¿Qué es el hirsutismo y cómo tratarlo?
El vello corporal recubre la mayor parte de la piel de las personas con excepción de las palmas y las plantas. El hirsutismo y la hipertricosis son las alteraciones más comunes del vello corporal asociadas a afecciones sistémicas. ¿Te interesa conocer qué es el hirsutismo y cómo tratarlo? A continuación te contamos.
Se trata de una enfermedad endocrina frecuente en el sexo femenino durante la edad reproductiva. La misma se caracteriza por un crecimiento anormal del vello corporal. Por lo general, es el resultado de un aumento en los niveles de andrógenos o de la sensibilidad a los mismos.
Algunos estudios afirman que el hirsutismo es un problema frecuente que afecta entre el 5 al 15 % de las mujeres. El diagnóstico se basa en la identificación del patrón de crecimiento anormal del vello y de los signos clínicos de virilización. Por otro lado, el tratamiento busca restaurar el equilibrio hormonal.
¿Qué es el hirsutismo?
El hirsutismo es el crecimiento excesivo de vello corporal en las mujeres en zonas consideradas androgénicas. Por lo general, suele seguir un patrón de desarrollo similar al de los hombres. De esta manera, el vello crece en la cara, a nivel del labio superior, la barbilla, el mentón y por delante de las orejas.
De igual forma, el vello también se hace evidente en el pecho, las areolas mamarias, los hombros, el abdomen, los glúteos, la ingle, los muslos y la espalda. Las áreas afectadas suelen contener unidades pilosas dependientes de andrógenos y sensibles a su actividad.
En esta condición el vello se torna grueso, oscuro y duro, a diferencia del vello normal que tiende a ser delgado y poco pigmentado. Por otro lado, la patología suele confundirse con la hipertricosis, no obstante, esta última se caracteriza por un aumento en la cantidad de pelo en cualquier parte del cuerpo, que puede ser localizado o generalizado.
Síntomas asociados
Por lo general, el hirsutismo es reflejo de un aumento en los niveles circulantes de sustancias u hormonas androgénicas. En este sentido, el mismo se acompaña de varios signos de virilización, los cuales son resultado del desequilibrio hormonal y la sensibilidad de los tejidos. Algunos de los síntomas asociados al hirsutismo son los siguientes:
- Acné.
- Aumento de la masa muscular.
- Voz grave y gruesa.
- Disminución del volumen mamario.
- Agrandamiento del clítoris.
En casos graves puede existir una desregulación del ciclo menstrual que se manifiesta con ausencia de la menstruación o infertilidad. De igual forma, las personas afectadas suelen presentar pérdida del cabello o calvicie androgénica.
Por otro lado, es común el aumento de la grasa en el cabello o seborrea por afección de las glándulas sebáceas. Además, en las niñas pequeñas el exceso de andrógenos puede promover un crecimiento acelerado con cierre temprano de las placas de crecimiento. Por este motivo es frecuente observar una talla baja.
Causas del hirsutismo
El crecimiento del cabello depende de un equilibrio entre los estrógenos y los andrógenos, como la testosterona y la dihidrotestosterona (DTH). Estos promueven el desarrollo y la diferenciación de la unidad pilosa en sus diferentes fases.
El hirsutismo puede ser resultado de una hiperproducción de andrógenos, de una mayor sensibilidad cutánea a los mismos o de una mezcla de ambos. Estudios sugieren que el hiperandrogenismo suele ser resultado de un aumento en la síntesis ovárica, suprarrenal o incluso tumoral.
Además, el mismo puede originarse por un aumento en la conversión de la testosterona a DHT, así como por una disminución en la proteína transportadora de andrógenos en sangre. Algunas de las causas más comunes de esta afección son las siguientes:
- Síndrome de ovario poliquístico.
- Hiperplasia suprarrenal congénita.
- Tumores secretores de andrógenos.
- Síndrome de Cushing.
- Obesidad.
- Hipertecosis.
- Hipotiroidismo.
- Hiperprolactinemia.
Por otro lado, existe una gran variedad de fármacos que pueden actuar como inductores del hirsutismo. Los corticosteroides, los anticonceptivos orales, el danazol, el minoxidil, la carmazepina y el clonazepam son algunos de los responsables.
Las mujeres del Mediterráneo, Oriente Medio y el sur de Asia son más propensas a padecer esta condición por herencia familiar. Además, el embarazo y la menstruación pueden acompañarse de hirsutismo como resultado de un desequilibrio hormonal temporal.
Diagnóstico
El diagnóstico de este trastorno se basa en la historia clínica, el análisis del perfil hormonal o metabólico y la evaluación de la función ovulatoria. En este sentido, el médico debe realizar una valoración detallada de los síntomas del paciente, así como de los antecedentes personales y familiares asociados a la enfermedad.
La exploración física exhaustiva puede arrojar datos de interés acerca de la distribución del vello y la gravedad del cuadro clínico. Además, la misma es de utilidad para la identificación de signos típicos de virilización, como el acné y el aumento del tamaño de clítoris.
Por otro lado, el médico tratante puede indicar la realización de diversas pruebas para medir los niveles de hormonas en sangre. Algunos de los análisis más frecuentes son los siguientes:
- Testosterona libre y total.
- Globulina transportadora de esteroides sexuales (SHBG).
- Dehidroepiandrosterona (DHEA).
- Hormona folículo estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH)
- Niveles de prolactina.
Los niveles elevados de testosterona y bajos de DHEA suelen orientar a un hirsutismo de origen ovárico. Por su parte, el exceso de testosterona asociado a una elevación de la DHEA aumenta la sospecha de origen suprarrenal. Además, la elevación de la LH y disminución de la FSH inclina el diagnóstico a un síndrome de ovario poliquístico.
Tratamiento
El objetivo terapéutico en el hirsutismo es solucionar la causa subyacente responsable del desequilibrio hormonal. De igual forma, las personas afectadas pueden corregir la presencia anormal de vello corporal mediante diversos tratamientos.
La depilación con láser, la termólisis y la electrólisis son algunos de los métodos empleados para remover el vello. La aplicación tópica de eflornitina al 13,9 % reduce el crecimiento del pelo, haciéndolo más corto, delgado y menos pigmentado. Además, la misma prolonga el intervalo entre las sesiones de eliminación de vello.
Por otro lado, es fundamental la instauración de una terapia antiandrogénica de forma progresiva para frenar los efectos hormonales. Las píldoras anticonceptivas son la primera línea de tratamiento en el hirsutismo de origen ovárico. Estas reducen la liberación de andrógenos y reducen los niveles libres en sangre.
El médico puede indicar el uso de espironolactona oral o flutamida a dosis variables. Otras opciones de tratamiento hormonal incluyen a la finasterida oral y el acetato de ciproterona por al menos 10 días.
El uso de glucocorticoides está indicado en el manejo de formas virilizantes de hiperplasia adrenal congénita. Por su parte, los medicamentos agonistas de la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH) se emplean en algunos tipos de hiperandrogenismo bajo supervisión médica.
Un signo de alarma de un desequilibrio hormonal
El hirsutismo es el crecimiento anormal de vello corporal en varias zonas del cuerpo sensibles a los andrógenos. Esta manifestación refleja un desequilibrio hormonal subyacente con graves consecuencias. E l síndrome de ovario poliquístico es la causa más frecuente de esta alteración.
Por tal motivo, es necesario buscar atención médica lo antes posible con un especialista en endocrinología ante la evidencia de hirsutismo y signos típicos de virilización. La valoración profesional temprana se asocia con un mejor pronóstico y una mayor calidad de vida para el paciente.
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