Cómo limpiar los oídos

Limpiar los oídos de manera incorrecta puede lesionar tu canal auditivo. Veamos formas seguras de hacerlo y qué dicen los expertos.
Cómo limpiar los oídos
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 07 junio, 2023

La práctica de la autolimpieza de los oídos está bastante generalizada entre la población. Se estima que hasta el 98 % de las personas lo hacen de manera regular y el 75 % lo asocian con resultados positivos. El motivo para hacerlo es predominantemente estético, en principio para eliminar el exceso de cerumen. Limpiar los oídos puede derivar en lesiones, de manera que te enseñaremos cómo hacerlo de forma correcta.

Muchas personas utilizan bastoncillos de algodón para limpiar los oídos. El consenso entre la comunidad científica es evitar utilizarlos, ya que un mal uso se relaciona con episodios de lesiones en el canal auditivo. Antes de enseñarte algunos consejos para hacerlo, despejamos algunos malentendidos comunes alrededor de la práctica.

¿Qué tan recomendable es limpiar los oídos?

La mayoría de las personas creen que para lograr una higiene del oído es necesario eliminar el exceso de cerumen. En realidad, el cerumen es una sustancia que se secreta en el oído externo para limpiar de manera natural el canal. Está compuesto por lisosomas, lípidos, oligoelementos, glicoproteínas e inmunoglobulinas. Su pH es muy alto, lo que reduce el riesgo de infección al impedir la sobrepoblación de patógenos.

El cerumen se traslada de manera natural a la parte exterior del conducto auditivo externo, en parte impulsado por el movimiento mandibular. De esta manera, la probabilidad de sellar el canal auditivo de manera completa por el exceso de acumulación es muy baja. En síntesis, el cerumen es la sustancia secretada para mantener sano el canal; de manera que limpiar los oídos en principio no es necesario.

A pesar de ello, las personas asocian el cerumen con mala higiene. Una limpieza inadecuada puede generarte dolor de oído, sangrado, perforaciones en el tímpano y aumento de infecciones bacterianas y fúngicas. Limpiar los oídos solo de manera ocasional y teniendo en cuenta algunos principios básicos no debería suponer mayores problemas.



4 consejos para limpiar los oídos

La acumulación y el bloqueo de cerumen se conoce como implantación de cerumen. Los expertos advierten que es más común en los primeros 20 años de vida, y es uno de los principales motivos de consulta al otorrinolaringólogo. Si eres propenso a desarrollar esta complicación, y quieres limpiar los oídos de manera segura, te dejamos con 4 consejos útiles que debes tener en cuenta.

1. Utiliza un pañito húmedo

Limpiar los oídos con un pañito húmedo es la estrategia más rápida, asequible y fácil que puedes utilizar. En principio, te serán útiles para limpiar el exterior de la oreja, así como solo la entrada del canal auditivo. Humedece un pañito con agua tibia y sé cuidadoso con los movimientos que haces al limpiar. Procura tener uno específico para la faena, y lávalo luego de cada limpieza.

2. Compra gotas para la limpieza de oídos en la farmacia

El uso de gotas para los oídos se ha relacionado con resultados favorables para la limpieza del canal, y los riesgos asociados son muy bajos. La mayoría de ellas se fabrican con base en peróxido de hidrógeno, aunque también se pueden encontrar con otros ingredientes activos. Cómpralas siempre en una farmacia de confianza, y evita gotas que incluyan compuestos desconocidos y no aprobados para su uso.

Como es natural, debes seguir las instrucciones de uso en el prospecto, aunque casi todas se utilizan de la misma manera. Esto es, acostarte de lado, untar una cantidad determinada de gotas, dejar reposar unos segundos y luego retirar el exceso de líquido y de cerumen con un pañuelo. Evita usarlas todos los días, ya que la humedad puede favorecer el crecimiento de patógenos.

3. Irriga el canal exterior con una solución salina

Como sustituto de las gotas especiales para limpiar oídos puedes utilizar solución salina. El efecto es similar, y te aseguras de ingresar un líquido que no alterará en negativo los patógenos que crecen en la oreja. Utiliza una jeringa para graduar una dosis pequeña, de solo un par de gotas, y sigue las instrucciones reseñadas en el apartado anterior.



4. Unta un poco de aceite de oliva

Los expertos han encontrado que los preparados de aceite pueden ser efectivos para limpiar el canal auditivo. Los mejores son el aceite de oliva y el aceite de almendras. Estos ayudan a remover con mayor facilidad el exceso de cerumen, siempre y cuando se usen en pequeñas cantidades. Para mayor seguridad utiliza una jeringa, así evitas añadir más de la cantidad recomendada.

A pesar de su alta aceptación en la sociedad, la evidencia no respalda el uso de velas para los oídos. También conocido como conoterapia, los riesgos asociados van desde moderados a graves. Los bastoncillos de algodón nunca deben usarse en el canal auditivo, de manera que solo se deben restringir a la parte exterior de la oreja.

Por otro lado, existen varias prácticas que debes evitar para mantener la higiene del canal y las enfermedades del oído. Las más importantes son las siguientes:

  • Evita ingresar objetos dentro de él (esto incluye los propios dedos).
  • Limpia los oídos con una toalla luego de nadar.
  • Limita la exposición directa a ruidos muy fuertes.
  • Evita el uso diario de los auriculares, en especial en compañía de un volumen alto.
  • Utiliza protectores para los oídos si vas a un concierto.
  • Busca asistencia médica en presencia de una alteración (zumbidos, sangrado y demás).

Hemos establecido al inicio que los oídos tienen su propio sistema de higiene y de limpieza. Por tanto, no hace falta que apliques todas estas prácticas a diario, ni siquiera de forma semanal. Hazlo una o dos veces al mes, ya que con esto será suficiente para librarte de las incomodidades asociadas con la acumulación de cerumen. Si tienes algún problema te exhortamos a recurrir con un profesional.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.