Epigastralgia o dolor gástrico: causas y tratamientos
La epigastralgia se refiere a la aparición de dolor en el cuadrante superior y medio del abdomen. Puede corresponderse con enfermedades agudas, aunque en la mayoría de las ocasiones existen trastornos gastrointestinales crónicos.
Debido a la gran cantidad de diagnósticos disponibles, hemos elaborado este breve artículo para que sepas diferenciar algunas de las causas más frecuentes de este dolor. ¡Sigue leyendo!
¿Cuál es la diferencia entre epigastralgia y dolor gástrico?
El término epigastralgia hace referencia al dolor ubicado en uno de los cuadrantes del abdomen llamado epigastrio. Este se encuentra unos centímetros por encima del ombligo y, como verás más adelante, esta sensación puede corresponderse con una gran variedad de condiciones.
Desde el punto de vista anatómico, el epigastrio se encuentra delimitado por la parte inferior de los arcos costales, los músculos rectos abdominales y la cicatriz umbilical.
En esta zona existen varios órganos gastrointestinales subyacentes. El estómago, el hígado y el páncreas se encuentran aquí de forma parcial o total.
No toda sensación originada en el epigastrio es igual al dolor gástrico. De hecho, el daño a ciertos órganos lejanos, como el corazón o el apéndice vermiforme, puede provocar este dolor.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo dependen del diagnóstico que haya llevado a la aparición de epigastralgia, sin importar el origen anatómico del dolor. Como mencionaremos más adelante, la lista de diagnósticos diferenciales es bastante extensa y podría representar un reto para los profesionales.
Causas localizadas de epigastralgia
Por lo menos en este aspecto de la medicina, no todo es lo que parece. A continuación encontrarás algunas causas que explican este dolor, según su lugar anatómico de origen.
1. Gastritis
La inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago se denomina gastritis.
Entre los factores de riesgo más importantes para desarrollar la enfermedad se encuentra la infección por Helicobacter pylori y otros microorganismos, como Escherichia coli y Salmonella. Sin embargo, al igual que lo que sucede en las úlceras pépticas, el consumo crónico de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como el ibuprofeno pudiese provocar este cuadro.
Algunos hábitos de vida como el consumo de alcohol y cigarrillo aumentan el riesgo de sufrir la enfermedad. Por fortuna, la mayoría de los casos son autolimitados y los pacientes pueden vivir el día a día sin presentar síntomas.
El problema ocurre cuando existen manifestaciones que afectan la calidad de vida, como la epigastralgia constante y sensación de malestar en relación con las comidas. El médico podría indicar medicamentos como inhibidores de la bomba de protones o antibióticos, dependiendo de la causa.
Los casos sintomáticos que no reciben tratamiento apropiado pueden complicarse después de varios años. La aparición de úlceras es una de las consecuencias, que en caso de perforarse y producir sangrado puede comprometer la vida de forma inmediata.
2. Úlceras pépticas
Este tipo de lesiones se caracterizan por ser excavadas y con poca tendencia a la cicatrización. Las úlceras pépticas incluyen a aquellas que se forman tanto en la mucosa gástrica como en la del duodeno, que es la primera porción del intestino delgado. Estas últimas son las más frecuentes.
Algunas de las condiciones que aumentan el riesgo de padecer úlceras pépticas son las siguientes:
- Infección crónica por H. pylori y gastritis asociada.
- Consumo crónico de AINES para el dolor crónico.
- Aumento de la secreción de ácido clorhídrico estomacal.
Si se tiene un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, las úlceras pueden desaparecer. Sin embargo, es una condición con marcada recurrencia que requiere seguimiento constante por el gastroenterólogo.
Sobre eso, un estudio publicado en el año 2000 determinó que los factores de riesgo más importantes que determinan las recurrencias son la infección por H. pylori y el consumo de AINES.
Cuando las lesiones son sintomáticas, se caracterizan por una fuerte epigastralgia. El dolor aparece tanto en el ayuno prolongado como justo después de comer. También puede existir pirosis, que es una sensación de ardor que se origina en el epigastrio y puede ascender hacia el esternón.
3. Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Después de la cavidad oral y la faringe, la primera porción del aparato digestivo es el esófago, que tiene forma de tubo y se comunica con el estómago. Existe un esfínter muscular que evita el paso de sustancias desde el estómago hacia el esófago, denominado cardias.
Esto es muy necesario, en especial cuando existen cambios de posición luego de ingerir cualquier alimento. La enfermedad por reflujo gastroesofágico es un conjunto de signos y síntomas que derivan del mal funcionamiento del esfínter, por inadecuada relajación de las fibras musculares que lo componen.
El principal factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad es una dieta inapropiada con abundante cafeína, grasas y bebidas gaseosas. Para que se genere, es necesario que estos hábitos existan de forma crónica, por lo que muchos pacientes tienden a tener obesidad.
Puede generar cuadros breves de epigastralgia que preceden a la pirosis, aunque el síntoma más característico es la sensación de regurgitación ácida en la faringe.
Dependiendo del grado de reflujo y el tiempo de evolución, puede presentarse inflamación de la mucosa del tercio distal del esófago, ya que no está preparada para soportar las grandes cantidades de ácido dentro del estómago. En algunos casos, estos cambios pueden evolucionar hasta la formación de cáncer de esófago.
4. Cáncer gástrico
Si bien los síntomas del cáncer gástrico son bastante amplios e inespecíficos, en ocasiones la epigastralgia puede motivar la consulta a un especialista. El dolor suele presentarse de forma abrupta y durar varios días.
Su importancia como síntoma es tan grande que en un pequeño estudio publicado en el año 2017 se encontró que el 55,5% de los pacientes evaluados tuvo epigastralgia antes del diagnóstico.
Desde el punto de vista microscópico, el subtipo más común de cáncer gástrico es el adenocarcinoma, que se caracteriza por la proliferación de pequeñas glándulas que en condiciones normales liberan su contenido hacia la luz del estómago.
Su importancia para la salud pública es muy grande. Según una publicación de la Sociedad Española de Oncología Médica, esta enfermedad representó en el 2018 el quinto tipo de cáncer más frecuente, cuya incidencia aumenta entre la quinta y séptima década de la vida.
El tratamiento de estos casos es complejo, y depende de las características propias de cada paciente. Por lo general existe un manejo multidisciplinar que incluye la participación de gastroenterólogos, oncólogos médicos y cirujanos.
Causas que se presentan como dolor referido
Debido a la gran cantidad de nervios y conexiones existentes en todo el organismo, es común que el cerebro interprete la información de forma distinta. Es así como la estimulación de ciertas estructuras provoca dolor en regiones anatómicas diferentes a la original.
1. Litiasis vesicular o biliar
Esta enfermedad se caracteriza por la formación de cálculos o piedras con diferente composición dentro de la vesícula o las vías biliares. Desde un punto de vista clínico existe dolor en la parte lateral y superior derecha del abdomen (hipocondrio derecho), pero en algunas ocasiones la sensación puede transmitirse hacia el epigastrio.
En casos excepcionales, los cálculos pueden obstruir las vías biliares y generar un proceso inflamatorio conocido como colecistitis. Los pacientes suelen tener fiebre, mucho dolor y, en ocasiones, náuseas y vómitos.
Debido al riesgo de que la inflamación siga progresando y ocurra perforación de este órgano (de forma similar a la apendicitis), el tratamiento definitivo es quirúrgico. También lo es para los casos simples de litiasis vesicular, aunque estas intervenciones pueden programarse en casos no urgentes.
2. Infarto del miocardio
Los infartos y, en general, los síndromes coronarios agudos, tienden a producir dolor en la región precordial (en el pecho). Es común que se produzca dolor referido hacia el hombro, brazo y mandíbula. En ocasiones, este también se puede irradiar hacia el epigastrio.
Esto puede representar un reto diagnóstico para el médico. Para determinar con exactitud la enfermedad subyacente, el especialista podría indicar un electrocardiograma y ciertos exámenes sanguíneos que miden la concentración de enzimas cardíacas.
3. Trastorno de ansiedad generalizado
Dentro de los síntomas del trastorno de ansiedad generalizado (TAG) puede existir epigastralgia. Además de ello, los pacientes pueden referir taquicardia, respiración acelerada, sudoración profusa, agitación, sensación de pánico y temblores.
El médico especialista en este tipo de trastornos es el psiquiatra, quien podrá hacer uso de varios medicamentos (incluyendo ansiolíticos y antidepresivos, cuando sea necesario) junto con psicoterapia para lograr un mejor efecto terapéutico.
Diagnóstico
Este proceso también depende de la causa que sospeche el médico. Dependiendo del contexto, pudiese pedir cualquiera de los siguientes exámenes:
- Analítica sanguínea completa.
- Química sanguínea.
- Radiografía simple de abdomen.
- Ecosonograma abdominal.
- Tomografía computarizada.
Tratamiento
Las condiciones de origen gastrointestinal que no representan una emergencia pueden tratarse de forma ambulatoria mediante diversos medicamentos. Estos incluyen los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol, además de antibióticos específicos.
En el caso del H. pylori, algunas opciones válidas son claritromicina y amoxicilina.
Para las emergencias capaces de provocar dolor referido, como el infarto del miocardio, pueden requerirse intervenciones inmediatas para disminuir los síntomas y eliminar la causa de este evento cardiovascular.
Es preferible acudir al médico para salir de dudas
La epigastralgia puede considerarse más un síntoma que una enfermedad. Si bien en la mayoría de los casos existen trastornos gastrointestinales específicos que la causan, hay otras condiciones urgentes que requieren una evaluación médica.
En caso de presentar epigastralgia aislada, sin otros síntomas asociados, lo recomendable es acudir a un gastroenterólogo de confianza.
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