¿Qué puede causar un bulto en el paladar y cómo tratarlo?
Encontrar un bulto en el paladar suele generar preocupación y temores. Las protuberancias en esta parte de la cavidad bucal pueden surgir por distintas causas y tener diferentes naturalezas, algunas más benignas que otras.
Para determinar con exactitud de qué se trata es preciso visitar al odontólogo. Con el examen clínico y los estudios complementarios, el profesional podrá arribar a un diagnóstico y planificar el tratamiento adecuado. Veamos las causas más comunes de estas lesiones y cómo pueden solucionarse.
¿Cómo se ve el paladar?
Para estar atentos a las lesiones en el paladar, es necesario saber cómo se ve esta estructura de manera normal. Esta zona constituye la pared superior del interior de la cavidad bucal, por eso también se lo conoce como techo de la boca.
Una revisión publicada en Research, Society and Development explica que la región palatina es una zona muy vascularizada e inervada, formada por una estructura dura en la parte anterior y una porción blanda por detrás. Está conformada por huesos, nervios, vasos sanguíneos, glándulas salivales, elementos musculares, mucosos y membranosos.
La parte dura, constituida por los huesos maxilares superiores y palatinos, está revestida de una mucosa gruesa y con estrías de color rosa pálido. La presencia de un bulto en el paladar puede tener su origen en cualquiera de los tejidos que conforman el techo de la boca. Por eso es importante que un especialista analice de qué se trata.
¿A qué se deben los bultos en el paladar?
La presencia de protuberancias en el paladar no es algo normal. Estas lesiones necesitan atención médica para determinar su origen y saber cómo proseguir. Si notas una dureza o agrandamiento en esta zona de la boca, es importante acudir a un especialista.
El profesional examinará la ubicación, la forma, el color, los límites, la consistencia y la movilidad del bulto. Además, en algunos casos serán necesarias radiografías, resonancias magnéticas, análisis de muestras del tejido o biopsias para llegar a un diagnóstico preciso.
La mayoría de los bultos en el paladar son inofensivos, pero es necesario tener un diagnóstico certero para saber cómo actuar. A continuación, te contamos las causas más habituales de estas lesiones y cómo se tratan.
1. Torus palatino
Como detalla un artículo publicado en Journal of Oral Medicine and Oral Surgery, el torus palatino es un tumor óseo benigno, de consistencia dura, que se eleva en el medio del paladar. Algunas personas lo presentan desde el nacimiento, aunque también puede aparecer a posterioridad.
En general, obedece a causas genéticas, aunque fuerzas masticatorias y disfunciones podrían favorecer su desarrollo y crecimiento. Es probable que aumenten de tamaño de manera lenta a lo largo de la vida. No duelen y, en general, no generan molestias.
El torus es un bulto en el paladar benigno y sin dolor, por lo que no requiere tratamiento. Aunque, en algunos casos, sí interfiere en el habla, la deglución o la colocación de una prótesis dental, se puede eliminar de forma quirúrgica.
2. Perlas de Epstein y nódulos de Bohn
Las perlas de Epstein y los nódulos de Bohn son pequeñas inflamaciones en el paladar que se presentan en los recién nacidos. Las primeras resultan del atrapamiento del epitelio durante el desarrollo del paladar. En cuanto a los segundos, se cree que son restos de glándulas salivales.
Como señala un artículo en StatPearls Publishing, en la actualidad se usa el término de «quistes palatinos» para referirse a ambas entidades. Se ven como pequeñas protuberancias de coloración amarillo blanquecina y su ubicación más común es en la unión entre el paladar duro y el blando, cerca de la línea media. Son benignos, indoloros y desaparecen de manera espontánea unas semanas después del nacimiento.
3. Hiperodoncia
La hiperodoncia es una condición en la que se desarrollan más elementos dentarios de lo normal. Si hay un diente de más alojado en el paladar, se puede manifestar con un bulto doloroso. Suele aparecer con frecuencia por detrás de los dientes frontales, en la zona premaxilar. Para diagnosticar este problema se deben tomar radiografías de la boca y se soluciona con la extracción dentaria.
4. Bultos en el paladar por lesiones externas
Los bultos en el paladar pueden surgir por cualquier irritación en la mucosa palatina. Estas lesiones son inofensivas y se curan por sí mismas al cabo de unos días. Estas son las causas más comunes:
- Quemaduras: quemarse el paladar al ingerir alimentos o bebidas muy calientes provoca ampollas llenas de líquido que sobresalen y duelen.
- Traumatismos: un corte en la mucosa palatina provoca su inflamación e hinchazón, lo que puede sentirse como un bulto doloroso en el paladar.
- Irritación crónica: las prótesis dentales deterioradas o que se mueven rozan e irritan el paladar, provocando tejido cicatricial que aumenta el tamaño de la mucosa. Se observa como una zona de mayor tamaño, firme y lisa por debajo de la dentadura postiza.
En el caso de las quemaduras y los traumatismos, las lastimaduras se curan por sí solas al cabo de una o dos semanas. En los bultos que ocasionan las dentaduras postizas, como señala una publicación de Medicina Oral, Patologia Oral y Cirugia Bucal, el tratamiento varía según el tamaño de la lesión. Los médicos recomiendan láser, electrocirugía, crioterapia o enjuagues bucales y la confección de una nueva prótesis.
5. Bultos en el paladar por infecciones
Los bultos en el paladar también pueden surgir por infecciones localizadas en esta parte de la boca. Estas son las más frecuentes.
Papiloma escamoso
El virus del papiloma humano (VPH) puede causar bultos no cancerosos en el paladar. Como señala el reporte de un caso publicado en Journal of Experimental Therapeutics and Oncology, suelen tener el aspecto de una coliflor o de un dedo, de color blanco o rosa pálido, con la base pedunculada o sésil. No duelen y crecen con lentitud. Se los puede controlar o extirpar con cirugía.
Herpes simple
El virus del herpes simple genera ampollas dolorosas agrupadas en forma de racimo que se pueden ubicar en el paladar. Están llenas de líquido y se rompen con facilidad.
Estos bultos en el paladar pueden asociarse al estrés, ya que este virus aprovecha la caída de las defensas para manifestarse. De todos modos, como señala una revisión en Wiadomosci Lekarskie, la aparición de las lesiones también se asocian con falta de vitaminas, sobrecalentamiento, hipotermia, procesos inflamatorios y malos hábitos.
Las lesiones son contagiosas y curan por sí mismas después de unas semanas. Asimismo, se puede acelerar el proceso de cicatrización y disminuir las molestias usando medicación.
Absceso o quiste odontogénico
Se trata de un pequeño bulto inflamatorio que se ubica sobre el paladar, cerca de alguna pieza dentaria. Surge por la diseminación de una infección dentaria a través del hueso o la mucosa, al aparecer como una elevación.
Esta hinchazón en el paladar suele doler y puede supurar. Para su tratamiento se puede recurrir a la extracción dental, la pulpectomía, el drenaje y la terapia con antibióticos.
6. Granuloma piógeno
Se trata de un bulto inflamatorio en el paladar que, a menudo, surge por una irritación local constante, una lesión traumática o factores hormonales. Es común en las mujeres embarazadas.
Además es más frecuente en las encías, sin embargo, el paladar duro es un sitio donde también puede presentarse. Se observa una protuberancia blanda, de color rosado que sangra con facilidad. Aunque se trate de una alteración benigna, resulta molesta para el paciente. En general, su tratamiento es la extirpación quirúrgica.
7. Mucocele o quiste mucoso
Estas lesiones se producen por la acumulación de saliva o moco dentro de una glándula salival. Al lesionarse un conducto glandular, el contenido no puede salir al exterior y se almacena en el interior, provocando un bulto. Como el paladar posee glándulas salivales menores en su espesor, los mucoceles pueden desarrollarse en esta parte de la boca. De todos modos, no es una localización muy frecuente.
Se observa una inflamación redondeada, blanda, de contenido líquido, azulada o transparente con los bordes inflamados. El crecimiento es lento y puede romperse, vaciarse y desaparecer. No duelen y no necesitan tratamiento. Aunque si molestan o persisten, se los puede eliminar con una cirugía.
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8. Adenoma pleomorfo
El adenoma pleomorfo es un tumor benigno, no canceroso, de las glándulas salivales. Se manifiesta como una única masa redondeada, del mismo color de la mucosa, firme a la palpación e indoloro. Su crecimiento es lento y se ubica en la parte posterior del paladar, sobre uno de los lados.
Un artículo publicado en International Journal of Clinical Pediatric Dentistry resalta que el diagnostico temprano es fundamental. Pues pueden crecer hasta alcanzar tamaños grandes, si no se tratan. El tratamiento es quirúrgico. Se lo extirpa de forma completa, aprovechando que, en general, es un tumor bien delimitado, encapsulado y sin infiltraciones.
9. Tumor maligno de las glándulas salivales menores
Esta lesión se puede presentar con diversos aspectos: desde el engrosamiento de la mucosa, una lesión de color blanco, gris o rojo brillante o como una llaga sangrante que no sana. En algunos casos, es doloroso y dificulta el habla y la deglución.
Un articulo en Indian Journal of Pathology and Microbiology señala que presenta una variedad de comportamientos biológicos y una historia natural variable. Por eso es importante consultar de manera temprana apenas se detecte cualquier lesión en el paladar.
De todos los tipos de bultos en el paladar que mencionamos, este último es el más peligroso y complejo de tratar. La terapia dependerá del estado y el avance del tumor: puede ser quirúrgica, con radioterapia o con quimioterapia.
¿Cuándo ver a un médico por un bulto en el paladar?
La mayoría de los bultos en el paladar suelen ser inofensivos. De todos modos, siempre es recomendable acudir a un estomatólogo para descartar lesiones peligrosas y llegar a un diagnóstico certero cuanto antes.
Lo ideal es buscar ayuda médica de inmediato si presentas algunos de los siguientes síntomas:
- Dolor intenso durante varios días.
- Problemas para respirar, tragar o hablar.
- El bulto no desaparece luego de dos semanas.
- Las prótesis dentales no se ajustan o se mueven.
- La lesión en el paladar crece o cambia de apariencia.
- La protuberancia presenta heridas o llagas que no sanan.
Identificar el problema
Como te contamos, los bultos en el paladar pueden surgir por distintas causas y cada caso posee un tratamiento específico. Aunque la mayoría de las veces son inofensivos y benignos, no son normales y la malignidad no deja de ser una posibilidad.
Identificarlos y tratarlos a tiempo es fundamental para evitar complicaciones peligrosas. Observar tu boca y visitar al odontólogo de manera frecuente permite detectar cualquier cambio en las mucosas de manera temprana.
Si notas algo extraño en tu cavidad oral, no te quedes con la duda. Pide una cita con tu dentista cuanto antes para que valore tu problema y, si es necesario, te derive a otro profesional de la salud calificado.
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