¿Hay alimentos tóxicos?
Es posible encontrar alimentos que resultan tóxicos si se consumen habitualmente o en grandes cantidades. Esto se debe a su contenido en ciertas sustancias químicas, que son capaces de provocar un perjuicio en el organismo. Te vamos a enseñar a identificarlos.
Antes de nada queremos aclarar que el consumo puntual de muchos de los comestibles de los que hablaremos no suele generar problemas. No queremos decir que su presencia en la dieta cause una patología aguda, sino que su ingesta regular puede acabar por perjudicar al funcionamiento de alguno de los sistemas del cuerpo humano.
Algunos aditivos pueden resultar tóxicos
En la actualidad es muy común encontrar en el supermercado alimentos que contienen aditivos. Estos son una serie de sustancias químicas (o naturales en ocasiones) que generan un incremento de la vida útil del alimento. También pueden afectar positivamente a sus características organolépticas.
La mayor parte de los aditivos que utiliza la industria resultan inocuos para el organismo. Incluso ciertos colorantes como la curcumina presentan propiedades antioxidantes beneficiosas para la salud. Sin embargo, también es posible encontrar elementos que alteran peligrosamente el funcionamiento del cuerpo humano.
Los aditivos más conflictivos son los conservantes, ya que pueden convertir a los alimentos en tóxicos. El ejemplo más claro es el de los nitritos, sustancias que han demostrado ser capaces de incrementar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. Así lo evidencia un estudio publicado en Nutrients.
Estos compuestos se encuentran, sobre todo, en los embutidos y en las carnes rojas procesadas. Por ello los organismos internacionales han recomendado reducir significativamente su consumo, ya que podrían ser capaces de incrementar el riesgo de desarrollar patologías crónicas y complejas.
Asimismo, es posible encontrar otros conservantes como los sulfitos, cuyos efectos sobre la fisiología humana resultan también controvertidos. La mejor opción es disminuir la ingesta de aquellos comestibles que los contienen, siendo uno de los conservantes más seguros el ácido ascórbico (vitamina C).
Los metales pesados de los pescados grandes
Otros de los alimentos que pueden ser tóxicos si se consumen en exceso son los peces de gran tamaño. Estos en cantidades moderadas resultan altamente saludables, gracias a su contenido en ácidos grasos de la serie omega 3. Dichos nutrientes han demostrado ser capaces de ayudar a modular los mecanismos inflamatorios.
Sin embargo, estos pescados grandes pueden concentrar una cierta cantidad de metales pesados en su tejido adiposo, como el mercurio. Si se consumen con frecuencia, este elemento puede acumularse en la grasa y en las vísceras del ser humano, generando efectos nocivos cuando la concentración de los mismos es demasiado alta.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Basic & Clinical Pharmacology & Toxicology , la ingesta de mercurio resulta especialmente peligrosa en el caso de las mujeres embarazadas. El metal puede pasar al feto a través de la placenta, generando abortos espontáneos o defectos severos en el desarrollo, lo que condicionará la salud del bebé.
En este sentido, se recomienda enfatizar la ingesta de peces pequeños, como las sardinas o los boquerones. Estos no suelen presentar concentraciones tan elevadas de metales pesados, por lo que su consumo se considera seguro. Así se consiguen aprovechar los nutrientes esenciales de los pescados sin correr riesgos.
Los alimentos tóxicos más peligrosos, las setas
Al hablar de los alimentos tóxicos, no podíamos dejar pasar el caso de las setas. A pesar de que existen variedades totalmente seguras y beneficiosas para la salud, como los champiñones, también es posible encontrar especias que resultan mortales aun consumiéndose en cantidades bajas.
Muchas de las setas que se encuentran en el bosque contienen unas sustancias en su interior, las aflatoxinas, que han demostrado resultar cancerígenas a nivel hepático. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Food Additives & Contaminants .
Por este motivo, es fundamental no consumir setas que no hayan sido comercializadas en un supermercado si no se conoce perfectamente su variedad.
Todos los años se producen muertes por intoxicaciones a partir de toxinas procedentes de setas. Tienen lugar porque algunos sujetos van al bosque a recolectar setas y se confunden con las variedades, ya que muchas presentan rasgos parecidos y es difícil distinguirlas para quienes no son expertos en la materia.
Ahora bien, las setas que se pueden encontrar en las tiendas resultan totalmente seguras. Es más, cuentan en su interior con fitonutrientes capaces de ayudar a mejorar el estado de salud, modulando los procesos inflamatorios y reduciendo la producción de radicales libres. Incluso algunas concentran vitamina D en su interior.
Las grasas trans pueden convertir a los alimentos en tóxicos
Dentro de los alimentos tóxicos, hemos de mencionar un grupo de ellos que actúan a muy largo plazo, los ultraprocesados industriales. Estos se caracterizan por contener en su interior sustancias que mejoran su gusto, pero que resultan claramente nocivas para el funcionamiento del organismo. Son fundamentalmente los azúcares añadidos y las grasas trans.
Este último grupo de lípidos consigue incrementar los procesos inflamatorios en el organismo. De acuerdo con un ensayo publicado en la revista Diabates & Metabolic Syndrome , las grasas de tipo trans pueden aumentar la incidencia de algunos tipos de cáncer cuando se consumen de forma frecuente. También de patologías cardiovasculares.
Hay que recordar que estos ácidos grasos se forman a partir del sometimiento de lípidos de tipo cis (los que se encuentran en los alimentos frescos) a las altas temperaturas. Esto genera un cambio en la configuración espacial de las moléculas, dando lugar a los elementos tóxicos para el organismo.
Al mismo tiempo, los propios azúcares simples también son capaces de generar efectos perjudiciales sobre el cuerpo humano, sobre todo en sujetos sedentarios.
Más allá de su capacidad para generar cierta dependencia y adicción, estos elementos están muy relacionados con el desarrollo de la diabetes, tal y como afirma una investigación publicada en la revista British Medical Bulletin.
Dada la concentración en ambos elementos en la mayor parte de ultraprocesados industriales, lo más sensato resulta reducir su consumo. Cualquier dieta saludable prioriza la presencia de alimentos frescos, productos que destacan por su contenido en nutrientes esenciales.
Los edulcorantes artificiales podrían convertir a los alimentos en tóxicos
Con los edulcorantes artificiales existe mucha controversia en la actualidad. La salubridad a medio plazo de muchos de ellos no ha sido demostrada. Además, se sabe que generan una serie de efectos negativos sobre la microbiota intestinal, reduciendo así su diversidad. Por ello podrían transformar a los comestibles en tóxicos.
De todos modos, no todos los edulcorantes artificiales funcionan de la misma manera. Algunos de ellos no son absorbibles ni fermentables a nivel intestinal, por lo que pasarían inalterados por el tubo, sin generar efectos adversos. No obstante, faltan evidencias sólidas acerca de que dicho proceso sea exactamente así.
Por otra parte, la mayor parte de los edulcorantes utilizados por la industria para sustituir al azúcar sí que han demostrado ser nocivos. No solo alteran la microbiota, sino que podría generar un mayor riesgo de obesidad y de diabetes de tipo 2.
Además, son capaces de activar los receptores del sabor dulce a nivel bucal, lo que podría también alterar la glucemia sanguínea.
En este sentido, es importante reducir el consumo de los alimentos que contienen esta clase de aditivos en su composición. En general, sería una buena estrategia a nivel de salud pública el hecho de disminuir la presencia del sabor dulce en la dieta.
El peor tóxico de la dieta, el alcohol
No podemos cerrar la lista de alimentos tóxicos sin hablar del alcohol. Esta sustancia resulta nociva para el organismo independientemente de la cantidad consumida. Genera un impacto negativo para el cuerpo humano de forma transitoria a corto plazo, y de forma crónica a medio y a largo plazo.
Es capaz de afectar al sistema cardiovascular, así como al hígado. Sin embargo, su consumo está extendido y socialmente aceptado. Cada vez los adolescentes ingieren una mayor cantidad desde más jóvenes, lo que resulta preocupante.
Además, los efectos del alcohol son todavía peores cuando este se combina con bebidas energéticas con alto contenido en cafeína. Estas son capaces de ocultar de forma momentánea los efectos de la intoxicación etílica, lo que lleva al individuo a consumir todavía más cantidad. Por este motivo, la labor de concienciación entre los más jóvenes es clave.
Por otra parte, hay que destacar que, durante muchos años, se promocionó el consumo de una copa de vino con las comidas como parte de una dieta saludable. Sin embargo, no existen evidencias que apoyen dicha afirmación. Los posibles antioxidantes del vino procedentes de la uva se encuentran en concentraciones mayores en el fruto al natural, siendo este carente del tóxico.
Evita los alimentos tóxicos para mejorar la salud
Como has visto, existen ciertos alimentos que pueden resultar tóxicos si se consumen en grandes cantidades. Algunos de ellos incluso generan efectos negativos tras una exposición puntual en pequeñas dosis, como es el caso de las setas venenosas.
Es fundamental limitar la presencia de dichos elementos en la dieta para garantizar el buen funcionamiento del organismo.
Además, en el caso de las setas, es importante acudir rápidamente a urgencias tras el primer síntoma de intoxicación, o una vez que uno se da cuenta de que ingirió una variedad venenosa. De no administrarse el tratamiento oportuno y adecuado durante las primeras horas, el resultado podría ser fatal.
Por último, ten en cuenta que para garantizar un buen estado de salud, más allá de plantear una dieta adecuada es fundamental la práctica de actividad física de manera regular.
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