Slow life: ¿qué es y cómo practicarlo?

El slow life es un estilo de vida ideal para todas aquellas personas que desean disfrutar el presente. A través de este, los pequeños detalles se convierten en un todo que hace la verdadera diferencia.
Slow life: ¿qué es y cómo practicarlo?
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 25 mayo, 2021

Vivir sin prisa, eso es el slow life, un estilo de vida que le propone a las personas llevar sus días más relajadas y conscientes respecto a lo que las rodea. A veces nos enfocamos tanto en el trabajo, el estudio o los hijos que olvidamos la esencia del día a día. Llegamos a la meta, alcanzamos objetivos y no sabemos cómo. ¿Te sientes identificado?

Aunque la palabra lento en nuestra sociedad tiene una mala connotación, hay que partir de revalorizar esta palabra. Tomar las cosas de una forma lenta, no significa que debes mover un dedo por minuto, no se trata de eso. Se trata de hacer las cosas sin perderte los detalles. ¿Cómo? Piensa en el color que tenía el cielo cuando despertaste esta mañana, ¿puedes?

Sabemos que vas entendiendo de qué va el slow life, pero sigue leyendo para conocer más detalles ya la forma en que puedes empezar a poner en práctica este estilo de vida.

¿Qué es el movimiento slow?

El slow life permite la relajación.
Para las personas que sufren de ansiedad puede ser excelente esta filosofía de vida.

El slow life pertenece a un gran movimiento denominado slow o pedagogía lenta. Es toda una tendencia mundial que se erigió como oposición a la aceleración continua de la sociedad y las grandes ciudades del mundo.

Este movimiento que invita a las personas a ser más consientes de su existencia y disfrutar de las emociones de la vida nació en Italia, en protesta a la apertura de un restaurante de McDonald’s.

En ese momento se empezó a hablar del slow food, el cual propone disfrutar de los alimentos y se opone de forma rotunda la estandarización de la gastronomía. En la actualidad, este movimiento abarca otros escenarios cuya premisa es mejorar la calidad de vida como el slow media o el cittaslow.

Así es, este movimiento de vida lento abarca ámbitos de la vida como el sexo, la educación, el ejercicio, el ocio, la moda o el trabajo. De esta forma es posible disfrutar de los detalles que hay en cada cosa y hace que la vida sea más sostenible. En el caso de la ropa, por ejemplo, se busca que las personas rompan el ciclo del consumo: comprar, usar y tirar.

Consecuencias de vivir a un ritmo acelerado

Muchos dirán que no hay nada de malo en vivir como la mayoría en este momento, hay progreso y cada vez hay más apoyo tecnológico para vivir de forma más cómoda. Sin embargo, ¿has pensado en todos los detalles que te pierdes día a día por dejarte asistir siempre por el ordenador o por tener que estar largos periodos en el autobús camino al trabajo?

En 2017, un estudio reveló que nueve de cada diez españoles, es decir, el 96 % de los encuestados, sintió estrés a lo largo del año, mientras que cuatro de cada diez se sentía estresado de forma frecuente. También se especificó que las mujeres se ven más afectadas por el estrés que los hombres.

Entre los motivos que generan esa sensación de estrés, se encontró que las principales causas son la falta de tiempo con un 50,9 % y los problemas de cansancio y sueño con 46,2 %.

Ante este panorama, vale la pena señalar que, según el National Institute of Mental Health el estrés puede desencadenar enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes y trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.

¿Cuáles son las características del slow life?

Entre sus múltiples características, resaltaremos tres que puedes motivarte a querer llevar este estilo de vida y empezar ahora mismo:

Equilibra lo moderno y lo tradicional

El estilo de vida lento no busca que las personas y los pueblos se paralicen en el tiempo. El Cittaslow, por ejemplo, busca acercar a los municipios locales al concepto del buen vivir y su práctica en la vida cotidiana desde aspectos como el urbanismo, la agricultura y el turismo, entre otros.

En la actualidad hay más de 100 ciudades lentas en el mundo que trabajan por mejorar la calidad de vida de sus pobladores y de quienes los visitan.

Fomenta la sostenibilidad

Desde el apoyo a los pequeños comercios, la comercialización de los productos locales y de temporada, hasta el uso eficiente de la ropa hecha de forma artesanal, el movimiento slow promueve la sostenibilidad.

Además de reducir la huella de carbono producida por las grandes industrias, también busca hacerle frente a la explotación de mano de obra por cuenta de las grandes multinacionales.

Promueve hábitos de vida saludables

El slow life es un estilo de vida.
Este aspecto influye de forma notable en la alimentación.

Como opositores de la comida rápida, la comida lenta o slow food busca que las personas tengan mayor conciencia sobre la forma en que se alimentan.

Su objetivo es que los ciudadanos redescubran los sabores locales y consideren estos alimentos la base de su alimentación, promoviendo, de esta manera, hábitos sanos de alimentación.

Así puedes poner en práctica el slow life

Sí, sí, todos llegamos a este punto motivados a vivir una vida que nos permita disfrutar más lo que tenemos a nuestro alcance. ¿Pero cómo? En la práctica no es tan fácil como suena, pero no es imposible, solo es necesario interiorizarlo y empezar a trabajar en ello.

A continuación te dejamos algunas acciones que puedes poner en práctica para empezar a vivir el slow life:

Disfruta con conciencia de tu rutina

Como ya lo mencionamos, las ocupaciones del día a día nos sumergen en una tediosa rutina. Por ello, empieza a ser más consiente de tus actos: despierta más temprano, dúchate y saborea tu desayuno.

Si caminas hasta el trabajo, disfrútalo, observa tu entorno y respira profundo. Si, por el contrario, debes usar el transporte público, respira y disfruta el viaje, mira por la ventana al cielo y deja tu móvil en el bolsillo.

Abandona el consumismo

Es fácil dejarse llevar por el consumismo. Hay tantas cosas lindas qué comprar, que quien tiene el dinero no duda en satisfacer sus deseos. Sin embargo, el slow life nos invita a vivir con menos y con las cosas que en realidad necesitemos. De hecho, para facilitarte este proceso puedes usar la regla de los siete días.

Cuando desees comprar algo porque crees que lo necesitas, espera siete días, si después de este tiempo lo sigues necesitando cómpralo. De lo contrario, olvídalo, has visto que puedes suplir esa aparente necesidad, así que esta no era del todo indispensable.

Disfruta el presente

Dicen que la ansiedad es provocada por exceso de futuro o de pasado y es verdad. Esos son dos escenarios que no podemos cambiar, lo que pasó ya pasó y lo que viene nadie lo sabe, así que ¿por qué desperdiciar el presente pensando en ello?

Si quieres vivir el slow life, disfruta de tu presente, controla la ansiedad con algunas técnicas de meditación como el yoga que fortalecen tu alma, tu mente y tu cuerpo. ¡Vive el aquí y el ahora! Esto te ayudará a no acumular riquezas o cosas que no sabes si utilizarás un día.

Vuelve a lo tradicional

Como bien lo dijimos antes, este estilo de vida persigue un equilibrio entre lo moderno y lo tradicional. Así que date la oportunidad de disfrutar lo tradicional: alimentos, ropa, costumbres y lugares.

Identifica los lugares naturales a los que puedes ir a meditar. Dale la oportunidad a estas zonas de brindarte momentos de diversión. Sal de los centros comerciales y visita un antiguo pueblo, viste algo autóctono y aprende un poco de historia.

Slow life, sinónimo de disfrutar

Sí, como pudiste leer a lo largo de este artículo, el slow life es un claro sinónimo de disfrutar. Disfrutar todo aquello que se te ha sido dado, identificar esa sensación en cada cosa que se hace y así poder vivir un poco más tranquilo y en pausa, sin significar esto que todo deba pararse y quedar en atraso.

Recuerda, si quieres empezar a vivir de este modo, puedes apoyarte en algún método de meditación. Así se facilitará tu relación con tu mente y cuerpo y ampliarás tu percepción de lo que te rodea.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.