Anorgasmia: síntomas, causas y tratamiento

En la mayoría de los casos, la anorgasmia se debe a problemas psicológicos. Por fortuna, los pacientes suelen responder bien a distintos tipos de terapia.
Anorgasmia: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 22 marzo, 2021

La anorgasmia es la ausencia de orgasmo durante las relaciones sexuales o la masturbación. Esta puede repercutir de forma negativa en muchos aspectos de la vida, en especial en la relación de pareja y la autoestima.

En la gran mayoría de las ocasiones, suele afectar a mujeres y tener un componente psicológico asociado. Por ello, la terapia con un profesional de la salud mental suele ser efectiva, a pesar de que a veces existen problemas orgánicos que requieren otro abordaje.

A continuación encontrarás un breve artículo sobre las principales características de esta condición. ¡Sigue leyendo!

Anorgasmia, ¿un problema de hombres o de mujeres?

La anorgasmia suele ser consecuencia de problemas psicológicos.
La ansiedad y otros trastornos psicológicos pueden provocar anorgasmia.

Por lo general los casos de anorgasmia femenina son mucho más frecuentes. Como verás más adelante, la mayoría de las causas de esta condición son psicológicas, como la ansiedad o la depresión. Según algunos estudios, estos problemas de salud pueden afectar de forma mayoritaria a las mujeres.

Sin embargo, los hombres también pueden sufrir de anorgasmia. En muchos casos, puede existir aún en presencia de eyaculación, motivo por el que puede existir retraso para acudir al médico o dificultad diagnóstica. La eyaculación hace referencia a la expulsión de semen, y no a la sensación de placer.

Síntomas

Como su nombre indica, la anorgasmia significa ausencia de orgasmo. Este último término hace referencia al conjunto de sensaciones placenteras relacionadas con la tensión sexual, que puede experimentarse de forma solitaria (con la masturbación) o durante las relaciones sexuales.

Los síntomas de esta condición suelen darse de forma recurrente y crónica. Esto significa que, a pesar de que puede haber ocasiones en las que los pacientes alcancen un orgasmo, la gran mayoría de las veces existe falta de placer.

Pueden presentarse otras manifestaciones clínicas dependiendo de la causa. En los trastornos de ansiedad o depresión, las más frecuentes son las siguientes:

  • Insomnio.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia).
  • Sudoración profusa (diaforesis).
  • Problemas de pareja.
  • Temblores.
  • Cansancio o debilidad.

Lo mismo sucede con las causas orgánicas de la anorgasmia. En la enfermedad de Parkinson, aparece rigidez muscular y movimientos involuntarios. En el caso de la diabetes mellitus mal controlada suele existir obesidad, además de aumento del volumen y la frecuencia miccional.

¿Cuántos tipos de anorgasmia existen?

Existen dos clasificaciones comunes de esta condición. La primera tiene en cuenta el momento de aparición de los síntomas, mientras que en la segunda se consideran las situaciones que la desencadenan.

En el primer caso, se distingue la anorgasmia primaria y la secundaria (o adquirida). Cuando un paciente jamás ha experimentado orgasmos a partir de la época en que alcanzó la pubertad, se habla de anorgasmia primaria. En muchos casos, suelen existir componentes orgánicos que la expliquen.

La secundaria o adquirida es más frecuente, y se presenta en pacientes que ya han experimentado orgasmos con normalidad en el pasado. En algún momento de sus vidas aparece algún factor que provoca los síntomas de forma progresiva. Por lo general, existen componentes psicológicos asociados.

En cuanto a la segunda clasificación, cuando la anorgasmia se presenta en algunas situaciones (como el sexo oral o al mantener relaciones sexuales con desconocidos) se habla de un trastorno situacional. Cuando ocurre en cualquier momento, tanto en soledad como en pareja, se denomina anorgasmia generalizada.

Causas principales

Es posible diferenciar las causas de anorgasmia en dos tipos: psicológicas y orgánicas. Estas últimas son mucho más limitadas, y suele reservarse a casos de enfermedades sistémicas sin tratamiento o que se encuentran en fases avanzadas. A continuación encontrarás una descripción detallada de ambas causas.

Psicológicas

A pesar de que existen condiciones específicas que pueden provocar la anorgasmia (como la ansiedad y la depresión) en muchas ocasiones se trata de una combinación de factores psicológicos complejos.

No solo se debe a patologías como las antes mencionadas, sino que algunos problemas cotidianos como el estrés, los conflictos laborales, la vergüenza, la culpa y algunas creencias religiosas pueden aumentar las probabilidades de sufrir los síntomas.

Algunos casos en los que existen conflictos de pareja evidentes pueden llevar a anorgasmia situacional, en los que la masturbación solitaria puede generar un orgasmo con éxito. La falta de comunicación asertiva, la violencia de pareja (en especial en las mujeres) y los casos de infidelidad sin resolver pueden influir en este problema.

Orgánicas

El orgasmo es el resultado de un conjunto de cambios fisiológicos temporales. Estos incluyen la influencia de hormonas, la contracción de la musculatura pélvica y la integridad del sistema nervioso autónomo y cardiovascular.

Para que alguna patología puede generar anorgasmia, es necesario que tenga repercusión sistémica. Esto permitiría alterar de forma sustancial todos los sistemas involucrados, o por lo menos una gran mayoría. Algunas de estas condiciones son las siguientes:

  • Diabetes mellitus.
  • Esclerosis múltiple.
  • Enfermedad de Parkinson.
  • Histerectomías y otras cirugías ginecológicas.
  • Alcoholismo y tabaquismo.

En el caso específico de la diabetes mellitus, se trata de un conjunto de enfermedades caracterizadas por un mal funcionamiento o producción de la insulina. Esta hormona se encarga de disminuir los niveles de glucosa en la sangre (glicemia), debido a que favorece su entrada en diversos tejidos.

Una de las consecuencias de los niveles elevados de glicemia (hiperglicemia) es el daño progresivo en los nervios periféricos, en especial los sensitivos. Esto puede provocar dificultad para estimular las zonas que favorecen la aparición del orgasmo. En los hombres, según la Clínica Mayo, también puede provocar disfunción eréctil.

La anorgasmia también puede producirse como consecuencia del envejecimiento o el consumo crónico de algunos medicamentos. Estos últimos suelen ser psicotrópicos, por lo que tienen efecto en el funcionamiento del sistema nervioso central.

Tratamiento de la anorgasmia

La anorgasmia puede requerir terapia.
Tanto la terapia individual como de pareja puede resultar satisfactoria.

Esta condición puede ser tratada, y en muchos casos se alcanza la resolución completa del cuadro clínico. La terapia incluye la eliminación o la reducción de la intensidad de la causa, a pesar de que incluso los pacientes con patologías orgánicas pueden favorecerse de tratamiento psicológico.

Los psicólogos o psiquiatras se valen de diferentes métodos para ayudar. Estos incluyen la terapia cognitivo-conductual, que busca reestructurar algunos patrones de pensamiento. Puede utilizarse para eliminar o disminuir los prejuicios relacionados con las relaciones sexuales.

En los casos de anorgasmia situacional vinculada con las relaciones sexuales, asistir en pareja con algún profesional puede ser muy beneficioso. Esto permite identificar y tratar los conflictos subyacentes, como los problemas de celos e infidelidades.

Las causas orgánicas pueden requerir un tratamiento multidisciplinar, en especial en aquellos casos con dificultades diagnósticas.

Controlar las enfermedades crónicas como la diabetes mellitus es el paso inicial, a pesar de que el mayor reto para los especialistas es revertir el daño orgánico. De hecho, cuando este afecta al tejido nervioso, las dificultades para recuperarlo se incrementan.

Buscar ayuda siempre es una opción válida

El primer paso para superar este problema es la aceptación, y entender que la ayuda profesional puede acelerar mucho el proceso curativo. Los especialistas adecuados para ello son los psiquiatras o psicólogos, en especial aquellos formados en sexología.

También es válido acudir con otros especialistas médicos, quienes determinarán la existencia de patologías orgánicas. En un principio, es conveniente acudir con un ginecólogo o urólogo, quienes podrían referir a otro profesional en algunos casos.



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