Diferencias entre huevos blancos y marrones
Es posible que te hayas percatado de que el color de los huevos puede variar. Algunos son blancos y otros son marrones. Ahora bien, te vamos a contar las diferencias entre ellos y qué es lo que determina que presente o no tonalidad. De todos modos, ten en cuenta que el huevo, en cualquiera de sus presentaciones, se considera un alimento saludable con una elevada densidad nutricional.
Lo primero que has de tener claro es que la presencia de los huevos en la dieta está recomendada por casi todos los expertos en nutrición. Estos consiguen aportar una buena cantidad de nutrientes esenciales, lo que reduce el riesgo de desarrollar un déficit que pueda terminar en una patología compleja.
Diferencias entre huevos blancos y marrones
El hecho de que un huevo sea blanco o marrón depende principalmente de la raza de la gallina de la que procede. Como norma general las gallinas blancas ponen huevos blancos, mientras que las marrones son capaces de generar huevos de este mismo color. Incluso es posible encontrar algunas variantes azules o moteadas, aunque son bastante menos frecuentes.
Por este motivo, la principal diferencia entre estos tipos de huevos permite conocer el origen de la gallina. No obstante, no existe una variación significativa en cuanto al valor nutricional del alimento en cuestión. Tampoco la cáscara contará con propiedades diferentes. Puede ser más o menos dura y resistente, pero esto dependerá más bien de la edad de la gallina que de su raza. Por lo general, las gallinas jóvenes ponen huevos con cáscara más dura.
Ahora bien, sí que se puede apreciar que los huevos marrones suelen ser más caros. Esto no se debe a que sean mejores que los blancos, sino a la alimentación de la gallina. Normalmente, las que ponen huevos de este color suelen ser más grandes de tamaño, por lo que necesitan un aporte energético mayor. Esto incrementa los costes de producción y se ve reflejado en el precio final del producto.
Beneficios de los huevos
Como ya conoces las principales diferencias entre los huevos blancos y marrones, vamos ahora a hablarte sobre los beneficios que se extraen de la inclusión de los huevos en la pauta regular. Es importante introducirlos en el contexto de una dieta variada y equilibrada, para conseguir así evitar déficits a nivel nutricional.
1. Consiguen mejorar la salud de la masa magra
Los huevos son fuente de proteína. De hecho, concentran en su interior la proteína considerada como de más alta calidad. Presenta todos los aminoácidos esenciales en su interior y cuenta con una buena puntuación en cuanto a digestibilidad. Por este motivo, es perfecta para satisfacer los requerimientos del músculo, sobre todo bajo contextos de ejercicio intenso.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista BioMed Research International, es importante asegurar un consumo óptimo de proteínas para evitar las pérdidas en la fuerza muscular, así como el catabolismo de la masa magra. En el caso contrario se podría incrementar la incidencia de la sarcopenia, una patología que condiciona negativamente la funcionalidad de la persona.
Por otra parte, cuando hablamos de deportistas, la proteína del huevo puede ayudar a favorecer los procesos de recuperación y de adaptación a los diferentes estímulos. Entre estos últimos se encuentra la hipertrofia, que no es más que un incremento en la sección transversal del tejido, lo que provocar un mayor porcentaje de masa muscular en el organismo. Para los atletas, es mecanismo suele resultar muy beneficioso.
2. Ayudan a prevenir patologías complejas
Los huevos son de los pocos alimentos presentes en la dieta que concentran vitamina D en su interior. Este nutriente resulta bastante escaso y su digestibilidad no es siempre buena. Sin embargo, su impacto sobre el estado de salud es realmente determinante. Un déficit del mismo se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar patologías complejas, tal y como indica un estudio publicado en la revista Endocrinology and Metabolism Clinics of North America.
La mejor manera de asegurar que se cubren los requerimientos de vitamina D del organismo es por medio de la exposición a la luz solar. La radiación estimula la síntesis endógena del nutriente, que después se podrá acumular en el tejido adiposo. Es importante que la exposición se realice sin protección en forma de crema, ya que estos elementos bloquearían los rayos encargados de poner en marcha las reacciones mencionadas.
No obstante, es fundamental recalcar que la exposición a la luz solar ha de ser un proceso progresivo y continuado. De nada sirve acumular horas los primeros días de verano, para luego mantenerse en casa durante todo el invierno. Lo mejor es que este hábito se desarrolle de forma regular durante todo el año, en la medida de lo posible. De lo contario, podría llegar a ser preciso tomar un suplemento del nutriente.
3. Mejora la calidad del sueño
El huevo es uno de los alimentos que concentra mayor cantidad del aminoácido triptófano en su interior. Este elemento actúa como precursor de neurotransmisores importantes, como la serotonina. A su vez, participa de manera activa en los procesos de síntesis de melatonina, una hormona que ha demostrado regular los ciclos de sueño y de vigilia en el organismo.
Por si esto fuese poco, la melatonina presenta también un marcado poder antioxidante. Es capaz de neutralizar la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo. Este proceso es subyacente al desarrollo de muchas patologías complejas, por lo que es importante evitarlo para conseguir mantener un buen estado de salud a medio plazo.
De todos modos, hay que tener en cuenta que también cabe la opción de suplementarse con melatonina para mejorar la calidad del sueño. Solo con comer huevos puede no ser suficiente. Existen evidencias conforme los suplementos de melatonina cuentan con un elevado perfil de seguridad y resultan útiles para el tratamiento de los problemas del sueño en gran parte de la población.
¿Los huevos aumentan el colesterol?
Existe el mito de que los huevos aumentan el colesterol plasmático por contener este nutriente en su interior. Sin embargo, a día de hoy los expertos saben con certeza que esta afirmación es totalmente falsa. La ingesta de colesterol dietético no influye de manera determinante en el perfil lipídico de las personas, ya que existe también una producción endógena de dicho elemento que se ve modulada por su aporte mediante la pauta nutricional.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista BMJ, el consumo de huevos no solo no incrementa el riesgo cardiovascular, sino que puede llegar a ejercer un papel protector. Estos alimentos presentan en su interior nutrientes de alta calidad que contribuyen a modular los mecanismos inflamatorios, consiguiendo así una mejora en el estado de salud.
Por ello, atrás han quedado las recomendaciones de limitar el consumo de huevos semanales a 3 unidades. Muchos expertos en nutrición llegan a defender hasta la inclusión de estos productos de manera diaria en la dieta. Con este mecanismo se pretende alcanzar los requerimientos proteicos y maximizar el aporte de vitamina D, reduciendo el riesgo de déficit.
Si el objetivo es ejercer una modificación sobre el perfil lipídico, lo mejor que se puede hacer es mejorar otros aspectos de la dieta regular. Por ejemplo, es determinante limitar el aporte de ácidos grasos de tipo trans. Estos cuentan con propiedades inflamatorias y son capaces de aumentar la incidencia de muchas patologías complejas, según una investigación publicada en la revista Diabetes & Metabolic Syndrome.
¿Cuál es la forma más saludable de consumir huevos?
Es importante elegir buenos métodos de cocción para preparar los huevos, lo que permitirá aprovecharse de todas sus propiedades sin generar compuestos tóxicos que puedan poner en riesgo el estado de salud. Por este motivo, lo mejor es optar por la cocción con agua, la plancha, el vapor o incluso el horno. En todas estas situaciones se somete al alimento a una temperatura controlada, en ausencia prácticamente de medio graso.
De este modo se evita la transformación de los ácidos grasos de tipo cis a tipo trans, lo que resultaría nocivo para el organismo. Tampoco se verá incrementado el valor energético del alimento. Hay que tener en cuenta que incurrir en una pauta hipercalórica podría terminar por generar obesidad o sobrepeso. Ambos contextos provocan un detrimento del estado de salud.
No se debe descartar la opción de cocinar los huevos en el microondas. Quizás no sea la solución más habitual, pero desde el punto de vista nutricional se trata de un electrodoméstico muy respetuoso. Además es rápido, por lo que puede librarnos de más de un apuro en esos días en los que el tiempo apremia.
¿Con qué acompañar los huevos?
Existen muchas opciones de acompañamiento para los huevos. Todo depende del momento del día en el que se vayan a preparar. Por la mañana y al mediodía pueden servirse junto a vegetales y a una fuente de carbohidratos de calidad. El pan integral podría ser una opción. El arroz o la quinoa son otras alternativas a tener en cuenta.
Sin embargo, en la noche se puede optar por una elaboración menos energética y más proteica. Es posible preparar una tortilla francesa rellena de atún o de espinacas, así como un revuelto de gambas o gulas si se ha realizado ejercicio de manera previa. Ambas opciones conseguirán estimular la síntesis endógena de proteínas, consiguiendo mejorar los procesos de recuperación.
Los huevos blancos y marrones cuentan con pocas diferencias
Como has podido comprobar, son pocas las diferencias entre los huevos blancos y marrones. Su valor nutricional no se ve para nada alterado, por lo que ambos son productos que se deben introducir en la dieta de manera regular para evitar déficits. Se consideran saludables y no son capaces de impactar negativamente sobre el perfil lipídico ni sobre los triglicéridos.
Por último, ten en cuenta que lo mejor es complementar la presencia de los huevos en la dieta con la práctica de ejercicio físico de manera regular, priorizando el trabajo de fuerza. De este modo, se aprovecharán las proteínas del alimento para estimular las adaptaciones del tejido, lo que a medio plazo se traducirá en un incremento del rendimiento deportivo.
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