Diferencias entre diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2

La diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 son dos formas de presentación de la misma enfermedad. A pesar de todo, existen múltiples diferencias entre ellas.
Diferencias entre diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 24 junio, 2021

La diabetes mellitus es una de las enfermedades más estudiadas. En la actualidad, se han logrado identificar diferentes tipos, siendo el 1 y el 2 los principales. Ambas patologías son similares, aunque existen diferencias claras entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 que deben tenerse en cuenta.

En ambos casos, la patología se caracteriza por la presencia de niveles elevados de glucosa en sangre, generados por un error en la síntesis o en la acción de la hormona insulina. La diabetes es uno de los trastornos más frecuentes en el mundo. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) confirman que el 10,5 % de la población estadounidense la padece.

Principales diferencias entre la diabetes tipo 1 y tipo 2

Estos 2 tipos de diabetes son los más frecuentes a nivel mundial, siendo padecidos por millones de personas de todas las edades. A pesar de que ambos se caracterizan por un error en el metabolismo de la glucosa, existen diferencias entre ambas.

En términos generales, la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 difieren entre sí en la causa y la prevalencia. El tratamiento indicado, la prevención y los síntomas presentados también serán diferentes para cada una de ellas, por lo que es necesario conocer qué tipo preciso se padece.

Concepto de metabolismo de la glucosa.
Aunque el metabolismo de la glucosa está alterado en ambas versiones de la patología, algunas diferencias explican que los diabéticos tipo 1 necesiten insulina exógena y los de tipo 2, no.

Causas de ambos tipos de diabetes

Una de las principales diferencias entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 es la causa de la patología. La insulina es una hormona sintetizada por las células beta del páncreas, cuya función principal es generar el ingreso de la glucosa a las células.

La diabetes aparece cuando existe un problema con dicha hormona, por lo que el organismo presenta un estado constante de hiperglucemia. La diabetes tipo 1 encierra un defecto en la producción de insulina, por lo que el cuerpo es incapaz de sintetizarla o lo hace en muy poca cantidad.

En este caso, existe una destrucción de las células beta del páncreas por parte del sistema inmunitario, lo que ocurre por una combinación de alteraciones genéticas y factores ambientales. Estudios demuestran la importancia de la herencia en su aparición y establecen que las personas con un familiar afectado tienen un riesgo entre 5 y 15 veces mayor.

Por su parte, la diabetes tipo 2 aparece por la resistencia de los tejidos a la acción de la insulina. Es decir, la hormona no ejerce su efecto de forma adecuada. Debido a esto, el páncreas sintetizará cantidades mayores. Sin embargo, las células se atrofiarán al cabo de un tiempo.

La diabetes tipo 2 está muy relacionada al estilo de vida de las personas. El sobrepeso y la obesidad son las principales causas. Las personas con estas condiciones tienen glucemias elevadas de forma constante, lo que hace que los tejidos pierdan la sensibilidad a la insulina.

Prevalencia de la diabetes tipo 1 y tipo 2

Otra de las grandes diferencias entre la diabetes tipo 1 y tipo 2 es la prevalencia de la patología. En primer lugar, la diabetes tipo 2 es la forma de presentación más frecuente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misma puede afectar hasta al 90 % de todas las personas diabéticas del planeta.

La diabetes tipo 2 suele ser diagnosticada en la adultez, no obstante, el número de casos en niños y adolescentes ha aumentado en los últimos años. Por su parte, la diabetes tipo 1 representa el 10 % de los casos restantes y suele diagnosticarse en la niñez, sobre todo entre los 5 y 15 años.

Síntomas presentados

Los síntomas de las personas con diabetes tipo 1 suelen ser más evidentes y se caracterizan por un aumento del apetito o polifagia, sed excesiva o polidipsia y aumento del volumen miccional o poliuria. Los pacientes también pueden presentar variaciones en el peso, bien sea disminución o aumento del mismo.

En la mayoría de los casos, el diagnostico de la diabetes tipo 1 se hace después de una hiperglucemia brusca y aguda, la que se puede manifestar como un cuadro de cetoacidosis. En esta condición, el cuerpo degrada la grasa muy rápido y la transforma en compuestos llamados cetonas, lo que disminuye el pH sanguíneo y genera acidosis.

Por su parte, los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen ser menos evidentes. En este caso, el diagnóstico se realiza tras la medición aleatoria de los niveles de azúcar en sangre, los que estarán muy elevados.

Tratamiento de la enfermedad

Una de las diferencias más importantes entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2 es la forma de tratar la enfermedad. En la primera de ellas se debe administrar insulina de forma exógena para mantener la glucemia en valores normales.

Por otro lado, el tratamiento de la diabetes tipo 2 es más complejo y estará orientado a la realización de cambios en el estilo de vida. De esta manera, se busca que los pacientes sean más activos físicamente y sigan una dieta saludable para reducir los niveles de glucosa. La idea es eliminar los principales factores de riesgo, como el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo.

Cuando estas medidas no son suficientes para controlar la glucemia será necesario el uso de medicamentos. Por fortuna, existe una gran cantidad de fármacos hipoglucemiantes disponibles en el mercado, los que vienen en variadas presentaciones. De esta manera, los pacientes con diabetes tipo 2 tienen múltiples opciones terapéuticas.

Insulina para la diabetes.
La insulina para la diabetes tipo 1 se administra vía parenteral. No existe la forma oral de la hormona.

Prevención de los tipos de diabetes

Por desgracia, no se ha logrado determinar ninguna medida efectiva para la prevención de la diabetes tipo 1, por lo que una persona padecerá la enfermedad si tiene predisposición genética. No obstante, el tratamiento y el control médico adecuado pueden enlentecer la aparición de las complicaciones.

Por su parte, la prevención de la diabetes tipo 2 es posible y tan solo será necesario eliminar la mayor cantidad de factores de riesgo presentes. Múltiples estudios muestran que una dieta balanceada y el ejercicio continuo pueden reducir hasta un 70 % el riesgo del padecimiento.

Una enfermedad que cambia tu vida

A pesar de las diferencias entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, ambas son patologías crónicas que cambian la vida de quien las padece y de las personas que los rodean. Los pacientes deben adoptar ciertas modificaciones después del diagnóstico.

En términos generales, se debe llevar una dieta estricta y balanceada, así como aumentar la actividad física diaria. También es importante un monitoreo constante de la glucemia y la correcta adhesión al tratamiento. Cada situación particular es diferente.



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