Las 10 enfermedades de la piel más comunes
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, pues una persona adulta promedio posee 2 metros cuadrados y 5 kilos de este tejido recubriendo al cuerpo. Esta capa y sus anexos (cabello, uñas, glándulas sebáceas y sudoríparas) conforman el sistema tegumentario, encargado de la protección orgánica. Aun así, existen ciertas enfermedades de la piel comunes que impiden su funcionamiento adecuado.
Según estudios profesionales, las patologías cutáneas corresponden al 1,79 % de la carga patológica global en el mundo. No es de extrañar, pues a día de hoy se han detectado más de 3000 patologías de la piel, que se manifiestan desde pequeños granos hasta lesiones infectadas muy graves. Si quieres saber más sobre este conjunto de cuadros clínicos, sigue leyendo.
¿Cuáles son las enfermedades de la piel más comunes?
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Su importancia es vital para la supervivencia, pues junto con las mucosas, la saliva y las lágrimas, supone la barrera biológica primaria que impide el paso de microorganismos. Una herida abierta es una puerta para las bacterias, así que mantener la piel sana es esencial para evitar complicaciones.
Antes de explorar las patologías más comunes de la piel, vemos de interés encuadrarlas en una situación epidemiológica general. La American Academy of Dermatology (AAD) nos brinda los siguientes datos de interés:
- Solo en Estados Unidos, 84,5 millones de habitantes poseen una enfermedad de la piel. Esto se traduce en 1 de cada 4 personas adultas.
- Se estima que, en esta región, se gastan 75 miles de millones de dólares al año para diagnosticar y tratar a las personas con condiciones cutáneas.
- Estudios estiman que las enfermedades epidérmicas son la cuarta causa más común de malestar en el ser humano. Las condiciones crónicas (como la psoriasis o la dermatitis atópica) presentan una carga de morbilidad muy alta.
Curiosamente, hasta 2/3 de las personas con condiciones dermatológicas no saben que las padecen. Por esta razón, es esencial poder detectar todo signo clínico extraño en la piel antes de que se agrave y sea necesaria una consulta urgente. Conoce con nosotros las 10 enfermedades de la piel más comunes.
La piel es la primera barrera biológica que evita la entrada de microorganismos al cuerpo.
1. Acné vulgar
El acné típico, también conocido como acne vulgaris, es la condición dermatológica más común en los países de alto ingreso. Esta enfermedad de la unidad pilosebácea afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo, incluyendo a niñas desde los 11 y años y niños desde los 12. Hasta el 40 % de la población adulta tiene imperfecciones epidérmicas y propensión al acné.
El acné comienza cuando un folículo piloso se ve obstruido, ya sea por un exceso de grasa o por una queratinización demasiado rápida de la piel. Así se forma un “microcomedón”, que puede ser abierto (punto negro) o cerrado (espinilla). Esto provoca que se acumule grasa en el folículo, lugar perfecto para que se desarrolle la bacteria Cutibacterium acnes.
A medida que esta bacteria prolifera y se alimenta de los ácidos grasos del folículo piloso, degrada algunos componentes de la dermis y epidermis y fomenta una reacción inflamatoria. Es esta reacción la que promueve la aparición de pápulas y pústulas, mucho más evidentes y dolorosas que una simple espinilla.
Con este proceso patológico en mente, cabe destacar que existen muchos tipos de acné. Según su gravedad, se propone la siguiente escala cuando las lesiones están mayoritariamente en la cara:
- Acné leve de grado 1: las lesiones principales son comedones y la inflamación es poco común. Las pápulas y las pústulas son muy poco numerosas si las hay, con cifras de menos de 10 en toda la cara.
- Grado 2: entre 6 y 20 lesiones inflamatorias en la mitad de la cara. El tronco también se puede ver afectado y las pápulas y pústulas son mucho más comunes.
- Grado 3: entre 21 y 50 lesiones inflamatorias en la mitad de la cara. Hay hasta 100 pápulas y pústulas en la cara, con lesiones infiltrantes, dolorosas y enrojecidas. Este tipo de acné deja cicatrices.
- Acné muy grave o grado 4: las lesiones nodulares son múltiples y pueden afectar a varias partes del cuerpo. Requiere atención médica inmediata.
Muchos cuadros de acné leve son autolimitados y se pueden abordar con cuidados cutáneos generales, pero no todos son así. El peróxido de benzoílo, los antibióticos tópicos y el ácido azelaico tienen actividad antiinflamatoria relevante en los cuadros moderados o graves, por ejemplo.
2. Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una de las enfermedades de la piel más comunes y provoca enrojecimiento epidérmico y picazón generalizada. Es una condición crónica que suele presentarse con picos esporádicos y es mucho más común en niños. Tal y como indican estudios epidemiológicos, la prevalencia es del 10 al 20 % en la población infantil y del 1 al 3 % entre los adultos.
Existen muchas teorías que tratan de explicar las causas de la dermatitis atópica, pero hasta el 70 % de los pacientes tienen o han tenido parientes con la misma condición, por lo que se cree que gran parte de su atribución es genética. Algunos de sus síntomas más comunes son los siguientes:
- Piel muy seca.
- Picazón que puede ser grave, especialmente durante la noche.
- Manchas pruriginosas de color rojo en manos, pies, tobillos, cuello y otras partes del cuerpo.
- Unas especies de pústulas pequeñas que pueden drenar líquido si se rascan demasiado.
- Piel escamosa, engrosada y agrietada.
Las cremas para controlar la picazón y para reparar la piel son las que se usan más comúnmente para este cuadro clínico. De todas formas, a veces son necesarias las cremas antibióticas, pues se instauran infecciones bacterianas en el lugar afectado.
Se estima que unos 16,5 millones de adultos tienen dermatitis atópica en Estados Unidos.
3. Herpes zóster
El herpes zóster, conocido por la población general como “culebrilla”, es una erupción de sarpullidos o ampollas en la piel provocada por el virus de la varicela-zóster (VVZ). Antes de los calendarios de vacunación, el 99,6 % de la población mayor de 40 años presentaba indicios de haber pasado el VVZ.
Curiosamente, este virus permanece inactivo de forma crónica en el área del nervio trigémino y el ganglio espinal del paciente. Por ello, tras pasar la varicela durante la infancia, existen un 10-20 % de probabilidades de que el patógeno se reactive y provoque el herpes zóster cutáneo.
La mayoría de veces, los síntomas solo afectan a una parte concreta del cuerpo, tal y como indica la Clínica Mayo. Algunos de los más relevantes son los siguientes:
- Hormigueo, entumecimiento, dolor y ardor en la zona afectada.
- Sensibilidad excesiva al roce y tacto.
- Erupción cutánea localizada. Este signo clínico aparece entre 1 y 14 días después del inicio del dolor.
- Ampollas llenas de líquido que terminan explotando y formando costras.
- Picor, fiebre, fatiga y sensibilidad a la luz. Los 3 últimos síntomas son un poco menos comunes.
Además de permitir que el sistema inmunitario acabe con la infección, por fortuna existe un fármaco antiviral que produce excelentes resultados en el tratamiento de la enfermedad: el aciclovir.
4. Urticaria
El término “urticaria” hace referencia a la aparición de ronchas rojizas epidérmicas pruriginosas. Es una de las enfermedades de la piel más comunes, pues se estima que entre el 15 y el 25 % de la población ha padecido este cuadro clínico al menos una vez en su vida. Es más común en mujeres y su pico epidemiológico se encuentra entre los 20 y 40 años.
Existen muchas causas de la urticaria, sean o no inmunitarias. Entre ellas destacan la alergia a medicamentos, la intolerancia a alimentos, las picaduras de insectos, el contacto con cosméticos y la interacción con algunos elementos tóxicos. Es un cuadro muy común que suele desaparecer por sí solo, aunque si se prolonga requiere intervención.
La urticaria crónica presenta una prevalencia del 0,5 al 1 % de la población total. En casi todos los casos, esta variante es de origen autoinmunitaria.
5. Quemaduras solares
Aunque no sea una enfermedad al uso, las quemaduras por exposición al sol merecen un puesto honorario en esta lista. No es para menos, pues tal y como indica el portal Medscape, en Estados Unidos hasta la mitad de la población adulta reporta al menos una quemadura durante la época veraniega.
Debido a la exposición excesiva a los rayos UV, la piel se enrojece, se vuelve muy sensible al tacto y es más propensa a desarrollar diversos tipos de cánceres (melanoma, de las células escamosas y de las células basales). En las quemaduras más severas, suelen aparecer ampollas en la etapa inicial y descamaciones epidérmicas una vez comienza a sanar la zona.
En la mayoría de lugares, la incidencia solar es más alta entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Se recomienda ponerse abundante crema de máximo factor de protección a toda persona que vaya a pasar un tiempo considerable expuesta al sol, ya sea por diversión o necesidad.
Hasta el 51,2 % de los adultos entre 18 y 29 años de edad presentan quemaduras anualmente.
6. Dermatitis de contacto
La dermatitis de contacto es un tipo de erupción cutánea típica del cuadro de dermatitis ya descrito, pero que ocurre por el contacto directo con una sustancia o por un proceso alérgico a ella. Los jabones, los cosméticos, ciertas fragancias, los metales (y derivados, como anillos y pendientes), las plantas y otros muchos compuestos más pueden provocar esta condición de la piel.
Curiosamente, esta enfermedad afecta al doble de mujeres que a hombres, y suele tener inicio entre los 12 y 16 años de edad. Una variante de ella es la dermatitis de contacto ocupacional (OCD), que se trata de una de las primeras patologías laborales en diversos sectores. Este tipo de dermatitis también es más común en aquellos individuos que ya son atópicos.
Existen 2 tipos de cuadros clínicos dentro de esta categoría:
- Dermatitis irritante de contacto: no es causada por una alergia, sino por el contacto con una sustancia irritante, ya sea por su pH, composición química u otros factores. La reacción puede ser directa o desarrollarse tras una exposición sucesiva al compuesto problemático.
- Dermatitis de contacto alérgica: en este caso, la reacción se desencadena por un alérgeno que no tiene por qué tener propiedades irritantes, como fármacos, fragancias, telas, látex, preservantes y muchos más.
El tratamiento siempre consiste en detectar el alérgeno problemático y minimizar su exposición a él. Se pueden recetar corticosteroides tópicos para cuando aparezcan las reacciones, pero es muy importante no abusar de ellos.
7. Psoriasis
La psoriasis es otra de las enfermedades de la piel más comunes. En ella, aparecen unas manchas rojas en la piel que causan picor, sobre todo en las zonas de las rodillas, los codos, el tronco y el cuero cabelludo. Es una patología crónica de larga duración que no tiene cura, pero sí se puede manejar con corticoides, retinoides, análogos de la vitamina D y otros compuestos.
Esta patología es multifactorial y muy compleja, por lo que no se puede citar un desencadenante exacto en todos los casos. De todas formas, sí que se sabe que tiene un claro componente genético, pues los gemelos homocigotos con antecedentes familiares presentan un 60 % de probabilidades de presentarla de forma conjunta a lo largo de su vida.
Esta enfermedad cutánea afecta del 1 al 3 % de la población mundial. No es grave, pero no tiene cura a día de hoy.
8. Pie de atleta (tinea pedis)
El pie de atleta es un cuadro clínico que entra dentro de la categoría de las dermatofitosis, debido a que está provocado por la infección por hongos dermatofitos. Estos microorganismos se nutren de la queratina de la epidermis y se localizan frecuentemente en uñas, ingles, espacios interdigitales, cuero cabelludo y cualquier zona con piel fina del cuerpo.
Los hongos provocan descamación, picor, escozor y ardor en el pie. Además, es una condición muy contagiosa, por lo que hay que evitar compartir calzado o material de higiene con toda persona que padezca este cuadro. Cabe destacar que las dermatofitosis afectan al 15 % de la población mundial, un 20 % si solo tenemos en cuenta a los adultos.
Los antimicóticos tópicos de venta libre suelen ser útiles en los cuadros leves. Si el patógeno no desaparece, se necesita un medicamento con receta.
9. Cáncer de las células basales y cáncer de las células escamosas
Por desgracia, entre las enfermedades de la piel más comunes tenemos que citar al cáncer. Los cánceres de las células basales y los de las células escamosas son los tipos más comunes de neoplasias cutáneas. Comienzan en la parte superficial de la piel (epidermis) y a menudo están relacionados con la exposición al sol.
Alrededor de 8 de cada 10 cánceres cutáneos son de las células basales, tal y como indica la American Cancer Society. Suelen crecer muy lentamente y rara vez provocan metástasis, pero si no se tratan, se pueden expandir de forma considerable al hueso, al músculo y a otros tejidos adyacentes.
Por otro lado, casi 2 de cada 10 cánceres cutáneos son de las células escamosas. También son bastante localizados, aunque tienen más tendencia a propagarse que los anteriores. La cirugía suele solucionar muchos de los cuadros, aunque a veces también es necesaria la radioterapia, el congelamiento, el curetaje y la electrodesecación.
10. Rosácea
La rosácea es otra de las enfermedades de la piel más comunes. En ella, aparecen en la piel enrojecimientos, vasos sanguíneos visibles y, en algunos casos, protuberancias rojas llenas de pus. Puede confundirse con el acné, pero se trata de un cuadro clínico independiente que requiere otro tipo de abordaje.
Se desconocen las causas de la rosácea, pero sí que existen ciertos desencadenantes que pueden propiciar la aparición de brotes. Entre ellos, destacamos los siguientes:
- Bebidas calientes, preparados con alcohol y comidas picantes.
- Temperaturas extremas y acciones ambientales, como el sol o el viento.
- Emociones fuertes.
- Ejercicio.
- Medicamentos vasodilatadores.
- Ciertos cosméticos.
En la mayoría de los cuadros de rosácea, se utilizan medicamentos tópicos para reducir el enrojecimiento, antibióticos orales y algunos fármacos para reducir el acné. Las terapias con láser y la fototerapia se conciben en los cuadros más severos que no responden bien a la acción farmacológica.
La rosácea es una dermatosis crónica que afecta hasta al 10 % de la población en algunas regiones.
Enfermedades de la piel comunes: un conglomerado común
Las enfermedades de la piel comunes son muy interesantes, y muchas de ellas tienen elementos clínicos similares. Sarpullidos, manchas rojas, picor y descamación son los síntomas de la mayoría de las condiciones epidérmicas. Todo cuadro de este tipo o similar amerita la visita a un médico, pues nunca se sabe si se está ante una infección o ante un cuadro autoinmunitario.
Además, muchas de estas condiciones son crónicas y no tienen cura. Si padeces psoriasis, dermatitis atópica, rosácea o patologías similares, no dudes en buscar apoyo profesional especializado. Aunque no puedes deshacerte de la enfermedad al completo, sí que es posible que los síntomas sean mucho más leves.
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