Diarrea: síntomas, causas y tratamiento
Los trastornos gastrointestinales son un problema común en la sociedad actual y nadie está exento de ellos. Uno de los síntomas típicos de este tipo de patologías es la diarrea. Las características de la misma son muy variables, pudiendo desaparecer a los pocos días o durar varias semanas.
La diarrea se define como un aumento en la cantidad y la frecuencia de las deposiciones fecales, las cuales deben pesar más de 250 gr por día, y tener una consistencia líquida, blanda o pastosa. Este síntoma representa un gran peligro para los niños pequeños, siendo la segunda causa de muerte global en menores de 5 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las personas que padecen este síntoma pierden mucho líquido producto del aumento en la cantidad de las deposiciones diarias, por lo que son propensas a sufrir deshidratación severa. Además, también existe el riesgo de padecer acidosis metabólica, hipocalemia o hipomagnesemia, debido a la pérdida de electrolitos.
¿Cuáles son las causas de la diarrea?
Para poder identificar las causas más frecuentes de este síntoma, resulta conveniente dividirlo en 2 grupos de acuerdo a su duración. En este sentido, la diarrea aguda será aquella que tenga una duración menor a 2 semanas, mientras que la diarrea crónica tendrá una duración mayor, con lapsos asintomáticos.
La forma de presentación aguda es la más frecuente de todas, apareciendo producto de infecciones virales, parasitarias o bacterianas en la mayoría de los casos. Una de estas infecciones es la gastroenteritis, la cual suele ser causada por diversos virus pertenecientes a la familia de los norovirus.
Por otro lado, la gastroenteritis también es causada por bacterias como Escherichia coli y por parásitos como Giardia intestinalis. Todos estos microorganismos se encuentran contaminando los alimentos y las fuentes de agua, por lo que pueden ser ingeridos por los humanos. Otras causas frecuentes de diarrea aguda son las siguientes:
- Ingesta de medicamentos como los antibióticos.
- Intolerancia a la lactosa.
- Consumo excesivo de fructosa.
- Algunas cirugías abdominales.
La presencia de diarrea crónica es menos frecuente y se estima que afecta a poco más del 5 % de la población mundial. Esta forma de presentación es un claro indicio de la existencia de algún problema intestinal, entre los cuales destacan los siguientes:
- Enfermedad de Crohn.
- Colitis ulcerosa.
- Enfermedad celíaca.
- Síndrome del colon irritable.
- Cáncer de colon.
Tipos de diarrea
De acuerdo a su fisiopatología, la diarrea puede dividirse en 4 tipos diferentes. Cada uno de estos tiene su propio mecanismo de producción, además, las deposiciones también cuentan con características específicas que ayudan al especialista a la hora de realizar el diagnóstico.
Inflamatoria
Muchos microorganismos tienen la capacidad de invadir la mucosa intestinal, produciendo así una diarrea inflamatoria. Los agentes patógenos pueden ingresar a las células epiteliales de la mucosa y, una vez dentro, causarán la destrucción de las mismas.
Dicho proceso causará un aumento en el líquido del lumen intestinal, además, también se activará el sistema inmunitario que favorecerá la inflamación. De esta manera, las deposiciones serán acuosas, con presencia de sangre y moco, producto de la inflamación.
Secretora
Algunas bacterias son capaces de producir diversas toxinas que alteran la correcta absorción de agua por parte de las células intestinales. Un ejemplo de ello es Vibrio chorelae (agente causal del cólera), capaz de producir una sustancia que genera la apertura de los canales de cloro, aumentando la secreción de líquidos hacia el lumen intestinal.
Por otro lado, algunas cepas de Escherichia coli son capaces de producir una toxina que impide la absorción de agua, por lo que genera una diarrea secretora. Las características de las heces son inconfundibles, ya que las mismas serán líquidas, sin presencia de moco ni de sangre.
Osmótica
La diarrea osmótica está caracterizada por la presencia de un soluto de gran densidad en la luz intestinal, el cual no puede ser absorbido por las células de la mucosa. La concentración elevada en la luz intestinal atraerá el agua contenida dentro de las células a través de un proceso llamado ósmosis.
Esta forma de presentación es característica de pacientes con intolerancia a la lactosa o con algunas infecciones parasitarias. De esta manera, las heces pueden ser acuosas o pastosas y con presencia de moco en algunos casos.
La diarrea osmótica puede ser desencadenada, inclusive, por algunas bebidas comerciales.
Mecánica
La misma está caracterizada por un aumento en la motricidad intestinal con un aumento en el peristaltismo. Esto causará un mayor movimiento intestinal y que el número de deposiciones diarias aumente. Este tipo de diarrea se presenta en patologías como el síndrome del intestino irritable y el hipertiroidismo.
Síntomas
Es importante aclarar que la diarrea es un síntoma y no una enfermedad. El tiempo de duración del cuadro clínico puede variar dependiendo de si se trata de una patología de curso agudo o crónico, sin embargo, suele desaparecer al cabo de unos días en la mayoría de los casos.
Las características de las deposiciones fecales también son distintas, y dependerán de los mecanismos de producción mencionados y del agente causal. Es importante destacar que los pacientes que presentan diarrea también pueden referir algunos de los siguientes síntomas:
- Calambres y dolor abdominal.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Fiebre.
- Necesidad urgente de defecar.
Un caso de diarrea profusa puede deshidratar a los pacientes de forma rápida, sobre todo si se trata de niños o de personas con alguna patología previa. Por ello, es importante prestar atención a cualquier síntoma de deshidratación, sobre todo a la aparición de alteraciones de la conciencia.
Diagnóstico
El objetivo del especialista será identificar la causa del síntoma en sí para poder indicar un tratamiento eficaz, por lo que será necesario indagar sobre la circunstancia de su aparición. En este sentido, el médico preguntará sobre los viajes realizados, los alimentos ingeridos y los medicamentos consumidos.
El especialista también deberá preguntar acerca de las heces, ya que las características de las mismas como la frecuencia, la consistencia, el color y la presencia de moco o sangre ayudarán al diagnóstico. Por último, es común que se ordene la realización de un examen de heces en búsqueda de bacterias, parásitos u otros signos de enfermedad.
Tratamiento para la diarrea
Por desgracia, no existe un tratamiento específico para la diarrea, por lo que la terapéutica a seguir consiste en tratar la patología de base y prevenir las complicaciones. En este sentido, la Asociación Española de Pediatría recomienda una rehidratación oral en lugar de intravenosa.
Una rehidratación oral adecuada minimizará la perdida de líquidos y electrolitos, previniendo así múltiples complicaciones. También se ha demostrado que la utilización de probióticos ayuda a disminuir los efectos de la diarrea y favorece la desaparición de la misma.
Por otro lado, los fármacos inhibidores de la motilidad intestinal pueden ser utilizados por los adultos para disminuir la frecuencia de las deposiciones; sin embargo, la utilidad de los mismos no está comprobada en los niños.
Medicamentos naturales
Existen múltiples plantas y compuestos naturales que pueden ayudar a tratar la diarrea, siendo la manzanilla uno de ellos. Algunos estudios demuestran que esta planta posee propiedades antiinflamatorias, antisépticas y bacteriostáticas, por lo que un té de manzanilla puede ayudar a aliviar los síntomas de una gastroenteritis.
Además, este artículo de revisión recalcó el hecho de que ingerir agua de arroz puede ayudar a la rehidratación del paciente y a disminuir la duración de la diarrea en enfermedades como el cólera. Esto se debe a que se añade más sustrato a la luz intestinal y se favorece la absorción de agua mediada por glucosa.
Diarrea: un problema de salud prevenible
La mayoría de los casos de diarrea alrededor del mundo son producidos por infecciones virales, bacterianas o parasitarias. Por ello, medidas simples como el lavado de manos antes de comer, una cocción completa de los alimentos y la adecuada higiene de los mismos reduce la probabilidad de padecer este síntoma.
Cuando se realicen viajes a países con condiciones sanitarias deficientes es recomendable solo ingerir agua embotellada y limpiar los alimentos que se ingieren. Por otro lado, existen múltiples vacunas que deben ser aplicadas en los niños para prevenir las enfermedades diarreicas.
La diarrea no suele ser un signo de alarma en adultos sanos, sin embargo, se debe consultar al médico si existe fiebre elevada, sangre en las heces o deposiciones muy frecuentes. No obstante, cuando el síntoma aparece en niños se debe buscar atención médica de forma inmediata, con la finalidad de evitar la deshidratación.
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