Lumbago: causas, síntomas y tratamiento
El término lumbago hace referencia a un dolor localizado en la parte baja de la espalda, que involucra a los huesos, nervios y músculos de la zona y se manifiesta desde una forma difusa continuada hasta un malestar muy agudo en intervalos (pinchazos). Casi todas las personas experimentan al menos un episodio de dolor lumbar durante su vida.
Este es el trastorno musculoesquelético más común en el mundo, pues afecta al 12 % de la población en cualquier momento dado, o lo que es lo mismo, en este instante unos 630 millones de personas están experimentando un dolor lumbar. Por suerte, hasta el 90 % de los casos se recuperan tras 6 semanas de la instauración sintomática.
Una lumbalgia se considera aguda si dura menos de 3 meses, pero su instauración es crónica si se sobrepasa esta línea temporal. Además, cabe destacar que la inmensa mayoría de los cuadros clínicos de lumbago nunca llegan a presentar una causa concreta. Si quieres saber más sobre esta apasionante temática, te animamos a seguir leyendo.
Perspectiva epidemiológica
En la actualidad, las personas que viven en países de alto ingreso conciben el lumbago como una molestia o dolor difuso que no suele ir a más. De todas formas, portales gubernamentales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos otorgan una serie de datos interesantísimos en lo referente a esta temática. Algunos de ellos son los siguientes:
- Se estima que 1710 millones de personas tienen trastornos musculoesqueléticos en todo el mundo. A nivel médico, se han descrito unas 150 patologías distintas que pueden afectar al sistema muscular o esquelético.
- De entre todos estos trastornos, el lumbago destaca sobre los demás por ser el más común. Del 9 al 12 % de la población global está pasando por un episodio de lumbalgia en este momento, o lo que es lo mismo, hasta 8 de cada 10 personas de la Tierra presentarán síntomas de esta patología a lo largo de su vida.
- Los trastornos musculoesqueléticos son la primera causa de discapacidad y pérdida de autonomía en todo el mundo. De nuevo, el dolor lumbar es la patología que provoca más cuadros de discapacidad en más de 160 países, sobre todo en aquellos de medio-alto ingreso.
- La mayoría de casos se comprenden en el marco etario entre los 40 y 80 años de edad. Como curiosidad, la prevalencia de la lumbalgia disminuye en la población anciana, ya sea por un «efecto supervivencia» o porque estos pacientes realizan menos esfuerzos físicos de forma regular.
- En el 80 % de los pacientes con lumbago nunca se llega a encontrar una causa subyacente. Por otro lado, en el 2-3 % de los casos sí que se detecta un agente etiológico grave, como tumores o aneurismas aórticas abdominales.
Tal y como indica la revista Clínica y Salud, la lumbalgia no mata, pero sí que puede provocar problemas a largo plazo. La tasa de mortalidad de los trastornos musculoesqueléticos es de un 0,002 %, pero representan un 40 % de todas las enfermedades crónicas a nivel clínico. Sin duda, no hay que desestimar el impacto médico y social de estas enfermedades.
La lumbalgia crónica es la primera causa de discapacidad laboral y social en muchísimos países.
¿Qué es la lumbalgia o lumbago?
Se define la lumbalgia como ‘la sensación dolorosa circunscrita a la columna lumbar que impide su correcto funcionamiento y desempeño mecánico’. Esta sensación de dolor, sostenido y difuso o punzante, puede limitarse a las vértebras (L4-L5 o L5-S1, por ejemplo) o extenderse hasta las extremidades inferiores.
En caso de que una o ambas piernas se vean afectadas hablamos de lumbociática, ya que se evidencia un problema en el nervio ciático, que nace de las vértebras y recorre la pierna hasta la fosa poplítea, donde se termina bifurcando. En el síndrome de la cola de caballo, el dolor lumbar se presenta también con malestar físico en la zona testicular y perianal.
A nivel fisiológico, tal y como indica el portal F1000 research, el dolor lumbar es percibido por nociceptores locales. Estas terminaciones nerviosas transforman la percepción de malestar en señales eléctricas, que son trasportadas a los centros cerebrales superiores. Cuando el dolor persiste, se produce un evento de sensibilización central y la patología se cronifica.
Se puede catalogar el lumbago en 2 grandes grupos: agudo si dura menos de 3 meses (80-90 % de los casos) y crónico si sobrepasa este límite temporal (10-20 %). De todas formas, se han propuesto criterios clasificatorios modernos un poco más exactos, con base en el lugar de percepción del dolor. Te los describimos de forma somera.
1. Dolor radicular
Este tipo de lumbago encuentra su causa en descargas ectópicas que emanan de lesiones o inflamaciones en la espina dorsal o sus ganglios. En este caso concreto, el dolor de espalda emana de la zona lumbar y se extiende a una o ambas extremidades. Una de las patologías subyacentes más comunes suele ser una hernia en un disco vertebral.
2. Dolor facetario
Según la revista Reumatología Clínica, las facetas lumbares se han demostrado como agentes desencadenante de dolor lumbar en pacientes sanos. Estas articulaciones, pareadas entre los elementos posteriores de las vértebras lumbares, tienen mecanorreceptores y nociceptores de bajo umbral que pueden inflamarse.
3. Dolor discogénico
Los discos intervertebrales son cada una de las almohadillas que separan a las vértebras de la columna entre ellas. La degeneración discal se puede asociar a la proliferación de terminaciones nerviosas y nociceptores, lo que podría generar dolor.
4. Dolor de la articulación sacroilíaca
Esta articulación hace referencia a la conexión que se presenta en humanos entre el hueso sacro (Os sacrum) y el hueso ilíaco (Os ilium). La irritación en la cara posterior de esta articulación podría sobreestimular las terminaciones nerviosas, provocando malestar.
5. Dolor muscular
Se han asociado muchísimos músculos al dolor lumbar. Vamos más allá, pues diversos profesionales sanitarios creen que muchos casos sin etiología concreta se deben a cargas y contracturas musculares locales. Estas postulaciones han generado debates a lo largo de los años en la comunidad médica y no hay respuestas claras.
Causas del dolor lumbar
Como hemos dicho con anterioridad, el 80 % de los pacientes que acuden a la clínica por un cuadro de lumbago no obtienen ninguna respuesta. Esto se debe a que la inmensa mayoría de los síntomas no tienen una causa orgánica concreta, es decir, se trata de una patología idiopática. De todas formas, se clasifica la posible etiología de la enfermedad en estas categorías:
- Mecánica: se debe a lesiones en la médula espinal, discos intervertebrales o tejidos blandos circundantes, como músculos y tendones. La espondilolistesis, hernia discal y presión lumbar por embarazo son algunas de las causas mecánicas más comunes de dolor lumbar en la población general.
- Degenerativa: la osteoartritis u osteoporosis pueden causar dolor lumbar. Por ejemplo, en el cuadro de osteoporosis se reabsorbe más cantidad de materia ósea de la que se sintetiza, lo que debilita mucho a los huesos. Si se producen lesiones compresivas en los nervios por esta degradación ósea, la causa se considera degenerativa.
- Inflamatoria: la sacroilitis es la causa inflamatoria más común de dolor lumbar. Por diversos motivos, el tejido de las articulaciones sacroilíacas se puede inflamar y provocar dolor.
- Oncológica: esta variante se considera cuando, por ejemplo, un tumor presiona una superficie nerviosa. Estas son algunas de las causas menos comunes de dolor lumbar y su instauración es crónica.
- Infecciones: aunque no lo parezca, las bacterias también pueden multiplicarse en el tejido óseo o articulaciones y causar enfermedades infecciosas. Cuando estos focos se presentan en las vértebras bajas de la espalda, aparece dolor lumbar.
De nuevo, recordamos que casi todos los casos son de naturaleza idiopática y, por tanto, se coloca el foco en pequeños desgarros o lesiones mecánicas imperceptibles a nivel diagnóstico. Lo más común es que este estrés mecánico desaparezca tras un tiempo de recuperación, y por ello la lumbalgia suele ser aguda y autorresolutiva.
Síntomas del lumbago
Tal y como indica la revista Medicina de Familia (SEMERGEN), la prevalencia del lumbago es del 15 al 20 % de la población general en cualquier momento y lugar dados. Por desgracia, este valor epidemiológico aumenta a un 50 % si nos fijamos en ciertos trabajos, como es el transporte de materiales o la labor en la obra.
El lumbago clásico afecta solamente a la región lumbar de la espina dorsal, se extiende por unos días y rara vez es signo de una patología subyacente. Lo mejor que puede hacer el paciente es continuar con su vida normal sin realizar sobreesfuerzos, pues permanecer en cama postrado solo debilita la musculatura y dificulta la recuperación.
Si el dolor es intensísimo, persiste por más de unas semanas, se extiende a las extremidades o imposibilita la realización de tareas diarias, es necesario ir al médico. Si este malestar esta causado por radiculopatías lumbosacras, se pueden esperar lo siguiente:
- Nervio L2 a L4: el malestar se irradia de la espalda a la cara interior del muslo y la rodilla. Hay un déficit rotuliano y disminución de la flexión de la cadera.
- Nervio L5: el dolor se irradia hacia la cara anterolateral de la pierna, dorso del pie y dedo gordo. Se observa una disminución de la dorsiflexión del pie.
- Nervio S1: dolor irradiado a la cara posterior de la pantorrilla, planta y cara lateral del pie y dedos.
- Nervio S2-S4: dolor sacro, en la zona perineal y en la cara posterior de la pierna. Se observa una característica disfuncionalidad vesical e intestinal.
El dolor que experimenta el paciente puede ser mecánico, irradiado, no mecánico o miofascial lumbar. Dependiendo de la etiología subyacente, este puede ser sostenido o esporádico y empeorar con ciertos movimientos, posturas y esfuerzos.
Diagnóstico del lumbago
Debido a su naturaleza difusa, el diagnóstico del lumbago es un auténtico desafío a nivel clínico. En la consulta, el primero de los objetivos del profesional es dilucidar si el paciente presenta un dolor de espalda específico o no específico. En los casos de dolor específico, los tumores, infecciones, espondilitis y otros eventos son el desencadenante.
El British Medical Journal (BMJ) estima que solo el 0,7 % y 0,01 % de los pacientes con dolor lumbar presentan cánceres metastásicos e infecciones respectivamente.
Con casi toda seguridad no se encontrará una causa concreta durante las pruebas pertinentes (rayos X, análisis de sangre, resonancia magnética, etc.)
Clasificar el dolor y cuantificar su extensión también es importante para reducir el espectro diagnóstico del paciente. De todas formas, como hasta 9 de cada 10 cuadros no tienen una causa concreta, el enfoque general suele ser descartar otras patologías severas, no realizar las pruebas esperando que estas aparezcan.
La mayoría de los pacientes con un lumbago agudo se van a casa sin diagnóstico.
Tratamiento
La inmensa mayoría de cuadros mejoran en el intervalo de un mes con el uso de algunos medicamentos y la aplicación de compresas de calor.
En resumen, según la Clínica Mayo, existen los siguientes abordajes generales para casi todos los casos, siempre y cuando estos no sean crónicos y sostenidos en el tiempo:
- Aplicación de compresas de calor o frío en la zona afectada: el frío contribuye a reducir la inflamación y el dolor provocados en el área afectada, así que es ideal para las primeras horas tras la instauración del lumbago. Por otro lado, el calor es mejor a largo plazo, ya que estimula el flujo sanguíneo y destensa los músculos.
- Analgésicos de venta libre: los antiinflamatorios no esteroideos de venta libre (AINEs) suelen ayudar a sobrellevar el dolor en los casos de lumbago agudo. El paracetamol es el fármaco más común, pues reporta menos efectos secundarios en general que el resto. Se aconseja no tomar más de 3 gramos al día.
- Analgésicos narcóticos: si el dolor es persistente e inaguantable, puede que el profesional le recete a paciente analgésicos narcóticos, mucho más potentes y efectivos que los anteriores. De todas formas, a pesar de que el cuadro sea grave, estos no se pueden usar por más de 3 o 4 semanas. Son altamente adictivos.
- Relajantes musculares: a través de la modificación de las rutas cerebrales y medulares de estimulación muscular, estos fármacos pueden ayudar a reducir el dolor. El diazepam es uno de los más recetados dentro de este grupo, pero debido a su potencial adictivo, tampoco se puede usar por mucho tiempo.
Sobre todo, queremos hacer hincapié en que el reposo absoluto nunca es la solución, a menos que un profesional sanitario lo indique. Por ejemplo, tras 14 días de postrado en cama, una persona sana puede perder hasta el 8,3 % del tono de algunas estructuras musculares, sobre todo si tiene una edad avanzada.
Si los músculos se debilitan, ponerse de pie de nuevo se hace aún más difícil, lo que propicia que el paciente entre en un círculo que se retroalimenta y tarde mucho más en recuperarse. Aunque la espalda duela, hay que mantener una tasa de actividad aunque sea mínima y realizar ejercicios esporádicos, por poco demandantes que sean.
La fisioterapia será una gran aliada en los pacientes con lumbago recurrente. Aprender higiene postural puede ahorrar muchos problemas a largo plazo.
Aún nos queda mucho por conocer sobre el lumbago
El lumbago es un cuadro clínico de abordaje complejo, ya que en la inmensa mayoría de los casos no hay una causa directa a la que se le pueda atribuir la aparición de los síntomas. Igualmente, hasta el 90 % de los cuadros remiten por sí solos en un intervalo temporal variable.
La cirugía y otras operaciones solo se conciben cuando todo lo demás falla o si en su defecto hay una causa que requiera de la extracción o modificación del tejido (hernias especialmente complejas o tumores). En general, con cuidados del hogar y actividad moderada, el lumbago desaparece en cuestión de semanas.
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