Dieta para la enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn pertenece al conjunto de las enfermedades inflamatorias intestinales, por lo que la dieta tiene un rol preponderante. La fisiopatología no está clara y todavía existen muchas incógnitas al respecto, aunque se propone un cambio en la alimentación como mecanismo clave para abordar el problema y sus síntomas.
Hay que tener en cuenta que cuando no se plantea un tratamiento dietético, la sintomatología de la enfermedad de Crohn se puede agudizar, afectando el bienestar. Incluso podrían llegar a experimentarse estados de desnutrición.
Beneficios de una dieta adecuada en la enfermedad de Crohn
Realizar ajustes alimenticios consigue generar un mejor manejo de la enfermedad de Crohn. Además, se previene la progresión de la patología, aunque cabe destacar que tiene una determinación genética importante. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Gastroenterology Clinics of North America.
Según los expertos, es fundamental incrementar el aporte de fibra en la dieta para prevenir el desarrollo de brotes que puedan desencadenar síntomas severos. No obstante, mientras duren los síntomas agudos puede ser preciso reducir el aporte de esta sustancia.
De todos modos, hay que diferenciar las clases de fibra que se pueden encontrar en la dieta. Por un lado está la insoluble y por otro la soluble.
La primera consigue mejorar la eficiencia del tránsito intestinal, mientras que la segunda fermenta en el tubo, sirviendo de sustrato energético para las bacterias que conforman la microbiota. Este segundo efecto podría ser clave en el manejo de la enfermedad de Crohn.
Conseguir recuperar la funcionalidad y la diversidad de la microbiota intestinal generaría digestiones más sencillas, con un aprovechamiento óptimo de los nutrientes. No obstante, existen muchas dudas sobre la relación exacta entre la microbiota y esta patología.
Algunos ensayos, como el publicado en la revista Microbiome, afirman que un trasplante de flora podría resultar un tratamiento eficaz. Sin embargo, faltan revisiones y metaanálisis que lo confirmen y propongan un protocolo de intervención concreto.
¿Cómo plantear la dieta para la enfermedad de Crohn?
Uno de los principios básicos de la dieta para la enfermedad de Crohn es el aporte de alimentos de fácil digestión. Esto no quiere decir renunciar a la fibra, sino asegurar un buen cocinado de los vegetales para facilitar la fermentación. Hay que tener en cuenta que los alimentos crudos requieren de un mayor esfuerzo por parte del sistema digestivo.
Asimismo, puede ser positivo plantear una alimentación libre de FODMAP’s para facilitar la función del estómago y del intestino, lo que contribuiría a reducir la frecuencia de los brotes. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nutrients, la mayor parte de los pacientes responden correctamente a este tipo de patrón dietético.
Es importante evitar los ultraprocesados industriales y todos aquellos productos con alto contenido en azúcares añadidos y en grasas. Esta clase de productos son difíciles de digerir, por lo que pueden agravar los síntomas. Por otra parte, podrían alterar la composición de la microbiota intestinal..
También hay que evitar el uso de edulcorantes artificiales, puesto que reducen la diversidad de la flora. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista EXCLI Journal. Son capaces de incrementar el riesgo de desarrollar disbiosis, lo que podría empeorar el proceso digestivo.
Duración de la dieta
Lo óptimo es plantear dos vertientes para la dieta en la enfermedad de Crohn. Por un lado estará la variante que se utilizará en ausencia de síntomas, existiendo otra opción para cuando hay brote agudo. En este segundo caso conviene reducir el consumo de fibra, asegurando el buen cocinado.
De todos modos, hay que tener en cuenta que la tolerancia a los alimentos durante la enfermedad de Crohn es muy individual. Esto quiere decir que no a todo el mundo le sientan bien los mismos productos. Por norma general, y en ausencia de síntomas, una dieta con alto contenido en fibra y en vegetales cocinados suele generar buenos resultados. Pero hay excepciones.
Lo cierto es que hay que asegurar un correcto aporte de nutrientes en la alimentación diaria, ya que los déficits resultan contraproducentes. Una vez que se plantea y se calibra una dieta adecuada, según las necesidades individuales, lo óptimo sería sostenerla de por vida.
En casos excepcionales se pueden proponer protocolos temporales más estrictos para el tratamiento de la disbiosis intestinal (en caso de haberla) o después de una cirugía intestinal. No obstante, ambos son circunstanciales.
¿Qué comer si se padece la enfermedad de Crohn?
Elegir correctamente los alimentos que se introducen en la dieta en la enfermedad de Crohn es clave para mejorar la calidad de vida. Es importante que la alimentación esté adaptada a los gustos individuales para generar buena adherencia.
En el caso de que el paciente detecte que un alimento en concreto le provoca brotes o síntomas, será necesario restringirlo automáticamente de la pauta. Este tipo de productos suelen ser ultraprocesados industriales o algún embutido de difícil digestión.
Como norma general, la fruta pelada, el arroz blanco y los cereales, los lácteos desnatados, las carnes magras, los tubérculos, los huevos y los pescados suelen generar buenas sensaciones. Por el contrario, la fruta con piel, los vegetales crudos, los ultraprocesados, las crucíferas, los lácteos enteros, los cereales integrales, los aceites y los edulcorantes empeoran la patología.
Es importante evitar en cualquier contexto los azúcares simples, los refrescos y el alcohol, ya que este tipo de sustancias incrementan el riesgo de sufrir brotes. También el café suele sentar mal a quienes han desarrollado enfermedad de Crohn.
El cocinado de las verduras
En la dieta para la enfermedad de Crohn han de aparecer vegetales. Sin embargo, el contenido en fibra de los mismos y el tipo de cocción al que han sido sometidos pueden condicionar su digestión posterior. En este sentido, es importante evitar aquellos que se encuentren crudos o con piel.
Las cocciones lentas y en agua facilitan la digestión, por lo que podrán ser introducidos después sin dificultad. Eso sí, tanto las crucíferas como las legumbres ocasionan problemas y sensación de hinchazón o gases.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que algunas personas con enfermedad de Crohn pueden desarrollar también intolerancia o sensibilidad al gluten no celíaca. El hecho de retirar la proteína de la dieta podría generar beneficios. No obstante, la literatura científica apunta a que este mecanismo resulta más ventajoso en el caso de la enfermedad de colon irritable.
Métodos de cocción
Es importante elegir métodos de cocción poco grasos y que no generen residuos en la dieta para la enfermedad de Crohn. Se debe evitar el uso de mantequillas para realizar frituras, así como grandes cantidades de aceites vegetales. Lo óptimo es utilizar la plancha, el horno, el vapor o la cocción con agua.
Algunos métodos de cocinado como las brasas y los ahumados pueden desencadenar síntomas, ya que se consideran agresivos para el sistema digestivo. Cuentan con una serie de subproductos de desecho de carácter tóxico.
La importancia de la hidratación
Otro punto clave en la dieta para enfermedad de Crohn es mantenerse correctamente hidratado. Para ello hay que utilizar agua mineral como bebida principal, procurando que esté fresca para agilizar el vaciado gástrico. Es fundamental evitar el alcohol y la cafeína, ya que ambos compuestos son irritantes.
Del mismo modo, cualquier bebida con gas puede empeorar los síntomas de la patología y precipitar un brote. Así lo evidencia un artículo publicado en el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
Suplementos
Es posible valorar la inclusión en la pauta de algunos suplementos nutricionales para conseguir evitar carencias. No obstante, conviene consultarlo con un especialista en nutrición. El profesional podrá realizar una valoración del estado general, recomendando los productos óptimos.
Algunos de los suplementos propuestos podrían estar destinados a mejorar la salud del epitelio intestinal. Un ejemplo sería la vitamina C, muy ligada con la síntesis endógena de colágeno.
Asimismo, se puede plantear la suplementación con probióticos para evitar los problemas asociados a la enfermedad de Crohn, como las diarreas. Si bien existe controversia acerca de la utilización de estos microorganismos como tratamiento, podrían ser útiles para reducir los síntomas.
Plantear una buena dieta en la enfermedad de Crohn es esencial
Es muy importante planificar correctamente la dieta en el contexto de la enfermedad de Crohn. De este modo, se pueden reducir los síntomas y evitar la progresión de la patología, disminuyendo también los brotes.
El manejo de la cantidad de fibra consumida será esencial para asegurar el éxito, ya que los requerimientos pueden variar según el estadio de la enfermedad. Por último, ciertos suplementos se pueden introducir en la dieta para mejorar el manejo.
Se está estudiando mucho en los últimos años el efecto de distintas cepas de probióticos, aunque todavía no se ha identificado una que verdaderamente genere un beneficio significativo.
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