Los efectos de mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos
Muchos medicamentos incluyen en su prospecto la advertencia de no beber alcohol. A pesar de ello, la mayoría de las personas que consumen alcohol también toman medicamentos, ya sea de forma ocasional o permanente. Mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos no es algo que se deba asimilar a la ligera, ya que las interacciones pueden ser potencialmente graves.
La lista de fármacos que interactúan con el alcohol es muy amplia. En ella se incluyen tanto medicamentos que están disponibles solo con receta como los disponibles sin receta (OTC, por sus siglas en inglés). Las interacciones se manifiestan en dos sentidos: pueden alterar el metabolismo del medicamento o el metabolismo del alcohol. Veamos qué debes saber al respecto.
Consecuencias de mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos
Las consecuencias de mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos son muy variadas. En principio, los efectos dependen del tipo de fármaco en específico.
Casi 500 medicamentos pueden interactuar con el alcohol, y lo hacen de forma leve, moderada o grave de acuerdo con cada uno de ellos. La mayoría de las interacciones son moderadas, aunque en determinadas circunstancias pueden ser graves.
Aunque a menudo se citan las interacciones bajo el espectro del consumo de alcohol crónico, lo cierto es que los investigadores alertan sobre las interacciones medicamentosas derivadas del consumo moderado de alcohol. Esto es, una o dos copas por día. Las interacciones pueden operar a través de cuatro vías diferentes:
- La ingesta de alcohol puede hacer que ciertos medicamentos sean menos efectivos. Esto debido a que interfiere con la forma en que se absorben en el tracto digestivo.
- La ingesta de alcohol puede elevar la concentración de ciertos medicamentos en la sangre. Como consecuencia estos se pueden alcanzar niveles tóxicos.
- La ingesta de alcohol puede empeorar o agudizar los efectos secundarios de algunos medicamentos.
- En presencia de algunos medicamentos los efectos característicos del consumo de alcohol se pueden prolongar. Como veremos en breve, esto puede ser potencialmente peligroso en determinadas circunstancias.
Cuando el alcohol interfiere directamente en el metabolismo normal del medicamento se dice que se trata de una interacción farmacocinética. Por el contrario, cuando el alcohol altera los efectos del medicamento sin cambiar la concentración del medicamento en la sangre se dice que se trata de una interacción farmacodinámica.
Medicamentos que interactúan con el alcohol
Como ya hemos estipulado casi 500 fármacos interactúan en cierto grado con el alcohol. No podemos recopilar en este espacio todos ellos y la manera en que lo hacen, pero sí podemos analizar los más comunes. Te dejamos así con las interacciones más importantes que debes conocer.
Ingesta de alcohol y antibióticos
Aunque es cierto que estudios recientes han cuestionado la interacción del alcohol con los antibióticos, lo cierto es que su ingesta está contraindicada para muchos de ellos.
Por ejemplo, la eritromicina puede aumentar la absorción de alcohol en el intestino, lo que a su vez puede acelerar el vaciado gástrico. Algunos fármacos antituberculosos, como lo es la isoniazida, pueden causar daño hepático cuando se combinan con alcohol.
Ingesta de alcohol y antidepresivos
Todos los antidepresivos disponibles en el mercado actual tienen alguna actividad sedante y estimulante. Se sabe que el alcohol puede potenciar estos efectos, así como otras complicaciones como deterioro de la memoria, desinhibición inesperada, violencia, presión arterial alta y alteraciones del ritmo cardíaco.
Los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, doxepina, maprotilina y otros) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (fenelzina, tranilcipromina y otros) son aquellos que suelen generan mayores complicaciones.
Ingesta de alcohol y antihistamínicos
Los expertos señalan que la ingesta de alcohol potencia los efectos sedantes de los antihistamínicos. Como consecuencia se puede aumentar el riesgo de caídas o afectar la capacidad para conducir u operar maquinaria pesada. Aunque es cierto que los medicamentos de segunda y tercera generación (cetirizina, loratadina y otros) son menos sedantes, aún pueden interactuar con el alcohol.
Ingesta de alcohol e hipnóticos
Se sabe que la ingesta combinada de alcohol con medicamentos hipnóticos-sedantes, como los barbitúricos, puede aumentar el riesgo de sobresedación y depresión respiratoria. También puede potenciar sus efectos secundarios, como ocurre por ejemplo con el fenobarbital. Desarrollar actividades que requieren cierto grado de alerta puede ser potencialmente peligroso.
Además de estos, el alcohol también interactúa con relajantes musculares (carisoprodol, ciclobenzaprina, baclofeno y otros), con los antagonistas del receptor de histamina H2 (cimetidina, ranitidina, nizatidina, famotidina y otros), las benzodiazepinas, los analgésicos no narcóticos y agentes antiinflamatorios (AINE, aspirina y otros), los analgésicos opioides (codeína, propoxifeno, oxicodona y otros) y los anticoagulantes (warfarina); entre muchos otros.
Las interacciones del alcohol y medicamentos en los adultos mayores
Mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos puede ser particularmente contraproducente en los adultos mayores. En promedio, y como alertan los especialistas, hasta 9 de cada 10 adultos mayores toman al menos un medicamento de forma permanente. Más de la mitad de estos beben alcohol de manera regular, de manera que el riesgo de interacciones es mayor en esta población.
Tal y como señalan los investigadores, ciertos medicamentos cuando se combinan con alcohol aumentan el riesgo de complicaciones como la hipoglucemia, la hipotensión, la sedación, las hemorragias gastrointestinales y el daño hepático en las personas mayores. El uso simultáneo en ambos no es algo que se deba tomar a la ligera, en especial en aquellos que beben alcohol de forma moderada o intensa.
Debido a ello se recomienda que los médicos conozcan cuánto alcohol beben sus pacientes mayores. Todo esto con la finalidad de poder evaluar de manera efectiva sus riesgos, al término de asesorarlos sobre el uso seguro de alcohol y medicamentos. Los pacientes, en especial aquellos que están bajo un tratamiento permanente, deben estar al tanto de las interacciones que sus medicamentos pueden tener con la ingesta de alcohol.
- Holton AE, Gallagher P, Fahey T, Cousins G. Concurrent use of alcohol interactive medications and alcohol in older adults: a systematic review of prevalence and associated adverse outcomes. BMC Geriatr. 2017 Jul 17;17(1):148.
- Immonen S, Valvanne J, Pitkälä KH. The prevalence of potential alcohol-drug interactions in older adults. Scand J Prim Health Care. 2013 Jun;31(2):73-8.
- Menkes DB, Herxheimer A. Interaction between antidepressants and alcohol: signal amplification by multiple case reports. Int J Risk Saf Med. 2014;26(3):163-70.
- Mergenhagen KA, Wattengel BA, Skelly MK, Clark CM, Russo TA. Fact versus Fiction: a Review of the Evidence behind Alcohol and Antibiotic Interactions. Antimicrob Agents Chemother. 2020 Feb 21;64(3):e02167-19.
- Moore AA, Whiteman EJ, Ward KT. Risks of combined alcohol/medication use in older adults. Am J Geriatr Pharmacother. 2007 Mar;5(1):64-74.
- Saunders KW, Von Korff M, Campbell CI, Banta-Green CJ, Sullivan MD, Merrill JO, Weisner C. Concurrent use of alcohol and sedatives among persons prescribed chronic opioid therapy: prevalence and risk factors. J Pain. 2012 Mar;13(3):266-75.
- Weathermon R, Crabb DW. Alcohol and medication interactions. Alcohol Res Health. 1999;23(1):40-54.
- Zimatkin SM, Anichtchik OV. Alcohol-histamine interactions. Alcohol Alcohol. 1999 Mar-Apr;34(2):141-7.