Así se relacionan la salud mental y la salud bucodental
La salud mental y la salud bucodental se relacionan en un nivel que nos puede costar comprender. Sin embargo, diversas investigaciones han revelado que existe un vínculo importante y que debemos considerar.
Entre otras situaciones, el problema está en la alta prevalencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 8 personas en el mundo tiene un trastorno de la salud mental. Entre todos ellos, no siempre hay un acompañamiento terapéutico o soporte familiar adecuado.
Entonces, es posible que la depresión, la ansiedad y el estrés empeoren situaciones patológicas de la boca. A su vez, hay teorías sobre la influencia de la periodontitis en el desarrollo de la demencia. Así que podemos decir que la relación podría ser bidireccional. Conozcamos más sobre la evidencia al respecto.
Depresión y salud oral
Un metaanálisis publicado en Clinical Oral Investigations (2018) concluyó que hay una relación positiva entre el padecimiento de la depresión y la afectación de la salud bucal de los pacientes. Esto último se expresó como una mayor frecuencia de caries y pérdida de piezas dentales.
Gran parte de esta asociación podría deberse al descuido de la higiene oral. La depresión conlleva una falta de energía vital para la realización de diversas actividades cotidianas. Esto implica el cuidado del aspecto personal y, por supuesto, el cepillado.
No es menor, tampoco, la incidencia inversa. Es decir, la afectación que un mal estado de salud bucal puede tener en el ánimo. La disminución en la calidad de vida cuando está presente una enfermedad de la boca ha sido objeto de investigación también.
Por ejemplo, las caries no representan un riesgo vital. El afectado no morirá por ello. Sin embargo, atravesará cambios estéticos y funcionales que podrían reducir su autoestima, su relación social con otros y su percepción de autocuidado.
Esta relación negativa entre salud mental y salud bucodental es de mayor cuidado en etapas concretas de la vida:
- Durante el embarazo, las caries no tratadas son un factor de riesgo para depresión. Esto podría originarse en una percepción distorsionada de la imagen corporal que alimenta un círculo vicioso de descuido.
- En los mayores de 65 años, la depresión tiene síntomas más graves cuanto mayor es el grado de sequedad bucal y menos piezas dentarias se contabilizan en la boca.
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Bulimia, anorexia y salud de la boca
Los trastornos de la conducta alimentaria son desórdenes capaces de afectar varias aristas de la vida de los pacientes. Entre los aspectos con cambios, la salud bucodental es uno de ellos.
La bulimia tiene episodios de atracones o ingesta compulsiva de comida, que luego se intentan compensar con prácticas obsesivas y dañinas para bajar de peso. Los vómitos autoprovocados son la imagen más frecuentemente asociada al padecimiento.
Estos vómitos traen hasta la boca la acidez del estómago. Por lo tanto, al repetirse a mediano plazo, el pH alrededor de los dientes desciende y comienza la erosión del esmalte. También se ha registrado una menor producción de saliva en las personas que viven con bulimia, por lo que la combinación de factores parece idónea para el desarrollo de las caries.
La situación se puede agravar cuando, ya en tratamiento, el paciente recibe antidepresivos. Estos fármacos cuentan, entre sus efectos adversos, con la generación de boca seca. Por lo que el abordaje del trastorno alimentario podría ser una causa más de la alta prevalencia de caries en este grupo poblacional.
La anorexia también provoca cambios en la saliva que favorecen el desarrollo de caries. Y a esto deberíamos sumar la falta de una nutrición adecuada, lo que contribuye a los efectos deletéreos sobre distintos tejidos de la boca, incluidas las encías.
Las modificaciones en los tejidos blandos que suceden en los pacientes con anorexia son peligrosos a largo plazo. Pequeños cambios en las células que recubren la lengua, las encías y los labios podrían ser el origen para neoplasias en el futuro, a pesar de haber corregido el trastorno alimentario de base.
El alzhéimer y su influencia en la boca
La enfermedad de Alzheimer es la demencia más frecuente del mundo. El deterioro progresivo de ciertas funciones tiene su correlato en el cuidado y la higiene de la boca en estos pacientes.
Por lo tanto, cada vez se estudia más la relación entre la salud mental, la salud bucodental y la presencia de alzhéimer en la población de mayor edad. De hecho, muchas asociaciones médicas y grupos colaborativos de pacientes trabajan en la elaboración y actualización de guías clínicas puntuales para el cuidado de los dientes de los pacientes.
Los datos son claros y por eso la preocupación global. Según un estudio publicado en 2018, los pacientes con esta demencia, en comparación con otros adultos mayores sin alzhéimer, presentan las siguientes alteraciones:
- Menor cantidad de dientes en la boca.
- Peor higiene bucal.
- Mayor uso de prótesis removibles.
- Elevada incidencia de infección por cándida (candidiasis oral).
- Menor flujo salival.
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La boca y su influencia en el alzhéimer
La relación inversa también es fuente de variadas hipótesis. Esto se suscita porque no siempre es claro que las demencias sean las que lleven al deterioro de los dientes. Podría suceder al revés: una mala salud bucodental sería factor de riesgo para una salud mental deteriorada.
Una de las hipótesis es que las bocas con inflamación crónica, por periodontitis, por ejemplo, incrementan la inflamación en otros tejidos distantes. A través de la interleuquina-6 y el factor de necrosis tumoral alfa, habría inflamación del tejido nervioso y un riesgo incrementado de alzhéimer.
Otra teoría involucra a las bacterias de la boca. Ciertos patógenos causante de deterioro bucal podrían migrar por la sangre y alcanzar el sistema nervioso central. Luego, tanto por la infección como la inflamación asociada, habría cambios en el cerebro compatibles con las demencias.
De manera más indirecta, otra hipótesis trae a colación los depósitos de amiloide. En las personas con enfermedad periodontal, algún proceso inflamatorio asociado a la misma podría estimular la presencia de esta sustancia en cantidades exageradas en el cerebro de los pacientes que luego desarrollan alzhéimer.
La salud bucodental deficiente añade un problema a la salud mental
La boca no es una parte accesoria y secundaria del cuerpo. Como hemos repasado, tiene una influencia notoria en otros aspectos de la vida y del proceso salud-enfermedad en sí. En el 2021, un estudio retrospectivo realizado en el Reino Unido halló que la enfermedad periodontal aumentaba el riesgo de condiciones muy variadas:
- Cardiovasculares.
- Metabólicas.
- Autoinmunitarias.
- Psicológicas o mentales.
En específico, el riesgo de desarrollar un trastorno de la salud mental era 37 % mayor en las personas con periodontitis que en aquellas sin enfermedad bucal. Lo que denota el fuerte vínculo y la asociación que no podemos pasar por alto.
Por lo tanto, cepillarse correctamente, usar hilo dental y visitar periódicamente al dentista deben ser acciones ineludibles para el cuidado general del cuerpo. En línea complementaria, un paciente con un trastorno de la salud mental debería recibir el apoyo adecuado para prevenir caries, gingivitis, periodontitis y la pérdida de sus elementos dentarios.
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