Qué nos indica el vértigo cervical sobre nuestra salud y cómo tratarlo
El vértigo es un síntoma que puede afectar a muchas personas. Se caracteriza por una sensación subjetiva de movimiento giratorio. Es decir, que se perciben giros del cuerpo o de las cosas alrededor, sin que ello suceda en la realidad.
Aunque estemos quietos, en el contexto del vértigo nos mareamos, sentimos que caemos y hasta tenemos náuseas si nos parece que nuestro entorno gira a grandes velocidades. Por estas razones, también se lo considera un trastorno del equilibrio, puesto que es casi imposible permanecer parados mientras dura el episodio.
Los distintos tipos de vértigo
Antes de hablar del vértigo cervical, debemos saber que el mismo no está aceptado por completo en la ciencia médica. En realidad, para la clasificación oficial y validada en la medicina, solo hay dos tipos: periférico y central.
El vértigo periférico se origina por problemas en el oído interno o en las estructuras anatómicas del sistema vestibular, que es el encargado del equilibrio y de la percepción del movimiento. Sus formas de presentación son las siguientes:
- Laberintitis aguda
- Neuritis vestibular
- Neurinoma del acústico
- Enfermedad de Menière
- Compresión vascular del VIII par
- Vértigo posicional paroxístico benigno o VPPB
Por su parte, el vértigo central es más grave y proviene de alteraciones en el sistema nervioso central. Entre ellas:
- Migrañas basilares
- Esclerosis múltiple
- Tumores del encéfalo
- Accidente cerebrovascular
- Contusión o traumatismo craneoencefálico
- Intoxicación por drogas, incluido el alcohol
Conoce las Diferencias entre vértigo y mareo
¿Qué es el vértigo cervical?
Se llama vértigo cervical al tipo de alteración del equilibrio y de la percepción de movimiento, que se originaría en problemas de la región cervical de la columna vertebral. En específico, en la zona de las vértebras del cuello.
No es considerado un trastorno vestibular clásico, como el vértigo periférico. Y las investigaciones no son concluyentes, por lo que resulta difícil entender el mecanismo detrás del problema.
Aun así, distintos grupos de profesionales consideran que sí existe el vértigo cervical y que tiene sus propios síntomas y causas. En concreto, se especula con dos tipos de presentación:
- Central: la alteración estaría en la médula espinal, en su recorrido por la zona cervical. La causa principal estaría en los tumores.
- Periférica: es desencadenado por alteraciones en los músculos del cuello o en las vértebras cervicales. El síntoma aparece cuando se gira la cabeza con velocidad, por ejemplo.
¿Por qué lo experimentamos?
Más allá de que sea periférico o central, hay hipótesis que se fueron desarrollando con el tiempo para explicar los mecanismos intrínsecos del vértigo cervical. Todavía no se conoce con precisión el porqué del problema, pero según una revisión publicada en Pain Physician, hay cuatro teorías:
- Alteración de la propiocepción: en el cuerpo existen receptores denominados propioceptivos, que se encargan de percibir la posición y el movimiento de las diferentes estructuras corporales. En el vértigo cervical, quizás los receptores ubicados en el cuello presentan una disfunción. Por lo tanto, al posicionarnos de cierta forma, enviaríamos al cerebro información errónea que generaría el vértigo.
- Síndrome de Barré-Lieou: esta teoría establece que el origen está en la compresión de los nervios del cuello. Cuando un trayecto nervioso cervical se comprime, envía información errónea al cerebro, incluida la percepción del espacio y de la sensibilidad. Por eso habría síntomas asociados, como dolor de cabeza o dolor facial.
- Rotación y compresión de la arteria vertebral: en esta hipótesis, se asume que los síntomas son desencadenados porque, al girar el cuello, se comprime la arteria vertebral. Esa compresión reduce el flujo de sangre al cerebro y ocasiona el vértigo.
- Asociada a la migraña: en personas con síndrome migrañoso, el vértigo se produciría por un mecanismo similar al que les origina el dolor de cabeza.
¿De qué nos alerta el vértigo cervical?
La presencia de este síntoma, es decir, de una sensación subjetiva de giros que aparece cuando movemos el cuello con brusquedad, podría alertar sobre problemas en la región cervical. No es una entidad fácil de diagnosticar y, por lo tanto, tampoco es fácil sospechar su origen. Sin embargo, se pueden pensar en las siguientes opciones:
- Lesiones cervicales: contracturas musculares en el cuello o hernias de discos intervertebrales en la misma zona podrían ser causales. A veces responden a traumatismos previos, pero también pueden ser el resultado de un desgaste degenerativo que se intensifica con la edad.
- Artritis: si hay vértigo con dolor en el cuello, podría tratarse de artritis en las articulaciones de las vértebras. Es una situación que puede diagnosticarse con simples radiografías.
- Compresión de los nervios que nacen en el cuello: las hernias de disco o la presencia de artritis o artrosis que modifiquen el orificio de salida de los nervios cervicales, ocasionarán compresión de los trayectos nerviosos, fomentando la hipótesis del síndrome de Barré-Lieou.
- Mala postura: no está claro que una postura inadecuada conduzca al vértigo. Sí ocasiona mareos, dolor y náuseas. De todas maneras, son hábitos para evaluar ante la existencia de vértigo cervical.
- Migraña: el cuadro clínico de las migrañas tiene sus características particulares. En este caso, el vértigo es un síntoma más, dentro de todo el espectro de presentación de la enfermedad.
El vértigo cervical no siempre indica una condición grave. No obstante, la sensación es muy molesta y afecta la calidad de vida, por lo que amerita un estudio detallado.
¿Cómo se trata el vértigo cervical?
Si experimentas vértigo cervical o cualquier síntoma relacionado, es recomendable consultar a un profesional de la salud. El proceso de diagnóstico para encontrar la causa, y el tratamiento posterior, deben ser individualizados.
Si bien la causa encontrada determinará el abordaje, hay estrategias generales que resultan útiles, como las siguientes:
- Kinesioterapia: se suelen indicar ejercicios para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la movilidad, así como correcciones de la postura para aplicar al dormir, al sentarse y al trabajar.
- Medicamentos antivertiginosos: los fármacos para el vértigo se usan de modo ocasional. No son curativos, sino que reducen las sensaciones por un momento, para mejorar la calidad de vida. Algunos ejemplos son la betahistina, la carbamazepina y la prometazina
- Cirugía: para los casos severos se reserva la intervención quirúrgica, con el fin de descomprimir estructuras que pudiesen estar involucradas, como nervios o arterias.
¿Qué hacer en el momento de un episodio de vértigo?
Si experimentas vértigo cervical en un momento dado, algunas recomendaciones generales podrían ayudarte:
- Aplica frío en la región cervical.
- Cierra los ojos o fija la vista en un punto, para tratar de reducir la sensación de giro.
- Siéntate o recuéstate para evitar caídas y traumatismos. Muévete con lentitud y con cuidado.
- Descansa lo suficiente antes de incorporarte o de seguir con tus actividades, ya que el vértigo podría regresar de inmediato. Intenta contactar a alguien si estás solo, de modo que tengas ayuda para reincorporarte más tarde a tus labores.
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Las dudas sobre el vértigo cervical no le quitan importancia
El hecho de que la comunidad médica no tenga en claro el origen ni la clasificación del vértigo cervical, no le resta importancia a la consulta. La presencia del síntoma debe llevar a una exploración con un profesional de la salud para descartar problemas severos e instaurar un tratamiento.
Un médico general o un otorrinolaringólogo son de ayuda en estos casos. Evita automedicarte hasta que se planifique un abordaje para tu situación.
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