Ácido valproico: ¿qué es y para qué sirve?
El ácido valproico o valproato actúa como anticonvulsivante y estabilizador del estado de ánimo en algunas enfermedades psiquiátricas. Su consumo regular no se asocia a muchos efectos adversos, a pesar de que existen varias contraindicaciones absolutas.
Su estructura química es distinta a la del resto de los medicamentos para la epilepsia, ya que está formado a partir de un ácido graso. Sus propiedades fueron descubiertas de forma accidental hace varias décadas, convirtiéndose en uno de los fármacos mejor estudiados en su tipo.
¿Qué es el ácido valproico?
También llamado valproato, es uno de los fármacos anticonvulsivantes más indicados en la actualidad. En parte debido a que tiene varios mecanismos de acción para prevenir y disminuir la intensidad de las crisis convulsivas.
Además, también se ha evaluado su actividad como estabilizador del ánimo en algunas condiciones psiquiátricas. Puede utilizarse tanto en niños como en adultos, a pesar de que la posología es diferente.
Tiene la particularidad de ser metabolizado casi en su totalidad dentro del hígado. Esto implica que aquellos pacientes que tienen algún tipo de condición previa (como cirrosis hepática, hepatitis activa y cáncer de hígado) deban tener precaución.
Se considera uno de los medicamentos más utilizados como monoterapia en el manejo de la epilepsia. Esto quiere decir que, por lo general, se prescribe de forma aislada. Sin embargo, en aquellos casos en los que se requiera combinarlo con otro fármacopueden producirse varias interacciones.
Al administrarlo por cualquier vía (ya sea oral o endovenosa), el ácido valproico se une a una proteína plasmática denominada albúmina, lo que favorece su transporte hacia el tejido nervioso. Esto quizá se deba a la estructura química del valproato, muy semejante a los ácidos grasos.
Mecanismo de acción
Al igual que otros medicamentos neurotrópicos, el ácido valproico es capaz de modular la actividad eléctrica de las neuronas. Varios mecanismos están implicados en esto, pero el más llamativo es la regulación de los niveles de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en las neuronas.
Esta es la principal sustancia inhibitoria del sistema nervioso central. Se sabe que cuando el GABA interactúa con sus receptores en una neurona se induce la apertura de algunos canales que permiten el paso de pequeños átomos con carga eléctrica. Así, cuando el GABA inhibe a las neuronas se produce un fenómeno electroquímico conocido como hiperpolarización.
En este caso, los iones de cloruro entran dentro de la célula, mientras que los de potasio salen. Todo esto se produce en fracciones muy pequeñas de segundo, provocando una reacción en cadena debido las amplias conexiones neuronales. Las concentraciones de GABA aumentan debido a la estimulación de una enzima llamada ácido glutámico descarboxilasa.
También es posible que el fármaco interactúe con la membrana de las neuronas y disminuya la capacidad de ser excitadas. Si esto sucede, los focos generadores de crisis epilépticas podrían contrarrestarse o, por lo menos, disminuir en intensidad.
Indicaciones del ácido valproico
El medicamento está limitado al tratamiento de algunas condiciones neuropsiquiátricas, en especial la epilepsia y el trastorno bipolar.
Crisis de ausencia
Este es un tipo de convulsión muy común en la infancia, aunque puede suceder en los adultos. En este último grupo el diagnóstico puede representar un auténtico reto para los especialistas.
Llama la atención que, desde el punto de vista clínico, los pacientes no suelen tener movimientos abruptos y descontrolados. De hecho, en la mayoría de los casos pueden pasar desapercibidos. Se la considera una crisis epiléptica sin evidencia de convulsiones comunes.
Los pacientes afectados suelen estar realizando una actividad cotidiana cuando empiezan los síntomas. En ese momento, entran en un estado de ensimismamiento o desconexión con el entorno, en el que pierden la consciencia por algunos segundos.
Las crisis de ausencia típicas pueden estar acompañadas de movimientos clónicos de pequeños músculos, como aquellos que involucran a los párpados. A veces se presentan automatismos, que son movimientos repetitivos sin finalidad aparente.
Convulsiones parciales y tónico-clónicas
Este tipo de crisis son más reconocibles que las de ausencia. La diferencia principal entre las convulsiones parciales y las tónico-clónicas es que las primeras no incluyen pérdida de la consciencia.
Las crisis parciales tienden a involucrar una parte específica del cuerpo y, dependiendo de la causa, se extienden a otras regiones antes de detenerse. No duran mucho tiempo.
En el caso de las tónico-clónicas nunca pasan desapercibidas. Como su nombre indica, son eventos con dos fases bien definidas. La primera incluye una especie de estado de rigidez muscular que puede venir acompañada de cambios en la coloración de la piel y en la frecuencia cardíaca o respiratoria. Después de un breve período de tiempo, los pacientes afectados empiezan a presentar movimientos bruscos, descontrolados e involuntarios de todas las extremidades.
Cuando las crisis se repiten sin recuperación del estado de consciencia entre ellas o cuando se producen de forma prolongada se desarrolla un cuadro clínico llamado estatus convulsivo. Tiene peor pronóstico y requiere un tratamiento distinto. El ácido valproico endovenoso, según algunas revisiones, es un medicamento adecuado.
Trastorno bipolar
Es una condición psiquiátrica que se caracteriza por trastornos del estado de ánimo que fluctúan en un período prolongado de tiempo. Los pacientes suelen alternar entre épocas depresivas y maníacas entre las que pasan meses o años.
Debido a lo persistente de la enfermedad, el difícil diagnóstico y a que suele afectar a pacientes jóvenes o adultos, tiende a disminuir mucho la calidad de vida. Existen dos tipos principales de la enfermedad (trastorno tipo I y II), aunque otras entidades conocidas como ciclotimia y trastorno bipolar inespecífico también pueden incluirse.
El arsenal terapéutico para esta condición incluye los estabilizantes del estado de ánimo, los anticonvulsivos, los antipsicóticos y los antidepresivos, entre otros. Además del litio, que es el fármaco más conocido en este ámbito, el ácido valproico también tiene bastante efectividad.
Sus efectos positivos quizá estén relacionados con la disminución de dopamina en el tejido cerebral, un mecanismo distinto al que explica su acción anticonvulsivante. Suele indicarse en pacientes que tienen cambios de ánimo rápidos y antecedente de abuso de sustancias.
Contraindicaciones y efectos adversos del valproato
No se recomienda el uso regular de valproato en las siguientes condiciones:
- Hepatitis aguda o crónica.
- Insuficiencia hepática.
- Alergia al ácido valproico o cualquiera de los excipientes.
La mayoría de estas contraindicaciones se deben a que el fármaco se metaboliza en el hígado. Esto implicaría una sobrecarga de trabajo para un órgano que ya se encontraba dañado, lo que podría desencadenar consecuencias negativas.
Los efectos secundarios de este fármaco son muy variados, a pesar de que no son graves. Algunos de ellos son los siguientes:
- Trastornos hematológicos: anemia y trombocitopenia.
- Aumento de peso.
- Pérdida de cabello: también conocida como alopecia.
- Problemas para lograr concentración.
Interacciones del ácido valproico
La lista de medicamentos con los que puede interactuar el ácido valproico es grande. Si bien suele indicarse como monoterapia en pacientes epilépticos, es probable que también tengan comorbilidades. En todo caso, el médico valorará la relación riesgo/beneficio y las dosis adecuadas para cada caso.
Algunos de estos fármacos con interacción son los siguientes:
- Antidepresivos.
- Benzodiacepinas, como el alprazolam.
- Otros anticonvulsivantes, como la carbamazepina, el fenobarbital, la lamotrigina y la fenitoína.
- Ácido acetilsalicílico (aspirina).
- Rifampicina.
- Topiramato, también utilizado como estabilizador del estado de ánimo.
¿Puede administrarse en embarazo y lactancia?
El ácido valproico es un medicamento teratogénico, lo que significa que es capaz de inducir malformaciones fetales. Algunos autores lo consideran como el más peligroso durante la gestación, por lo que no suele utilizarse como tratamiento para mujeres en edad fértil.
Algunas de las malformaciones que pueden aparecer son la espina bífida y las craneosinostosis. La primera se caracteriza por un defecto en la formación de la médula espinal y la columna vertebral, que a pesar de ser más o menos frecuente, requiere tratamiento quirúrgico.
Por otro lado, las craneosinostosis son un conjunto de defectos en los que alguno de los espacios que unen los huesos del cráneo de los bebés se cierra de forma prematura. Esto lleva a deformidades evidentes que pueden hacer necesaria una corrección quirúrgica.
En madres que consumen altas dosis de este fármaco es posible que se produzcan un conjunto de malformaciones faciales que se conocen como síndrome fetal por valproato. Un puente nasal plano, estrabismo y un labio superior pequeño son algunas de sus características.
Ácido valproico solo bajo prescripción
El valproato es un medicamento muy utilizado en todo el mundo, pero solo debe consumirse bajo indicación médica. Los síndromes epilépticos y algunas enfermedades psiquiátricas como el trastorno bipolar son algunas de las condiciones en las que se justifica su uso.
Debido a su elevado potencial teratogénico, debe evitarse en mujeres en edad fértil y con vida sexual activa, a menos que tengan un método anticonceptivo. El médico especialista que suele indicar este medicamento es el neurólogo o psiquiatra, según corresponda.
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