Dieta para la colitis ulcerosa
La colitis ulcerosa es una de las enfermedades inflamatorias intestinales. Cuenta con una fisiopatología todavía no bien descrita, pero se sabe que ciertos cambios en la dieta pueden generar mejorías significativas. Ahora bien, las mismas pautas no tienen por qué funcionar en todo el mundo, es preciso comprobar la tolerancia.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las enfermedades inflamatorias intestinales desencadenan brotes. Durante los mismos el control sintomatológico suele ser más complicado y se suele requerir ayudas farmacológicas. Ahora bien, mejorar la alimentación puede disminuir la frecuencia de los brotes, mejorando la calidad de vida.
Los beneficios de ajustar la dieta
Optimizar la dieta en las personas con colitis ulcerosa puede reducir los brotes y la intensidad de los mismos. Además, se experimenta una mejora de las digestiones en el día a día, siendo menos probable experimentar gases, diarreas y otras eventualidades intestinales que provoquen incomodidad.
De acuerdo un estudio publicado en la revista Nutrients, es importante asegurar el consumo regular de frutas y de verduras, así como evitar los carbohidratos simples y las grasas trans. El objetivo es reducir los niveles sistémicos de inflamación, además de generar un impacto positivo sobre la microbiota intestinal.
Durante los últimos años, se le ha atribuido una mayor importancia a la modulación de la microbiota en el contexto de la colitis ulcerosa. Tanto la suplementación con probióticos como la dieta enfocada al incremento de la biodiversidad de la flora intestinal pueden generar beneficios. Así lo evidencia una investigación publicada en World Journal of Gastroenterology.
Puntos clave de la dieta para la colitis ulcerosa
Uno de los mecanismos que determina la agresividad de la patología es la inflamación. Es necesario mantener los niveles inflamatorios controlados para evitar que sucedan los brotes y que se incremente la intensidad de los mismos. Afortunadamente, este objetivo se puede conseguir con una modulación efectiva de la dieta.
Para ello es necesario reducir la presencia en la pauta de los productos ultraprocesados, ya que cuentan con azúcares simples, con grasas trans y con aditivos. Estos suelen sentar mal a los pacientes de colitis, además de generar digestiones pesadas e incomodidades.
Un estudio publicado en Progress in Lipid Research ha demostrado la relación entre el consumo de lípidos trans y el incremento de la inflamación. Como norma general, la presencia regular de estos elementos en la dieta se vincula con un mayor riesgo de desarrollar patologías crónicas y complejas.
Asimismo, suele ser determinante evitar aquellos alimentos muy grasos, los picantes y las bebidas con gas. Todos ellos pueden desencadenar brotes y problemas digestivos, ya que suelen contar con un cierto carácter irritante. Es fundamental plantear platos de fácil digestión, preparados con métodos de cocción poco grasos como la plancha, el horno, la cocción con agua o el vapor.
No obstante, algunos pacientes que desarrollan un brote grave de colitis ulcerosa pueden necesitar restringir ciertos grupos de alimentos en la dieta durante un tiempo, como son los cereales integrales. Estos podrían generar molestias en casos de estenosis. De todos modos, si el brote remite se pueden reintroducir de forma progresiva.
Cuando se experimentan los síntomas agudos de la colitis ulcerosa suele ser buena idea limitar el aporte de fibra. En este momento, optar por alimentos más sencillos de digerir suele resultar una buena opción para mejorar la nutrición y evitar problemas mayores. De lo contrario podrían experimentarse dolores y diarreas.
Duración de la dieta para la colitis ulcerosa
La dieta para la colitis ulcerosa podría dividirse en dos partes, aquellas adecuada para los momentos de brotes y la que se ha de plantear de forma general cuando remiten los síntomas. Lo normal es realizar una adaptación de la pauta nutricional de por vida, para de este modo reducir la frecuencia de los brotes y su intensidad.
A pesar de todo, en la actualidad se investiga sobre el tratamiento con probióticos para provocar una remisión de la enfermedad, lo que podría repercutir positivamente en el manejo de la misma. En estos casos se puede ser un poco más permisivo con la pauta de alimentación, aunque los cambios han de realizarse siempre poco a poco.
Ahora bien, la pauta ha de volverse más rígida en aquellos casos donde los tratamientos propuestos no consigan generar mejora, y haya que optar por la intervención quirúrgica. Esto suele ser frecuente cuando existe un estrechamiento del intestino. En tal situación es preciso plantear una dieta blanda antes y después de la operación para mejorar la recuperación y evitar las complicaciones.
¿Qué comer si se tiene colitis ulcerosa?
Es importante conocer qué alimentos se pueden incluir en la dieta y cuáles se deben evitar para que la patología no progrese. No obstante, hay que volver a recalcar que la tolerancia a muchos alimentos es individual, no a todos los pacientes de la enfermedad le sientan bien los mismos productos.
Existen ciertos alimentos que provocan una digestión más sencilla, por lo que son más adecuados para consumir en estos contextos. Por ejemplo, los tubérculos, las carnes magras, los huevos, las sopas y la compota de manzana se suelen tolerar adecuadamente.
Sin embargo, los lácteos altos en grasa, la fruta con piel, las verduras crucíferas, los granos integrales, los frutos secos, las legumbres, los ultraprocesados, el café y el alcohol suelen incrementar la frecuencia y la intensidad de los síntomas.
Para ciertas personas resulta un reto confeccionar un menú que cubra los requerimientos nutricionales y que al mismo tiempo genere buenas sensaciones, sobre todo en los momentos de brote agudo. Acudir a la consulta de un profesional de la nutrición puede suponer una buena solución para solventar este problema.
De todos modos, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones respecto a ciertos grupos de alimentos que vamos a ir comentando.
Frutas y verduras
Las frutas y las verduras crudas y con piel pueden resultar irritantes para los pacientes con colitis ulcerosa. Se recomienda siempre aplicar un proceso de cocción previo para mejorar el paso por el intestino, facilitando los procesos digestivos. Aun así, es recomendable evitar aquellas con un mayor contenido en fibra, como son las crucíferas.
Granos
Los granos refinados cuentan con una digestión sencilla, pero también con un impacto significativo sobre las glucemias. Por este motivo, durante las crisis se recomienda recurrir a las variedades de pasta y de arroz blanco para conseguir aportar energía pero sin incrementar el consumo de fibra en exceso. Además se recomienda una buena cocción de estos alimentos para conseguir un paso más sencillo a través del intestino.
Lácteos
Como norma general, los lácteos con alto contenido en grasa suelen ocasionar molestias y un agravamiento de los síntomas durante los brotes de colitis ulcerosa. Por este motivo han de evitarse. Además, en ausencia de síntomas hay que probar la tolerancia individual. Suele recomendarse el consumo del yogur, aunque a veces hay que optar por las variedades desnatadas.
Proteína
Es fundamental aportar proteína para mejorar la reparación del tejido y para evitar que los órganos sufran en exceso. Puede resultar un reto cubrir los requerimientos de este nutriente durante los brotes de colitis ulcerosa. Normalmente se apuesta por la carne de ave magra y sin piel, aunque algunos pescados blancos también suponen una buena opción.
Consejos culinarios en la dieta para la colitis ulcerosa
Además de acertar con los alimentos elegidos, hay que hacer lo propio con los métodos de cocción empleados. Aquellos grasos o agresivos pueden generar compuestos de desecho con carácter irritante. Un ejemplo es la acrilamida formada por la fritura de los rebozados. Este elemento es capaz de incrementar el riesgo de desarrollar patologías complejas, según un estudio publicado en Food Chemistry.
Por otra parte, es clave evitar las grasas como las mantequillas, las mantecas y los aceites. También los condimentos como las especias, o incluso el queso, pueden resultar en digestiones pesadas y en un incremento de los brotes. Como norma general se recomiendan los métodos de cocción lo más limpios posibles, y siempre a temperaturas moderadas.
No obstante, con los vegetales y los alimentos con fibra es aconsejable apostar por cocciones largas y por triturados mecánicos. Así se destruye parte de la fibra del producto, lo que facilita la digestión posterior y reduce las molestias.
Probióticos en la dieta para la colitis ulcerosa
En los últimos años se ha conseguido demostrar que una buena parte de las personas con colitis ulcerosa responden adecuadamente al tratamiento con probióticos. Introducir ciertas cepas de bacterias en la dieta incrementa la producción de compuestos antiinflamatorios que reducen significativamente los síntomas de la enfermedad.
Incluso algunos de estos elementos podrían resultar una alternativa frente a los corticoides, fármacos con un gran número de efectos secundarios. No obstante, no se debe suprimir la pauta farmacológica sin consensuarlo con el especialista.
Ahora bien, la literatura científica afirma que es necesario identificar con precisión que cepas de bacterias son las más eficientes para lograr la remisión de la enfermedad o el control sintomatológico de la misma, así como el método de administración y la posología óptimas.
Es importante plantear una dieta correcta para la colitis ulcerosa
La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal que responde bien ante el tratamiento dietético. Es importante enfatizar la presencia de aquellos alimentos que sientan bien y que aportan nutrientes de calidad, al tiempo que se reduce el consumo de los que pueden agravar los síntomas.
Del mismo modo, puede ser clave probar la suplementación con cepas de probióticos. La mayor parte de los estudios publicados hasta el momento evidencian beneficios a partir de su utilización, sobre todo en lo que a control de la sintomatología se refiere. Modificar positivamente la microbiota podría hasta provocar una remisión de la enfermedad.
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