Fagofobia o miedo a tragar: síntomas, causas y tratamientos
La fagofobia o el miedo a tragar es un miedo intenso e irracional a atragantarse. Va unido a los alimentos sólidos tanto como a los líquidos. La presentación de cualquier estímulo relacionado con el acto de deglución provoca casi invariablemente una alta respuesta de ansiedad.
El trastorno puede presentarse a cualquier edad. Al ser una fobia específica, los individuos son conscientes del temor irracional ante ciertos estímulos generadores de ansiedad. No obstante, en niños puede ser algo más difícil el tratamiento.
Características de la fagofobia
El miedo a atragantarse o la fagofobia se caracteriza por ser una fobia de tipo específico. Apenas muestra literatura científica, pero algunos estudios confirman la mayor presencia en la población femenina.
El miedo a atragantarse es tan intenso que las personas pueden llegar a niveles severos de desnutrición. Esto se debe a los intentos de control que realiza el paciente para evitar ciertos estímulos temidos.
Así, intenta evitar la ingesta de alimentos sólidos, sustituyéndolos por comidas en las que apenas haya masticación. Las personas con fagofobia también temen a los medicamentos y las pastillas, por lo que en algunos casos el riesgo de abandono de prescripciones aumenta.
Como consecuencia, se puede tardar más tiempo a la hora de elaborar las comidas. La masticación suele ser excesiva, restringiendo además la variedad de alimentos y favoreciendo otras patologías relacionadas a los estados nutricionales.
¿Es la fagofobia causada por un suceso traumático?
Las fobias se atañen a ciertos sucesos traumáticos. Aunque algunos casos de fagofobia están enlazados con un episodio previo de atragantamiento, lo cierto es que no es la única causa ni está este antecedente siempre.
Por ejemplo, en la revisión de Taracena y Rada (2006) explican que solo un 39 % iban asociados a un episodio previo de atragantamiento con algún tipo de alimento. A veces, la ausencia de un episodio de atragantamiento se vio sustituido por la presencia de otro suceso traumático. Por ejemplo, uno de los individuos del estudio de revisión desarrolló fagofobia mientras estaba en un restaurante presenciando un tiroteo.
¿Es un trastorno alimentario?
La fagofobia puede confundirse con los trastornos de la conducta alimentaria. Sin embargo, en estos están presentes distorsiones de la imagen corporal. En otras palabras, la topografía de la fagofobia y de los trastornos de la conducta alimentaria suelen tener el mismo patrón. Sin embargo, atendiendo a la funcionalidad de cada una de ellas se observa lo siguiente:
- En los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa, el patrón de restricción se debe a los intentos de perder peso.
- En la fagofobia, la restricción de los alimentos constituye un método de control para aliviar la ansiedad del individuo por el miedo que le produce un posible atragantamiento.
Trastornos comórbidos a la fagofobia
No caben dudas de que la fagofobia va enlazada a otros trastornos de ansiedad. No obstante, apenas hay especificidad en cuanto a este problema.
Los trastornos comórbidos a la fagofobia abarcan desde cuadros depresivos, trastornos de pánico, trastornos obsesivos compulsivos, ansiedad por separación, insomnio e incluso trastorno negativista desafiante. También esta presente en otras patologías físicas. Por ejemplo, debe tenerse en cuenta la restricción de determinados alimentos en patologías como el alzhéimer, siendo causa de desnutrición secundaria.
La importancia del diagnóstico diferencial
Es importante que antes del diagnóstico de fagofobia se excluya algún tipo de patología orgánica que interfiera con el acto de deglución. Por ejemplo, existen dos situaciones en las que el individuo puede tener dificultades para tragar y son las siguientes:
- Personas con reflejo nauseoso hipersensible.
- Globus: sensación de nudo en la garganta que puede aparecer como respuesta a emociones intensas, pero que no van enlazadas con el miedo a tragar.
Como se ha dicho, descartar la presencia de un trastorno de la conducta alimentaria es fundamental, puesto que sin un análisis funcional adecuado puede confundirse con otros problemas relacionados. Es necesaria también la diferenciación con los trastornos de pánico.
Diferencias en niños
En niños con fagofobia suele haber más historias de atragantamiento propio o presencia de un atragantamiento en algún familiar. Además, la comorbilidad de otros trastornos como el pánico es menor en la infancia.
En niños y adolescentes la posibilidad de remisión completa de la fagofobia es mucho mayor que en la población adulta. Así, es frecuente que el inicio de terapia psicológica sea suficiente, sin tener que acudir a fármacos como complemento.
Tratamiento de la fagofobia
El abordaje de la fagofobia suele encauzarse a través del tratamiento psicológico. No obstante y, dependiendo del caso y del grado de incapacidad que pueda llevar en la vida diaria, también se recurre a la medicación. En pocas palabras, el tratamiento cognitivo conductual suele ser el más empleado.
Con respecto a la utilización de fármacos, las benzodiacepinas suelen ser las de elección. Pueden ser el alprazolam, el bromazepam y el lorazepam. También es frecuente el uso de antidepresivos con eficacia conocida antipánico, los tricíclicos como la imipramina o clomipramina y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Tratamiento desde la terapia cognitivo conductual
Desde la terapia cognitivo conductual se favorece la exposición a ciertos alimentos, a través de los ejercicios de exposición con prevención de respuesta, comenzando por imaginación guiada hasta ensayos conductuales en vivo.
Así, el individuo poco a poco amplía el abanico de posibilidades a la hora de ingerir alimentos. En resumidas cuentas, lo que trata la terapia cognitivo conductual es la realización de lo siguiente:
- Psicoeducación sobre la fisiología relacionada con el acto de la deglución.
- Relajación muscular progresiva.
- Psicoeducación a la familia sobre pautas de conducta a la hora de la realización de las comidas. Sobre todo si el tratamiento va enfocado a niños o adolescentes.
- Ejercicios de exposición.
- Ejercicios de conciencia plena a la hora de la ingesta de las comidas.
Evolución de la fagofobia
El tratamiento de la fagofobia puede ser largo y persistente en el tiempo. Sobre todo si en el caso ha sido necesario el uso de psicofarmacología. El tiempo que pueden tardar los individuos en lograr mejorías es variable, habiendo un promedio de 6 meses a 1 año.
En cuanto a la remisión completa de la fagofobia debe de tenerse en consideración la presencia de otros trastornos, como los de ansiedad. No obstante, a pesar de la importancia clínica de este trastorno, apenas hay estudios que se centren en su investigación.
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