¿Qué es la penicilina?
La humanidad ha luchado contra las infecciones bacterianas desde el inicio de los tiempos, sin embargo, el tratamiento efectivo para las mismas llegó a mediados del siglo XX. El primer antibiótico descubierto fue la penicilina en el año 1928, aunque solo pudo ser utilizada a gran escala a partir de 1938.
El descubrimiento lo realizó el científico Alexander Fleming y marcó la terapéutica a seguir en el tratamiento de las infecciones más comunes. De hecho, se logró erradicar casi por completo una gran cantidad de enfermedades que resultaban mortales.
El abuso de los antibióticos causó la aparición de la resistencia bacteriana. Este problema es tan grave que estudios demuestran que hasta el 50 % de las cepas de neumococos comunitarios aislados son resistentes a la penicilina.
¿Qué es la penicilina?
La penicilina es un antibiótico de amplio espectro perteneciente al grupo de los betalactámicos (β-lactámicos) utilizado en una gran variedad de infecciones. El compuesto se aisló por primera vez del hongo Pellicinium notatum, no obstante, en la actualidad se aísla de una mutación llamada Penicillium chrysogenum.
La estructura química está compuesta por un anillo tiazolidínico junto a un anillo betalactámico. Además, cuenta con dos cadenas laterales; una de ellas le confiere la solubilidad, mientras que la otra le otorga propiedades antibacterianas.
Los antibióticos betalactámicos son útiles en el tratamiento de infecciones producidas por bacterias gram positivas. No obstante, la penicilina funciona contra algunas bacterias gran negativas como el gonococo.
La administración del antibiótico puede hacerse por vía oral, intramuscular o intravenosa, dependiendo de la gravedad de la patología. Además, es un compuesto muy seguro, por lo que puede recetarse a mujeres embarazadas sin inconvenientes.
Mecanismo de acción del fármaco
La penicilina es un compuesto bactericida, por lo que será capaz de eliminar a las bacterias e impedir su crecimiento. El antibiótico atacará solo a aquellas bacterias que están multiplicándose. De esta manera, la flora bacteriana habitual del paciente sufrirá el menor daño.
El mecanismo de acción se centra en impedir la síntesis de la pared celular de las bacterias, la que se encarga de proveerles protección. La pared celular bacteriana está compuesta por dos aminoazúcares entrecruzados cuyo producto final se denomina peptidoglucano.
Los componentes de la pared se entrecruzan por la acción de una enzima llamada transpeptidasa. La penicilina es capaz de inhibir la acción de la enzima, impidiendo así la síntesis del peptidoglucano. En este sentido, las bacterias perderán su pared celular y serán sensibles al ataque de los glóbulos blancos.
Tipos de penicilinas y su aplicación en enfermedades
En la actualidad existen una gran cantidad de penicilinas, las que pueden ser sintéticas o semisintéticas. La penicilina V y la penicilina G son de los compuestos más utilizados; ambos útiles contra cepas sensibles de cocos gram positivos. Estas bacterias causan neumonía e infecciones en la piel y partes blandas.
Los fármacos mencionados son inactivados por la acción de una enzima llamada penicilinasa, sintetizada por las bacterias, por lo que la resistencia siempre debe tenerse en consideración. En este sentido, existen otros compuestos semisintéticos más resistentes como la meticilina, la nafcilina y la oxacilina.
Estos medicamentos semisintéticos tienen un efecto menor al de la penicilina G. No obstante, se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de infecciones producidas por una bacteria llamada Staphilococus aureus.
También existe un grupo especial de penicilinas con un efecto extendido que se emplean en el tratamiento de infecciones por bacterias gram negativas. Los fármacos pertenecientes a este grupo son la ampicilina y la amoxicilina.
Entre las infecciones que pueden ser tratadas con los diferentes tipos de penicilina destacan las siguientes:
- Sífilis.
- Gonorrea.
- Endocarditis por enterococos sensibles.
- Meningitis por meningococo.
- Septicemia.
- Algunas infecciones respiratorias.
Efectos adversos de la penicilina
Todos los medicamentos tienen la probabilidad de originar efectos adversos en quienes los consumen, sin embargo, las penicilinas están caracterizadas por tener una baja toxicidad. De hecho, su consumo es seguro durante el embarazo, a pesar de tener una transmisión placentaria hacia el feto.
Los efectos adversos que pueden generar las penicilinas son leves y los más frecuentes son los siguientes:
- Fiebre.
- Diarrea.
- Vómitos.
- Anemia hemolítica.
- Vasculitis.
El mayor riesgo cuando se administra penicilina es una posible reacción alérgica y el consecuente shock anafiláctico. Esta condición es una emergencia médica, ya que disminuye la presión arterial y es capaz de causar un paro cardíaco. La alergia a la penicilina se ha reportado en el 10 % de los estadounidenses.
La reacción alérgica es más frecuente cuando el medicamento se administra por vía intramuscular o intravenosa. Esto ocurre debido a que el compuesto es sensible a la acción de los jugos gástricos y puede verse afectado por los mismos cuando se ingiere por vía oral.
La penicilina es un logro del siglo XX
El descubrimiento de la penicilina fue uno de los mayores logros del siglo XX. Este antibiótico se usó para tratar una gran cantidad de enfermedades a lo largo de los años, disminuyendo así el índice de mortalidad de la época.
No obstante, muchas bacterias fueron capaces de desarrollar mecanismos de defensa contra el compuesto. Un poco debido al abuso en la administración y otro poco por la selección natural. Hoy en día no se recomienda la ingesta de antibióticos sin prescripción médica, debido a la gran cantidad de microorganismos resistentes que han sido aislados.
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