¿Qué son los roncus o ruidos respiratorios?
Existen diferentes tipos de sonidos respiratorios anormales. Estos se pueden detectar con un fonendoscopio en un procedimiento de rutina como auscultación. Los roncus, ronquidos o rhonchi son los más comunes, y por lo general alertan sobre abundancia de secreciones y obstrucciones de la vía aérea. Hoy te enseñamos todo lo que deberías saber de ellos.
Los expertos alertan que distinguir los diferentes sonidos anormales puede ser un reto para los profesionales que carecen de experiencia. Los más frecuentes son las sibilancias, los crepitantes y los roncus; y la distinción entre estos en algunos contextos depende de una delgada línea. Dado que pueden alertar un problema subyacente, aprender a distinguirlos es fundamental en la práctica médica.
Características de los roncus
Los roncus son un tipo de sonido pulmonar anormal que se puede detectar por medio de un fonendoscopio. Suele ser un ruido continuo, de frecuencia alta y que se manifiesta tanto al inhalar como al exhalar.
Por lo general, el sonido inicia en las vías respiratorias más grandes y se suele describir como un leve ronquido. Al igual que otros tipos de sonidos, y de acuerdo con los investigadores, se suelen clasificar en una escala del 1 al 4 con base en su intensidad. Esta, junto con su duración, puede determinar el grado de la posible patología que la ocasiona.
El sonido es más evidente en las vías respiratorias grandes. Aunque decenas de condiciones pueden explicar el sonido, por lo general las más comunes son las siguientes.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
La EPOC es una afección irreversible, inflamatoria y progresiva que se caracteriza por la obstrucción del flujo del aire. La causa más común es la exposición a largo plazo de sustancias irritantes, como por ejemplo el humo del cigarrillo.
Quienes han sido diagnosticados con esta patología tienen mayores probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas. Además de este particular sonido, los signos de alerta son los siguientes:
- Falta de aire.
- Sensación de opresión en el pecho.
- Tos crónica con esputo.
- Fatiga leve o moderada.
- Pérdida de peso.
- Incapacidad para hacer ejercicio (los síntomas empeoran).
Esta condición no tiene cura, pero sí se puede tratar bastante bien. Una combinación de terapias pulmonares y medicamentos por lo general son suficientes para estabilizar su progresión. Para lograr esto es imprescindible que se detecte en sus etapas tempranas.
Neumonía
La neumonía se describe como una infección pulmonar en la que los sacos de uno o de ambos pulmones se inflaman. Estos se llenan de pus o de líquido causando complicaciones leves, moderadas e incluso severas. Produce principalmente crepitantes (otro ruido respiratorio anormal), pero también se acompaña de roncus y los siguientes síntomas:
- Dolor en el pecho (al respirar y al toser, principalmente).
- Tos con flema.
- Dificultad para respirar.
- Fatiga.
- Fiebre.
- Escalofríos.
- Sudoración profusa.
- Pérdida de apetito.
La neumonía la puede ocasionar una bacteria, un virus o un hongo. La causa más común en todo el mundo es la bacteria Streptococcus pneumoniae. El tratamiento consiste en reducir la infección, la mayoría de las veces a través de medicamentos. En algunos contextos requiere hospitalización y algunos grupos son especialmente sensibles (niños y adultos mayores).
Bronquitis crónica
La bronquitis es una afección que se caracteriza por la inflamación permanente de los bronquios. Puede tener un desarrollo inconsistente (desaparecer y aparecer sin previo aviso) o manifestarse sin interrupciones durante años.
No la ocasiona virus o bacterias, ya que como apunta Johns Hopkins Medicine el tabaquismo es el principal responsable de los casos. De hecho, es una variante de la EPOC. Sus síntomas característicos son los siguientes:
- Tos acompañada de mucosidad o flema.
- Opresión en el pecho.
- Cansancio o fatiga.
- Ligera fiebre con escalofríos.
- Molestias permanentes en el pecho.
El tratamiento consiste en la rehabilitación pulmonar y la ingesta de medicamentos. El pronóstico varía de acuerdo con la edad, la gravedad de la afección y su estado. Pequeños cambios en los hábitos del día a día también pueden ser útiles (eliminar sustancias irritantes, uso de mascarillas en lugares públicos y demás).
Fibrosis quística
Otra de las posibles causas de los roncus puede encontrarse en la fibrosis quística. Afecta principalmente a los pulmones, aunque también puede desarrollarse en el páncreas, el intestino y el hígado. Se trata de una afección que se produce por la mutación de un gen que se traduce en una deficiencia de sudor, de moco y de jugos gástricos. Entre sus signos destacamos los siguientes:
- Tos persistente con moco muy espeso.
- Ruidos pulmonares anormales.
- Sinusitis recurrente.
- Hipertensión pulmonar.
- Incapacidad para realizar ejercicios (los síntomas empeoran).
- Fatiga.
Por el momento no existe una cura para esta afección, pero se puede tratar para evitar su evolución y la repercusión de los síntomas. Para ello se puede usar una combinación de medicamentos y terapias respiratorias. Se trata de un proceso complejo que tiene mejores resultados cuando se ataca en sus primeras fases.
Aunque existen otros desencadenantes de los roncus, las afecciones reseñadas suelen ser las más frecuentes. El profesional debe tenerlas en cuenta, así como también los síntomas que la identifican. La auscultación no es suficiente, de manera que siempre se debe acompañar de otras pruebas para confirmar o rechazar un diagnóstico.
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