¿Cómo se diagnostica el acné?
El acné es una enfermedad cutánea caracterizada por la aparición de lesiones tipo comedones y pústulas en regiones como la cara, el pecho y la espalda. Esta patología es uno de los motivos de consulta más frecuentes en el área de la dermatología. ¿Deseas saber cómo se diagnostica el acné? ¡Sigue leyendo!
La enfermedad en cuestión puede aparecer por diversas causas, estando muy relacionada con la obstrucción de los poros cutáneos y variaciones hormonales. El acné aparece generalmente en zonas visibles de la piel y cursa con un proceso inflamatorio característico, por lo que es muy fácil de reconocer.
Algunos estudios establecen que esta patología puede llegar a afectar hasta al 85 % de los estadounidenses en algún momento de su vida. En este sentido, es posible decir que se trata de una de las patologías más fáciles de reconocer y que la población general suele autodiagnosticar sin necesidad de acudir al especialista.
¿Cómo se diagnostica el acné?
El acné es una de las enfermedades más comunes, sobre todo en los adolescentes. Su alta prevalencia hace que sea una patología muy fácil de diagnosticar, incluso si no se tienen los conocimientos médicos adecuados.
A pesar de que una persona se pueda diagnosticar la enfermedad de forma precisa, siempre es necesario acudir al dermatólogo. Solo el especialista estará en la capacidad de realizar un diagnóstico preciso del tipo de acné que se padece e iniciar el tratamiento adecuado para el mismo.
Ahora quizás te preguntes, ¿cómo el dermatólogo diagnostica el acné? El mismo se vale de la realización de una historia clínica adecuada y de una inspección precisa de las lesiones. Ambos pasos son fundamentales a la hora de diferenciar el acné de alguna otra patología.
Historia clínica e interrogatorio
La historia clínica es una de las herramientas fundamentales de todo médico, en la que se plasman diversos datos personales del paciente. Dichos datos son de utilidad a la hora de diagnosticar una enfermedad y de establecer la terapéutica a seguir para lograr la resolución de la misma.
En el caso específico del acné, el médico primero deberá indagar acerca de la aparición de las lesiones y de las zonas afectadas. También es importante determinar la presencia de alguna patología asociada al acné como el síndrome de ovarios poliquísticos o el consumo de fármacos como los corticoides.
Por otro lado, el especialista deberá preguntar si algún familiar cercano padeció de acné en cualquier momento de su vida. Esto se debe a que ciertos estudios han demostrado la relación existente entre ciertos genes y la presencia de acné en algunos adolescentes.
Examen físico
El examen físico del acné es un procedimiento más rápido y simple que la realización de la historia clínica. El mismo consistirá en la inspección de las lesiones y de la zonas afectadas. Lo más recomendable es que estas lesiones no se manipulen de forma manual ya que pueden generar un mayor daño en la piel.
La inspección ayudará al dermatólogo a evaluar la severidad del proceso inflamatorio y determinar el estadío de la enfermedad. El especialista también deberá buscar signos de otras patologías que puedan explicar la presencia del acné como el aumento de ciertas hormonas o el embarazo.
Estudios de laboratorio
Un dermatólogo diagnostica el acné con tan solo emplear los dos pasos ya descritos. De esta manera, los cultivos de las lesiones, los análisis de laboratorio y los estudios de imagen no suelen ser necesarios en la inspección de rutina.
Existen ciertas excepciones a esta regla general, las cuales son importantes tenerlas en cuenta. El dermatólogo puede indicar un cultivo de las lesiones en aquellos casos donde el acné es muy severo y no mejora con el tratamiento habitual. Esto con la finalidad de determinar el agente etiológico y tratar de erradicarlo con un medicamento más agresivo.
Los análisis de los niveles hormonales en sangre solo están indicados en aquellos pacientes que posean signos de exceso de andrógenos. Además, los exámenes imagenológicos como la tomografía computarizada solo se indicarán cuando se sospeche la presencia de algún tumor que explique los desbalances hormonales.
¿Cuáles son los diagnósticos diferenciales?
A pesar de que el acné se diagnostica de forma rápida y sencilla, las lesiones que presenta la enfermedad pueden confundirse con otras patologías. Todas estas afecciones cuentan con un tratamiento diferente, por lo que es muy importante aprender a diferenciarlas una de otra.
Una de las patologías que puede confundirse con el acné es la rosácea, también conocida como acné de los adultos. La misma no es más que el enrojecimiento de la piel del rostro con la posterior aparición de pápulas y pústulas.
La foliculitis puede confundirse con el acné. No es más que la inflamación e infección de uno o varios folículos pilosos. Dicha afección en más frecuente en los hombres que poseen piel grasa y una barba abundante. Otras afecciones con las que se debe hacer un diagnóstico diferencial son las siguientes:
- Algunos tipos de dermatitis.
- Aumento del tamaño de las glándulas sebáceas.
- Queratosis pilaris.
- Erupciones alérgicas o por el consumo de fármacos.
Una patología fácil de diagnosticar
Al ser el acné una de las patologías más comunes, millones de personas saben exactamente como luce, por lo que se diagnostica de forma rápida. En la mayoría de los casos, solo es necesario inspeccionar el área afectada para confirmar la presencia de la enfermedad y el grado en el que se encuentra.
Esta enfermedad puede dejar cicatrices severas en la zona afectada, por lo que es de vital importancia mantener un control constante con el dermatólogo. Solo este especialista estará en la capacidad de inspeccionar e indicar el tratamiento adecuado para el acné, con el fin de evitar las consecuencias estéticas.
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