Celiaquía: síntomas, causas y tratamiento

Introducir gluten en el organismo de un celíaco genera una inflamación del tubo digestivo que pone en marcha sintomatología relacionada con la aparición de vómitos y diarreas.
Celiaquía: síntomas, causas y tratamiento
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 01 enero, 2021

La celiaquía es una enfermedad que cursa con una imposibilidad de consumir gluten debido a los efectos adversos a nivel intestinal que genera en dichos pacientes la proteína. Condiciona mucho los hábitos de vida de quien la padece.

Sin embargo, padecer celiaquía no se considera peligroso para la salud en la mayor parte de los casos. Solo es necesario tomar ciertas precauciones para evitar la ingesta de la proteína, lo que sí podría incrementar el riesgo de desarrollar problemas intestinales complejos.

Causas de la celiaquía

Esta patología está causada por un desorden a nivel inmunitario generado a partir de un error en el ADN. No se produce a lo largo de la vida, sino que aparece tras el nacimiento. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Autoimmunity Reviews.

De hecho, se suele tratar de un problema hereditario. Si los progenitores padecen la enfermedad es superior el riesgo de que los descendientes nazcan con dicho trastorno.

No obstante, es posible que, a pesar de existir la patología, se mantenga en estado latente durante una buena parte de la vida del sujeto, comenzando a manifestarse los síntomas a partir de la adolescencia o de la edad adulta. Sin embargo, si se analiza la mucosa digestiva de los niños celíacos que no son sintomáticos y que consumen gluten se pueden observar alteraciones significativas. También a nivel del epitelio del intestino.

Lo que genera dicha enfermedad es una reacción inflamatoria a nivel intestinal cada vez que el gluten se introduce en el organismo, según aclaran los expertos en nutrición. Hay que tener en cuenta que el consumo repetido de la proteína en pacientes con celiaquía incrementa el riesgo de inflamación crónica del tubo digestivo, lo que promociona el desarrollo de otras enfermedades, como el síndrome del colon irritable.

Síntomas de la celiaquía

Los síntomas de la celiaquía son muy claros y no se suelen confundirse con ninguna otra patología. Estos comprenden un conjunto de manifestaciones a nivel gastrointestinal entre las que se encuentran los vómitos, las diarreas, los gases, la hinchazón y el dolor abdominal. Incluso es posible que se detecte sangre en las heces cuando el consumo de gluten es repetido o cuando la sensibilidad a la proteína es muy alta.

Cabe destacar, de todos modos, que no todos los pacientes cuentan con el mismo grado de afectación después de la ingesta de gluten. Algunos simplemente experimentan molestias, mientras que otros desarrollan un cuadro que en ocasiones puede recordar al de una alergia alimentaria. A pesar de todo, también dependerá de la cantidad de la proteína que se haya introducido.

De todos modos, es frecuente que los síntomas varíen a lo largo de la vida de un paciente. En la infancia son más habituales los retrasos en el crecimiento, la distensión abdominal, la leucopenia y las diarreas. Sin embargo, en la edad adulta se puede detectar también cefaleas, hepatitis, anemias, dermatitis e incluso depresión.

Hay que tener en cuenta que la propia patología puede llevar asociado un incremento del riesgo de presentar déficits nutricionales de otro tipo. Por ejemplo, existen algunos estudios que detectaron que la celiaquía podría acompañarse en ocasiones de malabsorción del hierro, lo que termina desembocando en una situación de anemia.

Alimentos sin gluten para la celiaquía.
La dieta para estos pacientes se debe basar en la eliminación del gluten.

Tratamiento de la celiaquía

A día de hoy la celiaquía se considera una patología crónica. No existe una solución definitiva ni un fármaco comercializado que consiga paliar el problema de forma eficiente.

Todas las investigaciones sobre el tratamiento apuntan a la necesidad de retirar el gluten de la dieta. No obstante, se espera que con los avances en ingeniería genética se consiga desarrollar una técnica para revertir el problema. Bastantes esperanzas están puestas en el sistema CRISPR por su capacidad para modificar la información genética.

Cabe destacar que todavía no se conocen con un alto grado de detalle todos los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad. También existen dudas sobre los genes que determinan la aparición. Será necesaria tecnología más avanzada y un conocimiento profundo del organismo humano para avanzar.

De todos modos, muchos de los tratamientos dietéticos actuales se basan en evitar la introducción de gluten en el tubo digestivo y en satisfacer las demandas nutricionales del organismo. Hay que tener en cuenta que la celiaquía conlleva una restricción dietética fuerte, sobre todo a nivel de alimentos con alto contenido en carbohidratos.

Dieta para los celíacos

Es importante conocer los productos presentes en la naturaleza capaces de contener gluten en su composición. Destacan el trigo, la cebada, el centeno, la avena, la espelta y el triticale. Por ello, cualquier producto industrial que contenga estos granos en cualquiera de sus variantes será muy probable que presente gluten en su interior.

Los pacientes con la enfermedad han de fijarse en el etiquetado de los comestibles industriales para identificar aquellos que son aptos para su consumo en caso de presentar la patología. Los dulces y la bollería suelen ser de alto riesgo. Por fortuna, existen variedades comercializadas sin gluten con una declaración en el envase.

Deficiencias nutricionales durante la celiaquía

Es frecuente experimentar problemas de malabsorción de minerales de forma complementaria a la celiaquía. El hierro, el calcio y el ácido fólico suelen presentar deficiencia en dicha situación, del mismo modo que algunas vitaminas liposolubles. Por este motivo es crucial realizar analíticas periódicas en las que se identifiquen los déficits.

Entre todos preocupa el de vitamina D. Dicho nutriente liposoluble cuenta con un papel crucial a la hora de modular la inflamación, también en el plano intestinal. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition.

Por otra parte, una absorción deficiente de calcio también genera problemas para la funcionalidad. Se ha demostrado que este mineral resulta indispensable para asegurar la densidad ósea, lo que se traduce en un menor riesgo de fracturas durante la edad adulta y la vejez.

En el caso de confirmarse la existencia de problemas de malabsorción asociados a la celiaquía habría que valorar la necesidad de suplementación o de introducción de los nutrientes por vía intravenosa.

Diagnóstico de la celiaquía

Para diagnosticar la celiaquía es importante recurrir a una serie de pruebas realizadas por un especialista. Lo primero que se suele llevar a cabo es una serología en la que se determina la existencia de anticuerpos. En el caso de que se detecten aquellos relacionados con una atrofia de las vellosidades intestinales se podrá confirmar la existencia de la enfermedad.

Además, es fundamental realizar una historia clínica completa. En el caso de que existan familiares de primer grado que hayan desarrollado la patología, el riesgo de presentarla se incrementa. Del mismo modo, las posibilidades aumentan cuando se presentan otros trastornos de tipo autoinmune, como pueden ser el lupus o la artritis.

Lo que está claro es que es necesaria la intervención de un profesional para detectar el problema y para informar de las soluciones dietéticas pertinentes. En el caso de desarrollar sintomatología asociada al sistema digestivo, sobre todo después del consumo de cereales o de derivados de los mismos, habrá que acudir al médico para realizar las pruebas oportunas.

Alimentos prohibidos en celiaquía.
Los alimentos compuestos por trigo, avena, cebada y centeno deben eliminarse de la dieta de estos pacientes.

Precauciones dietéticas

Además de no introducir en la dieta alimentos que contengan gluten como tal, los pacientes con celiaquía han de tener mucho cuidado con las contaminaciones cruzadas. El hecho de utilizar los mismos utensilios o recipientes para manipular o cocinar alimentos con y sin gluten puede generar que restos de las proteínas acaben dentro del organismo.

Por ello, estos pacientes han de informar de su condición cuando vayan a comer a un restaurante, para que no frían su comida con el mismo aceite que han usado para cocinar un producto rebozado. Las precauciones son muy necesarias en estos casos, ya que las consecuencias del consumo de gluten en celíacos son graves.

Además, como ya hemos comentado, es fundamental estar muy atento a los alérgenos declarados en los alimentos de origen procesado. Las industrias están obligadas a declarar si sus productos cuentan con trazas de gluten o no. De este modo, el paciente podrá saber si es seguro consumir el comestible en cuestión.

Celiaquía: una enfermedad que condiciona la dieta

Padecer celiaquía condiciona la dieta y los hábitos para toda la vida. No se cuenta con más solución para dicho problema que retirar completamente la proteína de la alimentación. Además, es importante estar muy atento a los etiquetados nutricionales y a las declaraciones de alérgenos.

Por otra parte, es necesario realizar un control periódico de la disponibilidad de nutrientes en sangre para detectar posibles malabsorciones. De lo contrario, podrían incurrirse en déficits que incrementen el riesgo de desarrollar patologías crónicas a medio plazo.

No debes olvidar que también han de realizarse pruebas rutinarias que permitan asegurar la salubridad intestinal. Las asociaciones entre la celiaquía y otros trastornos son preocupantes, por lo que un diagnóstico precoz resulta crucial.



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