La influencia del alcohol en las enfermedades digestivas
El alcohol es una sustancia tóxica que puede afectar negativamente al manejo de las enfermedades digestivas. También incrementará el riesgo de sufrirlas y de desarrollar otro tipo de patologías complejas que pueden mermar mucho el bienestar. De hecho, no hay dosis segura, lo más adecuado es eliminarlo completamente de la dieta.
Existen muchos mitos en torno al consumo de alcohol. Se ha especulado con la posibilidad de que el consumo de una copa de vino al día sea bueno para el corazón. Sin embargo, no existen ensayos de casos y controles bien diseñados que respalden esta teoría. Al contrario, se basa en estudios observacionales que no sirven para sentar conclusiones.
Daños provocados por el alcohol
En primer lugar hay que conocer la influencia del consumo de alcohol sobre el organismo. Es un elemento que resulta neurotóxico, por lo que aumentará la probabilidad de sufrir patologías neurodegenerativas. Un ejemplo podría ser el alzhéimer. Así lo indica un estudio publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences. De hecho el daño será acumulativo, por lo que se recomienda evitar la ingesta regular.
También hay que comentar que el alcohol provoca alteraciones sobre el sistema cardiovascular, a pesar de los mitos existentes al respecto. Por una parte afectaría al perfil lipídico. Por otra incrementará el nivel de inflamación en el medio interno. Este mecanismo se relaciona con aterosclerosis cuando se promociona en exceso. En este sentido conviene siempre mantener un equilibrio.
Por si esto fuese poco, el alcohol cuenta con una cantidad de calorías vacías elevada en su interior. Es energía que se incluye en la pauta dietética de forma extra, pero que no aporta nutrientes para participar en los diferentes procesos metabólicos. El resultado de esto a medio plazo es una acumulación progresiva de tejido graso subcutáneo, lo que afectará negativamente al estado de salud.
El sistema hormonal también se verá afectado por dicha sustancia. La producción de hormonas sexuales masculinas como la testosterona se ve reducida. Esto lo confirma una investigación publicada en la revista Alcohol Health and Research World . La función de las células de Leydig puede verse condicionada de forma negativa, provocando fallos en la reproducción y en la salud muscular.
El alcohol y la microbiota
Se sabe que el conjunto de bacterias que habitan en el intestino, denominado microbiota intestinal, cuenta con una implicación significativa dentro de la salud. Por este motivo habrá que asegurar que se mantienen competentes, con buena densidad y diversidad.
No obstante, el consumo de alcohol podría causar una pérdida de diferentes cepas de microorganismos con el paso de los años, aumentando el riesgo de sufrir una disbiosis.
Cuando el perfil bacteriano se altera será más probable que se experimenten patologías o sintomatología asociada. Los microorganismos que viven en el tubo digestivo cuentan con muchas funciones diferentes. Por una parte ayudan a digerir y a metabolizar los nutrientes. Por otra se encargan de mantener un equilibrio a nivel inflamatorio a partir de la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato.
Se especula con que los procesos de disbiosis podrían suponer un factor de riesgo para la génesis de enfermedades que afecten al tubo digestivo, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Clinical Journal of Gastroenterology.
Por ello habrá que evitar todos los hábitos y las rutinas que puedan repercutir de forma negativa sobre los niveles de diversidad y densidad. El consumo de alcohol es una de ellas, pero hay más. Podemos destacar también una ingesta insuficiente de fibra.
Del mismo modo habrá que promocionar la inclusión de alimentos fermentados en la dieta. Estos son fuente de probióticos, microorganismos vivos con capacidad para colonizar selectivamente el tubo digestivo, generando un beneficio sobre el huésped. Gracias a ellos podría reducirse la incidencia de los problemas que afecten al intestino. Hasta será menos probable que se terminen desarrollando intolerancias a los nutrientes.
El alcohol en la patología digestiva
Existen varias patologías digestivas en las que el alcohol podría provocar un aumento directo de los síntomas. Un ejemplo sería el del reflujo o de la gastritis. En estos casos habrá que evitar cualquier tipo de sustancia irritante que afecte el pH del medio digestivo. De lo contrario sería más difícil ejecutar un manejo eficiente del problema, lo que influye sobre la calidad de vida del paciente.
De acuerdo con la revista Roczniki Panstwowego Zakladu Higieny, es clave adaptar los hábitos dietéticos y de vida para conseguir una remisión de la enfermedad o para evitar que se condicionen las rutinas. Normalmente se apuesta por un incremento en el consumo de alimentos de origen vegetal, además de evitar bebidas y alimentos como el café, el chocolate y otros que pueden resultar nocivos en casos puntuales.
Cuando el problema no es estomacal, sino intestinal, el consumo de alcohol también provocará que la situación empeore. Como comentamos, afectará al perfil de la microbiota. Esto se va a saldar con una menor producción de compuestos antiinflamatorios como el butirato. A partir de aquí las fermentaciones serán cada vez más significativas y es posible que se generen gases, diarrea y dolor abdominal.
Por este motivo lo mejor es evitar cualquier contacto con el alcohol a lo largo de la vida. Será positivo para la prevención de muchas enfermedades y también para mejorar el tratamiento de las mismas una vez que se desarrollan. Hay que tener en cuenta que dicho tóxico podría hasta interaccionar con distintos tipos de fármacos, provocando alteraciones fisiológicas graves con el paso de los años.
¿Hay algún tipo de bebida alcohólica que sea buena?
Durante años se especuló con la posibilidad de que las bebidas alcohólicas con base y presencia de fruta podrían ser positivas para el organismo por su contenido en polifenoles antioxidantes. Lo cierto es que el proceso de fermentación de bebidas como el vino provoca una reducción en la concentración de estos compuestos, por lo que su aporte final será inferior al del alimento fresco como tal.
Sucede lo mismo que si se intenta beber zumo para aprovechar los antioxidantes. Una parte de los mismos se desprecia. Otra puede que esté presente, pero realmente el aporte complementario de azúcares simples no va a valer la pena en la mayor parte de los casos.
Con el alcohol la situación es muy parecida. Por ello no hay motivo apoyado por la literatura para incluir este elemento en las rutinas, en ninguna de sus formas de presentación.
De hecho, incluso hay que tener cuidado cuando se usa para cocinar. El alcohol no siempre se evapora completamente en las preparaciones. Va a depender de la temperatura del cocinado, del tipo de producto empleado y de si se mantiene o no destapado. Hasta la presencia de ciertos fitoquímicos podría afectar. Por este motivo se debe evitar ofrecer elaboraciones que cuenten con bebidas alcohólicas a los más pequeños.
Intervenciones para mejorar el manejo de las enfermedades digestivas
Además de eliminar el alcohol de la dieta se pueden poner en marcha otras estrategias para conseguir mejorar el manejo de las enfermedades digestivas. Un ejemplo sería el consumo de alimentos fermentados con probióticos en su interior. Nos referimos sobre todo a los lácteos como el yogur o el kéfir.
Su ingesta se ha vinculado a un mejor estado de salud y a un menor riesgo de desarrollar patologías complejas, tal y como afirma un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition.
Otro mecanismo que hay que implementar es un incremento en el consumo de fibra. Esta sustancia sirve de sustrato energético para las bacterias que habitan en el intestino. Gracias a ella pueden reproducirse y crecer.
Además, a partir de la fermentación se generan los mencionados ácidos grasos de cadena corta, que han demostrado ayudar a prevenir muchas enfermedades diferentes. Las principales guías de alimentación aconsejan un consumo diario de al menos 25 gramos de fibra.
Asegurar la presencia en la dieta diaria de 5 raciones de frutas y verduras será algo tremendamente positivo. No solo cuentan con fibra en su interior, sino también con compuestos antiinflamatorios y antioxidantes que conseguirán ayudar a mantener el equilibrio en el medio interno. Así se asegura un buen estado de salud con el paso de los años, lo que frena el ritmo de envejecimiento.
Hasta dormir bien podría marcar la diferencia cuando hablamos de prevención y de tratamiento de enfermedades digestivas. Durante el sueño se llevan a cabo los procesos de recuperación del organismo. También se asegura la síntesis de hormonas importantes, lo que ayuda a que toda la fisiología funcione correctamente.
El alcohol dificulta el manejo de las enfermedades digestivas
El alcohol dificulta mucho el manejo de las patologías digestivas, considerándose una sustancia tóxica independientemente de la dosis consumida. Lo mejor es que nunca esté presente en la dieta. De incluirse será más adecuado que forme parte de alguna elaboración culinaria y que se someta a un proceso de cocción para que se evapore en gran medida.
Por último cabe destacar que siempre hay que poner el foco en la microbiota intestinal a la hora de plantear estrategias para combatir los problemas intestinales. Las evidencias más recientes asumen la importancia del conjunto de bacterias que habitan en el tubo sobre la salud del ser humano. Por ello habrá que adaptar la dieta y las rutinas para asegurar la densidad y la diversidad.
- Peng B, Yang Q, B Joshi R, et al. Role of Alcohol Drinking in Alzheimer's Disease, Parkinson's Disease, and Amyotrophic Lateral Sclerosis. Int J Mol Sci. 2020;21(7):2316. Published 2020 Mar 27. doi:10.3390/ijms21072316.
- Emanuele MA, Emanuele NV. Alcohol's effects on male reproduction. Alcohol Health Res World. 1998;22(3):195-201.
- Nishida A, Inoue R, Inatomi O, Bamba S, Naito Y, Andoh A. Gut microbiota in the pathogenesis of inflammatory bowel disease. Clin J Gastroenterol. 2018;11(1):1-10. doi:10.1007/s12328-017-0813-5.
- Taraszewska A. Risk factors for gastroesophageal reflux disease symptoms related to lifestyle and diet. Rocz Panstw Zakl Hig. 2021;72(1):21-28. doi:10.32394/rpzh.2021.0145.
- Chen Y, Feng R, Yang X, et al. Yogurt improves insulin resistance and liver fat in obese women with nonalcoholic fatty liver disease and metabolic syndrome: a randomized controlled trial. Am J Clin Nutr. 2019;109(6):1611-1619. doi:10.1093/ajcn/nqy358.
- Silva JPB, Navegantes-Lima KC, Oliveira ALB, et al. Protective Mechanisms of Butyrate on Inflammatory Bowel Disease. Curr Pharm Des. 2018;24(35):4154-4166. doi:10.2174/1381612824666181001153605.