Los peligros de la sibutramina para la salud

Te vamos a contar cuáles son los efectos secundarios de la sibutramina, un fármaco que se utiliza para promocionar la pérdida de peso por medio de una reducción del apetito.
Los peligros de la sibutramina para la salud
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 30 octubre, 2021

La sibutramina es uno de los medicamentos utilizados para tratar la obesidad. Se trata de un compuesto que consigue actuar incrementando la sensación de saciedad, lo que provoca que se reduzca el riesgo de comer en exceso. De este modo, se genera con mayor facilidad un entorno hipocalórico.

Antes de comenzar, es necesario recalcar la necesidad de mantener un buen estado de composición corporal. Tanto el sobrepeso como la obesidad incrementan el riesgo de desarrollar muchas patologías crónicas y complejas. La clave está en promocionar los hábitos de vida saludables, como una buena dieta y el ejercicio físico.

¿Qué es exactamente la sibutramina?

La sibutramina es un fármaco que actúa incrementando la sensación de saciedad, pero también la termogénesis. Facilita la pérdida de peso y cuenta con efectos visibles al cabo de 15 días. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine Se administra en forma de cápsulas y se puede adquirir en farmacias con receta.

Ahora bien, en algunos países de América Latina y de Europa se ha prohibido su uso, ya que puede generar una serie de efectos adversos. A pesar de su eficacia en lo que a mejora de la composición corporal respecta, cuenta con una serie de daños colaterales que pueden no compensar los beneficios generados.

¿Cuándo se utiliza la sibutramina?

Hay que destacar que la sibutramina está indicada en personas con obesidad, con un índice masa corporal (IMC) superior a 30. En estos casos puede resultar complicado poner en marcha buenos hábitos de vida. Por este motivo, a veces resulta beneficioso el uso de algún fármaco.

De todos modos, su empleo tiene que estar indicado por un médico y supervisado por un endocrino. Es recomendable también contar con el trabajo de un nutricionista durante la intervención, para así ajustar la dieta.

Los efectos sobre la saciedad de este producto actúan desde las primeras tomas. De acuerdo con una investigación publicada en la revista The Journal of Neuroscience, la sibutramina tiene acción sobre el hipotálamo, influyendo en la regulación del apetito.

Gracias al fármaco, se hace más sencillo el seguimiento de un plan dietético hipocalórico, ya que no aparecerá la ansiedad. Esta es la causante del fracaso de gran parte de las dietas.

Ahora bien, existen otros mecanismos para controlar el apetito. La práctica de ejercicio físico puede ser uno de ellos. Cuanta más actividad se realiza, más eficiente se vuelve el control del hambre, impidiendo una ingesta energética superior al gasto.

Control de la obesidad con sibutramina.
El uso de sibutramina se reserva para pacientes que fracasan con los métodos no farmacológicos y que tienen un IMC mayor a 30.

¿Cómo se consume la sibutramina?

La sibutramina se consume en dosis de 10 miligramos por día vía oral. Se suele administrar por la mañana. No obstante, si no se experimenta una reducción de al menos 2 kilos durante las 4 primeras semanas de tratamiento, sería posible incrementar la dosis hasta los 15 miligramos.

La duración total no debería superar los dos años.

Riesgos del consumo de sibutramina

Entre los principales efectos secundarios derivados del consumo de sibutramina podemos destacar el estreñimiento, la boca seca, el insomnio, el incremento de la frecuencia cardíaca, las palpitaciones, el incremento de la tensión arterial, los mareos y los dolores de cabeza.

Se trata de un fármaco que interfiere en el normal funcionamiento del sistema cardiovascular, tal y como evidencia un estudio publicado en la revista American Journal of Cardiovascular Drugs. Podría hasta incrementar la incidencia del infarto agudo de miocardio en personas con factores de riesgo y predisposición genética.

Como norma general, se desaconseja su utilización en personas con antecedentes de diabetes o de problemas cardiovasculares. Si el perfil lipídico se encuentra alterado, existe hipertensión arterial, se ha desarrollado una patología cardíaca o algún trastorno de la conducta alimentaria, no se puede consumir el fármaco.

Del mismo modo, hay que evitarlo en el caso de mujeres embarazadas o madres lactantes. Tampoco se puede combinar con otros medicamentos, como los indicados para la congestión nasal, los antidepresivos, los antitusígenos y otros supresores del apetito.

No se aconseja tomar sibutramina cuando el IMC es inferior a 30. En este caso, vale más la pena poner en marcha un tratamiento dietético combinado con la modificación de los hábitos de vida. En niños y en personas mayores de 65 años tampoco ha de utilizarse. De hecho, existe mucha discordancia frente a su uso, tal y como afirma un estudio artículo en Drug Safety.

Alternativas a la sibutramina

La sibutramina es un fármaco que, aunque resulta eficaz, cuenta con multitud de efectos secundarios y contraindicaciones. En la mayor parte de los casos no se aconseja su uso, puesto que los riesgos podrían superar a los beneficios.

Sin embargo, es posible hallar otras alternativas naturales para estimular la pérdida de peso por medio de la supresión del apetito. Veamos ejemplos.

Jengibre

El jengibre es una raíz que cuenta con beneficios para la salud. Genera un efecto antioxidante y antiinflamatorio, por lo que contribuye en la prevención de muchas patologías crónicas y complejas. Está recomendada su inclusión en la dieta regular, pero más todavía si se cuenta con sobrepeso.

Existen evidencias suficientes para afirmar que el jengibre es capaz de estimular la movilización y la oxidación de las grasas, lo que provoca pérdida de peso. Dicho beneficio es todavía mayor si se combina con otros alimentos picantes que contengan capsaicina.

Cafeína

La cafeína es un alcaloide que cuenta con efectos a la hora de suprimir el apetito y de incrementar el gasto energético. Es capaz de promocionar la pérdida de peso, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition. Además, presenta un perfil de seguridad muy elevado, ya que a dosis inferiores a 300 miligramos diarios no tiene efectos secundarios.

No debemos olvidar que se trata de un compuesto que cuenta con un límite tóxico. Esto quiere decir que si se supera cierto consumo diario, se pueden experimentar consecuencias negativas, como insomnio y taquicardias. Tampoco se debe combinar con alcohol o con otras drogas.

Canela

La canela es una especia culinaria que se utiliza de forma frecuente como antidiabético. Provoca un incremento en la sensibilidad a la insulina a partir de la génesis de una ligera hipoglucemia, por lo que estimula la movilización y la oxidación de los lípidos. Se puede incluir en la dieta tanto en polvo como por medio de suplementos.

Es conveniente combinar este elemento con ciertos protocolos restrictivos que puedan generar un entorno hipocalórico, como el ayuno intermitente. Así se lograrán los mejores resultados en cuanto a pérdida de peso.

Canela para la obesidad.
La canela es una especia que se recomienda en casos de sobrepeso y obesidad.

¿Existen otros fármacos para combatir la obesidad?

Es posible encontrar en el mercado otros fármacos que pueden ayudar en el tratamiento de la obesidad. Quizás, el que cuenta con un mayor perfil de seguridad de todos ellos es la metformina. Provoca un incremento de la sensibilidad a la insulina.

Se pueden recetar otros compuestos que potencian los efectos de una dieta hipocalórica, con menos efectos secundarios para el organismo que la sibutramina. Los más eficientes actúan bloqueando la lipasa pancreática, lo que provoca que las grasas no se puedan disolver para ser absorbidas.

Ahora bien, a partir del uso de dichos compuestos se pueden experimentar problemas de tipo intestinal, como gases y diarreas. También se han dado casos de alteración de los parámetros asociados a la salud del sistema cardiovascular, como una reducción de la presión arterial.

Otros fármacos, como la naltrexona y el bupropión actúan reduciendo la génesis de placer asociada al acto de comer. De este modo, se ayuda a controlar a los comedores emocionales, evitando atracones de alimentos poco saludables.

Por último, queda la opción de la cirugía bariátrica para combatir el sobrepeso en su versión más extrema. Se retira el exceso de grasa subcutánea y se puede reducir la capacidad de la bolsa estomacal. No obstante, si esto no se acompaña de una reeducación, el resultado a largo plazo no será bueno.

Sibutramina: un fármaco con muchos efectos secundarios

La sibutramina es un fármaco eficaz para la pérdida de peso, aunque cuenta con muchos efectos secundarios. Tiene un contexto de aplicación muy determinado y son muchos los grupos que no pueden consumirla. Asimismo, existen interacciones con otros medicamentos.

Lo que está claro es que a la hora de luchar contra la obesidad lo mejor es promocionar los buenos hábitos. Se pueden llevar a cabo cirugías o emplear farmacología, pero si la dieta no es adecuada, con el tiempo se recuperará el peso perdido.



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