener en cuenta los cambios en los patrones alimenticios de las últimas décadas. Por ejemplo, la facilidad con la cual los ultraprocesados han logrado adquirir un protagonismo en la alimentación.
Esta es una de las razones por las que, al margen de los cambios hormonales, la prevalencia de la obesidad en la menopausia y la dificultad para adelgazar ha aumentado.
Factores psicológicos
La depresión, la ansiedad, el estrés y otros trastornos pueden estimular mecanismos endógenos que conducen al sobrepeso y la obesidad.
En la misma línea anterior, estos pueden desencadenarse como consecuencia de la alteración hormonal; pero también pueden aparecer desligados de ella. La angustia psicológica por el proceso, por la alteración de la vida sexual, por la imagen corporal y la vejez también pueden estar detrás.
En compañía de todas estas variables, se debe considerar que muchas mujeres antes, durante o después de la menopausia inician un tratamiento farmacológico para abordar diversos problemas de salud. Un efecto secundario de algunos de estos es el aumento del peso corporal.
Todo esto dificulta adelgazar durante la menopausia, un proceso muy complejo e intrincado como has podido observar. Las causas son multifactoriales y no se puede derivar toda la responsabilidad al desajuste hormonal.
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