10 tipos de falacias lógicas y argumentativas
Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos enfrentado a debates con personas que utilizan distintos tipos de falacias lógicas y argumentativas.
Quizás sin darnos cuenta esto pasa frente a nuestros familiares, amigos o conocidos. Esto es aún más común en las aulas de clase, incluso en el trabajo.
¿Qué son las falacias lógicas y argumentativas?
Son argumentos que se utilizan para sustentar alguna idea que se esté exponiendo y que, en un principio, pareciera ser lógica, pero con el paso de la exposición de ideas nos damos cuenta de que no tienen fundamento de base para ser válidas.
Para identificar que las razones que tiene una persona para justificarse “de forma lógica” frente a un tema de discusión son inválidas, es necesario prestar atención y analizar los argumentos presentados en medio del debate.
Ser capaz de detectar cuando una persona está utilizando alguno de los tipos de falacias lógicas y argumentativas es una habilidad que con el paso del tiempo y la experiencia podrás perfeccionar. Es muy útil que desde el inicio del debate, te mantengas al tanto de cada argumento. Así, aparte de identificar sus falacias, vas a aprender a justificar mejor tus ideas.
Los 10 tipos de falacias lógicas y argumentativas
Aunque la lista de falacias lógicas y argumentativas es bastante extensa, presentamos una lista con las 10 más recurrentes, las cuales se ubican en dos grandes grupos: no formales y formales. Reconocerlas hará que sea más fácil para ti reconocerlas en los argumentos de otros e identificar cuándo alguien está vulnerando la línea de razonamiento.
Falacias no formales
Las falacias no formales son aquellas que no nos permiten llegar a una conclusión, sin importar que las premisas usadas para este argumento sean ciertas o no. En ellas se suelen dar vueltas a los argumentos presentados y nunca hay una conclusión que le permita al espectador entender algo concreto a partir de ellos.
1. Falacia “ad ignorantiam”
Estas intentan justificar la exactitud de una idea o pensamiento expresado valiéndose del simple hecho de que no hay cómo demostrar que ese hecho es falso. Se trata de aquellos argumentos que buscan validar la existencia de algo que nadie ha visto, de lo que no hay pruebas a favor, pero tampoco en contra. Por tanto, no es cierto ni falso.
2. Falacia “ad verecundiam”
Las falacias ad verecundiam o falacias de autoridad intentan ligar la exactitud de un argumento con una autoridad que pueda dar peso a lo que se está exponiendo.
Un ejemplo de esta falacia podría ser “el Ministerio de Salud ha dicho que las vacunas contra el coronavirus tienen chips de seguimiento”. No porque se cite al Ministerio como la fuente de esta información, quiere decir que esta sea cierta. En este caso es falsa.
3. Falacia “ad hominem”
La falacia “ad hominem” tiene el objetivo de restar la veracidad o exactitud de un argumento, idea o conclusión al exaltar las características negativas de la fuente del argumento. No tiene el objetivo de negar con argumentos sólidos la idea presentada, sino que critica o distorsiona a quien defiende la idea.
4. “Post hoc ergo propter hoc”
En este tipo de falacia da por hecho que si el argumento al que estamos refiriéndonos está fundamentado en un hecho del que se desenlaza, es válido, y mucho más si este abre las puertas a otro desenlace. Esto debido a que no se encuentra más información que lo compruebe.
5. Falacia del hombre de paja
La falacia del hombre de paja se refiere a la caricaturización o tergiversación del argumento de un oponente. Es una jugada considerada deshonesta porque busca atacar o refutar al otro sin un argumento válido o razonable.
Un ejemplo de ello es cuando se enfrentan dos senadores de diferentes partidos. Uno solicita aumento del presupuesto de la salud y el otro, para destruir sus argumentos, ataca la propuesta diciendo “mira quién lo dice, el senador cuyo partido solo apoya la guerra”.
6. Argumento “ad consequentiam”
Este es un tipo de falacia que intenta hacer la idea válida según lo que una persona pueda inferir de ella. Si se expone una idea a una persona que pueda estar de acuerdo con la teoría, esto implica que será tomada por esa persona en específico como válida. Sin embargo, para la persona que ve esto como erróneo, no será válida.
7. Generalización apresurada
Este tipo de falacia incluye un argumento general que no puede ser fundamentado en información suficiente. Es decir, si estás intentando basar tu argumento en algo que no está expuesto lo suficiente para hacerlo válido, estás haciendo una generalización apresurada.
Esto es más evidente si a ello se suman suposiciones ilógicas, estereotipos o exageraciones que lleven a emitir afirmaciones racistas o sexistas.
Falacias formales
Las falacias son formales cuando se presenta una relación inexacta o inválida entre las premisas que expones. No se refieren a una falsedad en los argumentos, sino a un problema de coherencia entre ellos.
Entonces, podemos decir que los argumentos que exponemos pueden ser ciertos, pero se cae la veracidad por causa de la incoherencia entre tus argumentos.
8. Negación del antecedente
Este tipo de falacia tiene dos partes, una que condiciona a la otra, por lo que al negar una se negará la otra. Por ejemplo, “te voy a querer siempre si te casas conmigo”. Si no te casas, no te van a querer.
9. Término medio no distribuido
En este tipo de falacia el término medio es un razonamiento que está formado por dos o más premisas y una conclusión lógica inferida de estas. Y esto es lo que nos lleva a enlazar dos proposiciones que no nos llevan a una conclusión exacta.
10. Afirmación del consecuente
Aquí también se incluye un condicionante, pero en este caso se afirma un segundo elemento y se hace una inferencia errónea como por ejemplo: “Si apruebo el parcial, tomo un vino. Tomó un vino, apruebo el parcial”.
Otros tipos de falacias
Hay otro tipo de falacias que no pertenecen a los dos grupos anteriores. Expondremos dos ejemplos de este tipo de falacias:
Falacia del costo hundido
La falacia del costo hundido hace referencia a una negativa ante una realidad que se torna amenazante, se suele dar cuando no queremos asumir una pérdida.
Cuando hemos emprendido un proyecto que termina saliendo mal, pero que nos negamos a dejar, se convierte en una falacia cuando insistimos en él así, solo porque sabes lo mucho que nos ha costado. Esto, sin tener en cuenta que quizá tendrás que invertir mucho más, todo con tal de no asumir la pérdida.
Falacia circular
La falacia circular o también conocida como “petitio principi” se da cuando presentamos un argumento que se repite una y otra vez. Aún así, no hay una conclusión clara o bien argumentada.
Por ejemplo, en la frase “lo que está escrito en La Biblia es verdad”, quien expone la idea no da un argumento sólido, más allá que da por hecho que todo lo escrito allí es cierto por estar ahí.
Falacia populista
En la era actual, que se caracteriza por la democratización de la información gracias a la web, es común caer en esta falacia. También conocida como argumento “ad populum”, esta falacia hace referencia a una idea que se valida o invalida porque muchas personas están de acuerdo con ello.
“No es malo beber alcohol todos los días”, esta podría ser una falacia populista si muchas personas afirman que es cierta. Más, si se usa el argumento de que ellos también han bebido y no les ha pasado nada grave. Este es un tipo de falacia que se usa mucho por algunas empresas para regar la voz a favor de sus productos.
¿Listo para identificar falacias lógicas y argumentativas?
Es probable que a diario enfrentes debates en los que se usen uno o varios tipos de falacias lógicas y argumentativas y no lo sepas. Ahora conoces las más usadas y tienes ejemplos que pueden ayudarte a identificarlas.
Conocer estas falacias permite organizar las ideas y definir argumentos sólidos, basados en hechos demostrables y que sean difíciles de refutar. Más allá de hacer quedar mal a otros por el uso de falacias, lo importante es que sepas cómo presentar tus argumentos sin la necesidad de usar estas figuras.
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